Evangeline odia a todas y cada una de las novias que Meave trae a su piso.
Comienza con Jessica, una chica de cuerpo escultural, bonitos ojos verdes y cabello dorado hasta la cintura, femenina, encantadora, y muy, pero muy irritante. Parece una princesita de cuento y Evie quiere ser la bruja que la haga desaparecer.
Jessica no es mala como tal, solo tiene una voz irritante y una desquiciante belleza hegemónica que vuelve a Ev loca. Jessi
intenta hacer conversación con Evangeline a pesar de que ella no le da la oportunidad, contestando de manera escueta y evasiva las preguntas más simples tales como: "¿Cómo estás?"—Deberías intentar ser un poco más amable con Jessica. Ella cree que no le agradas. Que locura, ¿no? —dice Meave, totalmente ajena a lo que pasa frente a sus ojos.
Evangeline hace todo lo que esta a su alcance para tolerar la situación y disimularlo mejor posible su mal humor, pero estalla un día en el que, mientras desayuna, Jessica sale de la habitación de Meave solo con una de esas remeras enormes y anchas que a Meavs le encanta usar y que apenas le cubre el trasero a la rubia.
―Buenos días. ―dice o más bien chilla Jessica―Veo que por lo menos tú si madrugas. Meave todavía esta roncando, no se lleva bien con las mañanas...
"No se lleva bien con las mañanas" afirma como si no estuviese hablándole de su mejor amiga, con la que lleva por lo menos ocho años de amistad. Hace todo lo posible por no gruñirle.
―No es que me guste levantarme temprano, pero hoy tengo un examen y apenas cuatro horas de sueño, por culpa tuya.
Le reclama Ev, y siente alguna satisfacción al ver la expresión sorprendida y preocupada en el rostro de Jessica.
―¿Mi culpa?
―Si, tuya. ―más específicamente, de ella y Meave―ayer no te callabas.
Pasó una horrible noche en la que las delgadas paredes del departamento le dejaron escuchar los murmullos, las risas, y los ¡Gemidos! Que provenían del cuarto de Meave, gemidos y jadeos perturbadores que no cesaron hasta bien entrada la noche. Y, después de eso, a Evangeline se le hizo imposible conciliar un sueño profundo y reparador, pero ya no tenía nada que ver con ruidos molestos.
Jessica se pone totalmente roja como una remolacha cuando comprende a lo que se refiere, y pide disculpas.
―Lo siento en serio, no sabía que se escuchaba, le diré a Meave que tengamos más cuidado la próxima vez...
Evie siente su ojo temblar ante la mención de una "próxima vez" y finalmente echa a la muchacha de su casa.
―Deberías irte. Ahora. ― "antes de que cometa asesinato" es lo que no dice.
Ella la mira desconcentrada, sin haber esperado ese tipo de reacción, pero asiente ―Solo déjame cambiarme. ―entra nuevamente a la habitación de Meave y sale de ella mucho más decente, lista para irse, para el alivio de Ev.
Sin embargo, detrás de ella sale Meave, con el pelo hecho un desastre (aún más que de costumbre), los ojos todavía medio cerrados por el sueño, y los anteojos chuecos.
―Buenos días. ―agarra a Jessica y le da un beso mojado en la mejilla. Ev hace una mueca. ―¿Te quedas a desayunar?
―Mm...―Jessica duda, mira a Evangeline que le devuelve una mirada de muerte. ―Iba a hacerlo, pero tu amiga me dijo que me vaya.
―Oh, bueno, la próxima vez entonces, adiós.
Evie tiene que reprimir una sonrisa al ver que Meave casi se encoge de hombros despreocupada cuando su novia esta claramente indignada con la situación. Sabe que esta mal y es cruel, pero le gusta.
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Desastre indecente |✔
Teen FictionMeave es un desastre vulgar, lo opuesto a una señorita de bien en todas sus formas... y a Evangeline le encanta. Evie ha sido criada para respetar las formas y sobreponer el decoro a sus propios deseos y/o necesidades. Meave le enseña a relajarse, a...