Skylanders Academy: Tormento

El Dragón Dorado

En una isla que flotaba en el vacío azulado, donde se encontraba aquella enorme casona de madera antigua en las paredes, techos de tejas rojas y rebordes negros en sus contornos, cuya puertas eran de madera negra con gravados metálicos en forma de dragones, sobre la misma se encontraba un letrero que decía: "Librería El Dragón Dorado" en letras metálicas, estas tenían lujosas farolas negras, las cuales estaban apagadas. Dedo a que era de día, entre un manto de nubes apareció un barco, el cual era pilotado por mabu con gorro y traje de aviador: hecho de cuero, el mismo dejo ver su fulminante sonrisa, acompañado de unos dientes blancos, acorde sentía el viento en su pelaje café claro y tenía un tono más oscuro alrededor de los ojos, estos eran de iris azulada, el mismo viendo a otro mabu con el mismo tono de pelaje en todo el cuerpo y un suéter verde, el mismo llevaba un bolso en la espalda, el cual estaba totalmente vacío, acomodándose los lentes al ver la estructura, puso una cara algo entusiasmada.

—Me encanta el viento de la mañana en mi dulce cuerpo, ¿a ti no querido Hugo? —señalo el mabu que andaba en el timón del barco volador, a la vez que notaba las islas que estaban alrededor del edificio.

—Ha. Claro aún más si vamos a un lugar lleno de conocimientos, se llama la biblioteca del dragón dorado, capitán Flynn. No pierdas el curso, quiero llegar a tiempo para reportarme con Koassandra la nueva directora de la academia —aclaro el mismo con un tono decidido, mientras que daba unos pasos para acercarse a la parte delantera del barco, notando lo bella que era la enorme casa, esta se parecía a cualquier biblioteca, pero tenía un toque misterioso que le intrigaba—. Esta biblioteca tiene un libro de ciencias desconocidas, hable con uno de sus encargados, me dijeron que me prestaría algunos de sus libros, tienen tomos enteros que cuentan muchas cosas interesantes —. Dejo escapar un suspiro enamorado del lugar, pero puso una cara decepcionada al mencionar—: Lo malo es que no puedo quedarme viendo, debido a que el sitio es nuevo, aun están restaurándolo.

—Valla. Si claro —aclaro el mismo sintiendo como el viento ladeaba los ropajes de habitador que llevaba, mientras que apreciaba el jardín del edificio al acercarse más con el barco volador que conducía, girándolo de forma leve, se puso pegado a la isla, donde pudo notar un camino de lozas antiguas, donde crecían algunos yerbajos entre las mismas, este tenía rocas en los contornos, donde se notaba el césped de la isla, donde habían algunos círculos con tulipanes, hortensias y amapolas amarillentas, las cuales se ladeaban por el viento, deteniendo el navío al presionar una palanca aun lado del barco, se dispuso a caminar por la cubierta para seguido bajar el puente; conectando el barco con la isla, notando mejor la estura con ventanales, estos tenían reborde de madera negra, apreciando que todas las ventanas estaban cubiertas por cortinas blancas, dándole un aspecto desolado y ordenado al lugar—. Siento algo extraño al ver esta librería, ¿dime como llamaste por teléfono a sus dueños. Hugo?

—Bueno. Mediante uno de los posters publicitarios que pusieron ayer, el cual decía que pronto iba abrir al público, incluso daban una localización y un número de teléfono, decidí hablar con lo que atendían el sitio, creo que uno se llamaba Suke y el otro se llamaba Acel... —aclaro el mismo con un tono pensante, tomando aire para empezar a caminar por el puente de madera, el cual estaba entre el barco volador y la isla con la librería—. Me encantaría poder ver todo lo que tiene, pero debo esperar.

—Entonces, ¿porque estás aquí? —dijo Flynn bajando las orejas de forma enojada, colocándose de brazos cruzados.

—Porque me dijeron que me van a dar un libro de ciencias desconocidas —contesto Hugo con algo de furia, a la vez que dejaba escapar un suspiro—. Si me escucharas, ya lo sabrías.