Día 5: El deber de un matón.Aunque no quería debía ir a clase, ya que pronto seria las semanas de los exámenes y de ellos pendía su titulo, debía tener buenos apuntes, aunque eso conlleve volver a sentir las miradas de todos y escuchar los murmuros en los pasillos.
Trato de ignorarlos, pero era difícil.
Ya que los profesores también empezaban a comportarse raro.
Intentaba centraba en las siguientes clases, apuntando lo que era necesario y con suerte las horas pasarían rápido, librándolo de la horrible sensación de asfixia.
—Mira que tenemos aquí-dijo una voz acercándose hacia él.
Jin no tuvo tiempo para pensar cuando la puerta de su taquilla fue cerrada de golpe, atrapando su mano con fuerza y causándole mucho dolor, sus libros cayeron al suelo y no pudo reprimir el grito de dolor que sus labios habían soltado.
Lo peor es que no podía sacar la mano, otra ajena estaba presionando contra la puerta y dejándolo sin opciones para defenderse, ya que eran cinco contra uno solo.
Aun peor es que no era la primera vez.
Chan y sus amigos lo molestaban de antes, pero en esas ocasiones eran por afeminado y por lo menos tenia la protección de Namjoon, pero ahora lo molestaban por ser homosexual y el moreno era parte de ellos, uniéndose a su insultos y abusos.
Todavía recordaba el accidente en su casa.
Ese día tuvo que mentirle a las enfermeras y a su madre, diciendo que se había caído de las escaleras en un descuido tonto, no quiso meter al moreno en problemas.
En el fondo lo seguía viendo como su amigo.
—¿Qué quieres Chan?... -dijo Jin suspirando cansado, seguro que ahora vendría un monólogo de insultos hacia su persona.
Ahora incluyendo que era gay, tenían más insultos que decirle y crear unos nuevos.
Estaba cansado de eso, pero no podía hacer nada.
Eran más fuertes y más cantidad.
No tenía forma de ganar o al menos defenderse...
Chan levanto las cejas sotprendido por la actitud chulesca del castaño, mirando a sus compañeros y empezar a reír en su cara, mientras lo señalaban y miraban como si fuera un loco.
—Mira al marica, se a puesto chulo –dijo Chan con una sonrisa irónica, haciendo burla a Jin, imitando lo de una forma patética, mientras los demás reían.
Jin quería ser tragado por la tierra.
Puso los ojos en blanco y suspiro cansado, sin querer hizo una muñeca de desagradó, pero no podía disimular que esa situación le desagradaba.
Cosa que no le gustó a los matones.
—Oye rarito, a nosotros no nos miras con esa cara que te la partimos –dijo uno de los chicos, empujando a Jin contra su taquilla, haciendo que sus libros cayeran de sus manos y quedara aturdido.
—Yo no...
No pudo decir nada cuando en su cara fue a parar un puño, su vista se nubló y su cabeza dio contra el metal de la puerta, sintió la electricidad del golpe recorrer todo su cráneo, hasta sintió las puntas de su herida abrirse un poco.
Un tumbado inundó sus oidos y solo era capaz de escuchar los latidos de su corazón, los latidos golpeando su pecho a mil por hora y sus piernas empezaban a fallar, parecían hojas al viento y su labio.
Su labio...
Estaba partido con una gran herida, un corte causado por el anillo que llevaba Chan en su mano.
Sentía el sabor metálico en su boca.
No pudo recuperarse cuando un segundo golpe vino, ahora con dirección a su estómago, dejándolo ahora sí, sin palabras, soltando solo un jadeo causado por el dolor.
¿Era necesario todo eso?
¿Se lo tenía merecido...?
¿Por qué...?
Si no había hecho nada malo...
—Adiós fenemono, no queremos contagiarnos con tu mariconismo–dijo Chan entre risa, viendo como el castaño caía al suelo lentamente.
Se veía el dolor en su cara.
La mayoría se marchó entre risas, celebrando entre ellos el gran trabajo que habían hecho y estaban felices de haberlo molestado.
¿Desde cuándo eso era un logro...?
¿Por qué ahora era un juguete para todos?
Pensaba que había quedado solo, pero la sombra de alguien de pie frente suya, con cierto temor levanto la mirada encontrando aquellos ojos tranquilos, esa mirada perezosa y con las manos en los bolsillos.
Namjoon se había quedado con él.
Con uno de sus pies piso los libros y los arrastró hasta dejarlos junto al castaño, dejándolo algo sorprendido, pero sin confiar demasiado.
Pero aún así tenía una espinita en su corazón, la que le decía que Namjoon en el fondo no era malo.
—¿Por qué no me has ayudado...? –dijo Jin en un hilo de voz, mientas de su labio caía una línea de su propia sangre.
El moreno quedo unos segundo es silenció, como si no supiera responder a esa simple pregunta, causando una gran incertidumbre en Jin.
Quería saber el por qué.
¿Por qué lo trataban así?
¿Acaso hizo algo mal?
Jin no era perfecto, pero...
—Soy un matón, mi deber es golpear a bicho raros como tu –dijo Namjoon sin inmutarse, como si no se diera cuenta de lo que decía.
Como si dijera lo correcto.
Jin solo pudo agacharse por el dolor, quedando hecho una bolita, agarrando su dañado estómago y sintiendo observando por la mirada del moreno.
Quien permaneció ahí sin hacer nada, ni siquiera mover un dedo para ayudar al que un día...
Lo llamó "su mejor amigo".
Todos en los pasillos vieron lo que había ocurrido momentos antes, pero nadie hizo nada, ya que en el fondo tenían miedo de ser molestados de igual manera o simplemente no les importaba en lo absoluto.
Jin sabia que era la segunda opción y eso lo hacía sentirse más humillado.
Quería irse a casa y dormir.
Olvidarse de todo.
y de todos.
A lo lejos, uno de los testigos que no hizo nada para ayudarle era Taehyung.
Sobretodo cuando fue el quien les dijo donde estaba su hermano.
¿Tanto lo odiaban ahora?
¿Por qué?
Jin era bueno...
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Yo no queria...
RandomEl error de Seokjin fue enamorarse de Namjoon, su mejor amigo...