Lo Que El No Conoce

Capítulo 8 - Una Hija De La Casa Black

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Harry Potter.

Capítulo 8 – Una Hija de la Casa Black

Harry fue liberado al día siguiente y no perdió tiempo en informar a sus amigos de lo que había sucedido. Draco ahora estaba incluido en estas conversaciones en tiempo real en lugar de esperar a cuándo podrían volver a encontrarse sin ser vistos juntos. Todo esto fue gracias al regalo de Navidad de Narcissa y Lucius. Habían tomado el espejo de comunicación que tenían Harry y Sirius y lo habían ampliado; normalmente solo dos espejos estaban conectados, pero ahora era una red completa para su familia y para Ron y Hermione. Era un poco de magia inteligente y significaba que Draco solo tenía que encontrar tiempo a solas para hablar con sus amigos, lo cual era mucho más fácil y seguro que tratar de encontrarse en persona. Naturalmente, la noticia de otro ataque, esta vez contra un estudiante, no les cayó bien y los volvió a poner en alerta máxima, aunque esto era cierto para toda la escuela. Se había ido cualquier relajación que la tranquilidad de los últimos meses le había traído. La escuela volvió a las medidas de seguridad adicionales estrictamente aplicadas. Los gobernadores, todos ellos esta vez, fueron vistos yendo y viniendo del castillo, al igual que varios miembros del Ministerio. Nadie se estaba tomando esto a la ligera, por lo que Harry estaba inmensamente contento, aunque dada la tendencia habitual de Dumbledore a creer que Hogwarts era el lugar más seguro del mundo, Harry sospechaba que la diligencia de la escuela podría tener algo que ver con la presión que ejercía sobre él desde el principio. gobernadores y Ministerio, que a su vez se debió en gran parte a Lucius y Sirius. Aparentemente en todos los casos, la gente estaba feliz de seguir el ejemplo de Dumbledore dado su estatus como Jefe Brujo del Wizengamot, el Mugwump Supremo de la Confederación Internacional de Magos, y dada la opinión general de que él es el mago de luz más poderoso del mundo. Sin embargo, Lucius y Sirius no compartían sus puntos de vista y ambos tenían mucha influencia en el Ministerio, por lo que aquellos que se habrían sentido inactivos por los puntos de vista de Dumbledore ahora se vieron obligados a actuar.

Con toda la escuela en alerta máxima, se volvió más difícil para los amigos escabullirse y continuar con su entrenamiento habitual, y especialmente encontrarse con Draco; incluso encontrar tiempo para hablar con él frente al espejo empezaba a ser un desafío. Un par de días después del ataque fue la excepción. Lucius estaba de vuelta en la escuela, esta vez junto con Sirius en su forma humana, el Señor de la Casa Black había hablado de su camino hacia la Junta de Gobernadores, una hazaña que había resultado bastante fácil en la reciente agitación. Ambos habían convocado a sus hijos, mientras que Sirius también había invitado a los amigos de Harry, solo que su grupo sabía que todos se reunirían.

"¿Por qué estamos aquí, Sirius?" preguntó Harry, habiendo hablado recientemente con su padrino en persona. Sin embargo, su respuesta no provino de Sirius, sino de Lucius, quien le entregó una pequeña caja a Draco. La niña de doce años se giró nerviosamente para mirar a Hermione. "El ataque a Creevey demuestra que quienquiera que sea el heredero de Slytherin, está detrás de los hijos de muggles. Sé que no necesitas a alguien que te proteja, pero estoy preocupado". Abrió la caja y Hermione dejó escapar un grito ahogado al ver el gran collar de esmeraldas dentro.

"¡Draco! ¿Qué diablos...?"

"Este collar es una vieja reliquia de la familia Black encantada para proteger a una hija de la Casa Black; el abuelo Cygnus se lo dio a mamá cuando ella comenzó en Hogwarts. Te protegerá contra la mayoría de las maldiciones y nos advertirá si alguna vez estás en peligro". Él explicó. "Sin embargo, tiene sus límites. Dudo que te proteja del heredero de Slytherin, no es tan poderoso, pero con suerte te dará tiempo para escapar o para que llegue ayuda".

"Draco... yo no-es demasiado." Hermione trató de insistir.

"Por favor."

"I..."