Cap 8 [T2] - ¿Desaparecido?

282 27 0
                                    

Lo'ak :

Ambos nos sentamos enfrente de aonung y empezamos a hablar con él, hasta que preguntó...

—¿Y neteyam?— Preguntó aonung.

Me quedé atónito, al igual que tsireya y todos los presentes. Aonung notó que el ambiente se puso pesado, y vió nuestras caras de tristeza.

—Pregunté, ¿dónde está neteyam?— Preguntó aonung alzando la voz.

—Aonung... Creo que lo'ak te contará todo.— Dijo tsireya.

—Entonces, lo'ak, ¿dónde está neteyam?— Me preguntó mientras me veía seriamente.

—Aonung... Él fue a buscarte con quaritch, y te encontró; te trajo aquí, pero entonces empezó una guerra contra las personas del cielo. Toda la aldea se refugió, pero neteyam se quedó a pelear un poco más. Nosotros estábamos en el acantilado del norte, porque antes de irnos, quedamos de vernos en ese acantilado. Él... Nunca llegó.—

—¿A qué te refieres con "nunca llegó"?—

—... Él se quedó a pelear. Hasta ahorita, creemos que distrajo a las personas del cielo, e hizo que lo siguieran para que nosotros estuviéramos a salvo, pero... Hasta ahorita, seguimos sin saber algo de él...—

—No... Él no... Él no es así...—

—Mi madre y mi padre están buscando alguna pista que haya dejado neteyam en el bosque, para así saber al menos si está bien o no.—

Todos los presentes menos aonung y yo se fueron, nos dejaron platicando a solas para no interrumpir en nuestra conversación.

—Él no es así, él no se iría sin dejar rastro. Yo sé que van a encontrar algo en el bosque.—

En cuanto dijo eso, llegó mi madre llorando con nosotros. Algo no andaba bien.

Mi madre se sentó a mi lado, y luego entró mi padre, quien tenía las orejas y la cabeza bajas. Llegó y se sentó entre aonung y yo, y luego me miró, pero su mirada era triste.

—Padre, ¿encontraron algo?— Pregunté.

—... Lo'ak, tu hermano está en peligro.— Dijo mientras mostró el collar y el audífono de neteyam. —Encontramos esto del lado oeste de la guarida, en el pasto.—

Me quedé atónito. Solo escuchaba a mi madre llorar, mientras que yo seguía mirando el collar y el audífono de neteyam. Luego, volteé a ver a aonung, y estaba igual, atónito.

—Pero... Que hayan encontrado su collar y su audífono no significa que esté en peligro, ¿verdad?— Preguntó aonung a mi padre, negando la realidad.

—No sabemos... Ni siquiera sabemos dónde está en este momento, lo único que sabemos es que dejó esto, tirado.— Dijo mi padre.

—Mi hermano... Él es muy fuerte, yo sé que él está bien.— Dije, negando la realidad al igual que aonung.

—Lo'ak, aonung... Neteyam está desaparecido.— Dijo mi padre con un nudo en la garganta.

No... No podía ser cierto. No podía caer en la realidad, estaba atónito. No quería aceptarlo, no quería.

—Mi neteyam... Solo tiene quince años, es muy pequeño aún, no sabe defenderse bien por su cuenta... Tantos peligros que hay en Pandora, y él solo es un niño...— Dijo mi madre entre lágrimas.

—Lo vamos a encontrar... Te lo prometo.— Dijo mi padre mientras sacaba a mi madre de nuestro hogar.

Solo quedamos aonung y yo, y ambos nos miramos mutuamente.

Mientras tengamos tiempo [aonunete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora