Día 7. Matrimonio/Almas Gemelas AU

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Hannibal sabía perfectamente que, a los ojos del mundo, lo que él hacía era monstruoso. Matar era un crimen imperdonable, el canibalismo, una aberración. Si la gente supiera quién era él en realidad, todos le darían la espalda y se horrorizarían de haberle brindado su amistad alguna vez.

Como si eso le importara. 

La amistad de la gente le importaba poco y nada, porque la mayoría de las personas le parecían vulgares, corrientes, mediocres. Fingía lo suficiente como para desenvolverse en la sociedad de forma apropiada, pero no se involucraba de verdad con nadie. No abría su corazón, ni se angustiaba porque los demás fueran a rechazarlo si descubrían su identidad. Si tenía que pasar el resto de su existencia solo, lo haría sin quejarse.

-Al menos- susurró con ternura al oído de su novio- eso pensaba hasta que te conocí. Después de haberte integrado a mi vida, mi amor, no soportaría volver a estar solo nunca.

-No lo estarás, tranquilo. No me he dejado manipular por ti para que lo nuestro se termine acabando- respondió Will mimoso, acercándose lo suficiente para que pudieran besarse. Un beso largo, húmedo y delicioso, como todos los que compartían.

Estaban acostados en la cama de Will, un revoltijo de sábanas que tenían un ligero olor a pelo de perros. Hannibal sabía que su novio dejaba que los animales durmieran sobre su cama (una aberración peor que el canibalismo, en su opinión), pero no podía decirle nada porque era su casa y eran sus reglas. En su mente apuntó conseguir camas de perros apropiadas para cuando Will se mudara a su casa, porque no pensaba consentir que esas bolas de pelos le ensuciaran sus sábanas importadas, ni le robaran el espacio que compartiría con Will. No quería a nadie entre Will y él, ni siquiera a animales, y estaba seguro de poder convencerlo cuando se mudara. Después de la boda, claro.

Habían logrado salir impunes de sus crímenes, y por supuesto no lo habrían logrado sin la ayuda del otro. Will y él se habían aceptado mutuamente, se entregaron sin culpa al amor tóxico que los unía y se prometieron fidelidad y compromiso eternos, tan solo minutos después de haber matado a Freddie, excitados por haberse deshecho del último testigo que los podía llegar a incriminar. Por supuesto que quedaron cabos sueltos, pero ninguno que condujera a ellos, de eso estaban seguros. Los agentes del FBI podrían devanarse los sesos el resto de sus vidas tratando de averiguar quién era el verdadero Destripador de Chesapeake, y jamás llegarían hasta ellos. Porque ambos eran el Destripador ahora, Will había aceptado gustoso ayudarlo a encubrir todo y si era necesario, matar por él para que estuviera a salvo. De solo recordar esas dulces palabras de entrega Hannibal se sintió muy excitado, y no tardó en cubrir a Will con su cuerpo para comerlo lentamente a besos, hasta que el menor empezó a gemir y todo se volvió un extasis.

-Hemos tenido que esperar un poco, pero mañana será nuestro gran momento, Will- volvió a susurrarle- nos casaremos frente a todo el mundo, nos pondremos anillos y viajaremos a Cuba de luna de miel. Seremos esposos, uniremos nuestras vidas y nuestras almas para el resto de la eternidad. ¿No estás tan excitado como yo por esa idea?

-Yo estoy excitado, sí… pero más que por la boda, por tu lengua. Hace maravillas- jadeó Will fuera de control, retorciéndose de placer mientras Hannibal reía y le complacía todavía más con aquel instrumento de su anatomía. En teoría deberían haber esperado a después de la boda para pecar, pero… teniendo tantos pecados en sus conciencias, ¿qué importaba uno más?

(...)

La gente de Baltimore habló durante semanas de la boda entre el doctor Hannibal Lecter y el agente Will Graham. De lo enamorados que se veían, de lo elegante que estaba Hannibal con un traje negro y Will con uno blanco, del extravagante detalle de pasear en carruaje tras la ceremonia civil. Will sintió un poco de vergüenza por eso, pero Hannibal le aseguró que vergüenza era otra cosa. El mostrar su amor a todo el mundo no era nada vergonzoso.

Hannigram Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora