El entrenamiento

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Las luces del día se posaban suavemente sobre una enorme isla que flotaba en un vacío azul sin fin. En la superficie de la misma, se podía ver un frondoso bosque que se alejaba de la costa. Las hojas de los árboles se mecían al compás del viento que soplaba, mientras que en el reino celestial, caía la tarde de otro día.

Parado en el borde de la isleta y cercano al muro de árboles que conformaban el boscaje, se encontraba un joven dragón de escamas purpuras en su cuerpo, esta tenia placas amarillentas que bajaban por su cuello, de hecho, dejaba ver el mismo tono amarillento que residía en la parte baja de sus alas y la especie de daga que tenía en la punta de su cola, la cual era iluminada de medio lado por los tenues rayos de sol que brotaba entre las nubes.

El mismo estaba visiblemente frustrado y enojado, dejando escapar un gruñido mientras enseñaba un diente afilado al suspirar. Había acordado encontrarse con aquella dragona para entrenar juntos al igual que en los viejos tiempos, pero aún no había aparecido. Dejando escapar un humillo de sus fosas nasales, mencionó con irritación:
—¿Cuándo viene? Quedamos en entrenar después del almuerzo, y aún no ha aparecido. ¡Qué molestia!

Seguido bajo el hocico para notar el césped de la cornisa, esta se encontraba en el suelo, donde incluso pudo ver algunas piedras y flores que habían crecido pegadas al borde, quedándose quieto noto como la brisa las movía con suavidad, sin embargo, se giró con un pisar de sus cuatro patas al escuchar un leve ruido, proveniente de unos arbustos que habían crecido cerca de un árbol, colocando una cara algo pensativa al darse la media vuelta, notando los troncos de los robles, cuyas ramas se ladeaban con el suave viento.

Inseguro al respecto pego las alas de sus costados, dando unos pasos suaves para acercarse al follaje, estirando un poco el cuello para intentar mirar a lo que se encontraba detrás, pero fue sorprendido por alguien, la cual moviendo sus alas de cartílagos morados claro en la parte baja, cuyas placas eran del mismo tono, salto con agilidad para seguido; empujar al dragón púrpura con las patas delanteras, quedando el mismo boca abajo y ella encima, a la vez que notaba los ojos de iris azulina de la dragona: viendo la escamosa piel de color violeta oscurecido de la misma.

━Si... Fuera un enemigo Spyro, ya te hubiera hecho algo feoo... ━. La hembra con una cara confiada y decidida, mientras que pisaba el pecho del joven púrpura como diciendo que lo había derrotado de un solo ataque, ladeando la cola de forma descontrolada, mientras que notaba las placas amarillentas de su pansa.

━!quítate de encima Cynder¡

━¿Por qué? Si me gusta estar recostada de ti... ━contó ella acercándose aún más a su hocico para sentir las respiraciones leves del mismo, provocando que al dragón púrpura se le pintaran las mejillas de rosado; sintiéndose incomodo, a la vez que tomaba aire como si estuviera entrando en pánico, extendiendo sus alas por completo━. ¿Alguien te ha dicho que eres un dragón baboso? Eres adorable a tu modo.

━Nunca, de verdad eres una molestia ━remarcó Spyro con un tono enojado, de hecho la miro con una cara entre enojo y venganza, pero dejaba ver perfectamente su cara roja como tomate━. ¡Bájate ahora Cynder! ¡¿No vamos a entrenar lucha cuerpo a cuerpo?!

━Innegable. Tu ganas esta vez ━contestó ella con unas risitas suaves, dando unos pasos hacia atrás para quitarse de encima del dragón púrpura, mientras que enseñaba una leve sonrisa colmilluda; esta era blanca como la nieve, girándose para ver algunos de los árboles del bosque━. Es un buen lugar para entrenar, es tranquilo y silencioso.

━Está un poco alejado de la academia, bueno para pasar el rato a solas ━. Spyro con rapidez se puso de pie, sacudiéndose la tierra de sus alas al moverlas de forma leve, seguido los pegos de sus costados, dejando de lado la pena, esbozó una cara decidida al decirle:

Skylanders Academy: TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora