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Caminaba con las manos dentro de su campera, su respiración podía hacerse notar debido a la baja temperatura a la que se encontraban.

La poca gente que se cruzaba en su camino murmuraba cosas, lo miraba de forma extraña e incluso cambiaban de acera solamente para no tener que cruzar con él ,ese tipo de cosas eran más que recurrentes en su día a día, así que sin más lo dejo pasar. 

Ese día en específico estaba muy cansado como para golpear a alguien que solo decía la verdad, que le tenía miedo o incluso respeto.

“Se dice que es un mafioso” ” es peligroso” “Roba bancos” “escuche que ha matado mucha  gente” “no tiene sentimientos” "sus manos están manchadas de sangre" todas y cada una de aquellas frases no tenían la mas mínima mentira en ellas, la gente lo sabia, la gente le temía y eso era un sentimiento agradable, al menos para él, si quería ser respetado, necesitaba dar miedo. 

La noche era fría y el cielo era adornado por un manto negro y algunas estrellas, las cuales gracias a la falta de lámparas en las calles eran visibles. Paso por enfrente del callejon de basura, pero retrocedió algunos pasos al ver de reojo algo moviéndose, su curiosidad era más grande que sus ganas de tumbarse en la cama. 

Sonrió para sí mismo al pensar que podría tener una mascota nueva, claro si es que lograba atrapar a esa rata sin ser mordido y tener que correr al maldito hospital por una inyección antirrábica. 

Camino a paso firme, adentrándose al callejón, con la luz de su teléfono ayudándose para encontrar su futuro amigo, pero encontró algo aún mejor.

Algo con lo que podría divertirse más que con una mascota. 

Un cuerpo, bastante golpeado, en mal estado, con hematomas por todos lados y ambos ojos mas que hinchados, parecía que alguien había querido matarlo pero el tipo era resistente y luchaba contra su vida entre aquel callejón mal oliente. 

Se inclino junto a el para revisar sus signos vitales y se llevo la sorpresa de que seguía con vida, aún en el estado tan deporable que se encontraba, esa cosa seguía con vida. 

Río por lo bajo -Estos idiotas,no pueden si quiera matar a una persona -guardó su teléfono y volvió a meter las manos a su campera, dispuesto a irse del lugar, pero una mano sostenido su tobillo se lo impidió.

-Ayudame ¡porfavor! -El chico este rogó, nunca antes le habían rogado, ni siquiera por sus vidas y eso le hizo sentirse honrado, dejando salir una sonrisa ladina, pero nunca le intereso ayudar a los demás así que agito un poco su pierna y siguió caminando hasta salir de aquel callejón mal oliente.

El chico que se quedó ahí en el suelo bufo frustrado, si su plan no funcionaba, todos los golpes,hematomas y esa maltida herida de tubo que tenía la cabeza  -idea de Bible porsupuesto- habrán sido en vano, no podía creer que el tan Nakunnta no se compadeciere de alguien como él.

Aunque sinceramente no le sorprendia, en el mundo en qué vivían día a día, no podías tomarte la libertad de sentir lástima por las personas y mucho menos, por un desconocido, no podías darte si quieres tiempo de sentir algo.

Giro un poco la cabeza y vio al mismo chico, acercándose a paso rápido a él.

-No se porque hago esto,pero vamos ¿puedes levantarte? -Ayudo a que se levantara, coloco uno de los brazos del golpeado sobre su hombro y a paso lento comenzaron a caminar en dirección al apartamento del chico.

El chico este, por su lado, sonreía victorioso. Por fin su plan había dado frutos como el esperaba, solo algunas cosas más y podría atacar, era solamente cuestión de esperar su momento más vulnerable. 

Hate me || JeffTaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora