4.

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Los siguientes días fueron lindos, pasar tiempo contigo realmente me gustaba, eras tan cariñoso conmigo y yo tan ingenua que poco a poco iba cayendo, pero nunca por completo.

Descubriste mis bajones emocionales y parecías preocupado por hacerme sentir bien, sin saber que tus acciones eran la causa de mi estado.

Porque así me ponía cada vez que te veía escribiéndole a ella. La tenías agregada con un corazón, a las dos.

Eso claramente era una bandera roja en todo su maldito esplendor.

Llegué a plantearme la idea de terminar todo, porque me empezabas a gustar cada día más y sentir que mis emociones se salían de control me daba pánico.

Pero cualquier plan de terminar con aquello que teníamos se iba directo a la basura cuando me mirabas con esos ojos, tan bonitos que creo que no te dabas cuenta del efecto que tenían en mí. Solo podía llegar a pensar: Me quiero arriesgar por ti.

"Ya te hablé de eso, lo mío con ella vi que no funcionará, ella se irá del país. Lo sabes, no pasa nada con ella"  Me aseguraste una vez.

Me jurabas que lo tenías superado y que solo eran amigos. Te tenías tan engañado y convencido de eso que lograste convencerme por unos días.

Confié en ti porque de alguna forma pensé que si al menos no me querías de verdad, por lo menos me tendrías cariño como a una amiga y no harías nada para hacerme daño.

Resulta que estaba muy equivocada.

Tan ciega.

Tan ilusionada de que por una vez todo salga bien con el chico que me gusta.





[💔]

• Nota de autora:

¿Pueden creer que esté llorando con mi propia historia? En serio me da mucha pena.

No lo sé, siento que al menos una vez en la vida alguien jugó con nuestros sentimientos.

En fin, espero que les esté gustando. Si pasaron por algo parecido pueden contarme, piensen que es una forma de desahogarse y aunque no lo parezca, funciona.

Besitos.

- Dulce.

Las cosas que nunca debí sentir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora