꧁ Reencuentro ꧂

510 33 41
                                    

Luego de unas semanas de mudarse al pueblo de Ginebra, el equipo amistad ya se había familiarizado con aquel pueblo, tenían amigos, sabían cómo sobrevivir en aquel pueblo, todo iba muy bien entre ellos, las peleas casi nunca estaban presentes, si bien Kitty y Gato se enfadaban, ahí estaba su querido amigo Perrito para tranquilizarlos, siendo así que a los segundos volvían a estar como si nada hubiera pasado. Su vida había estado tranquila, sin embargo, hace ya algunos días una felina bicolor estaba actuando extrañamente.

-Kitty..
-Kitty, linda despierta.
-Amor...

Decía Gato a su esposa aún durmiendo en la habitación que compartían.

-5 minutos más, tengo sueño..- respondió Kitty dándose la vuelta para que no interfieran en su sueño.

Algo que le sorprendió a la bicolor fué que su esposo era demasiado ruidoso, siempre que quería algo hacía de todo por lograrlo, pero esta vez no hizo nada más que quedarse en silencio, no dijo nada ni se escucha tenerlo ahí, Kitty volteó sorprendida, un movimiento, solo uno, hizo que Gato se lance ensima de ella para empezar a dejar montones de besos en su rostro.

-G-gato, deja de hacer eso!- dijo riendo la ojiazul.

-No!- dijo Gato aún cerca de su esposa.

Luego de ello Kitty se acercó para besar a su marido, sus labios chocaban permitiendo sentirse con un abrazo, cada centímetro de ellos le pertenecía al otro, nada interrumpiría ese lindo momento, bueno, eso pensaban.

-CHICOS! SE HACE TARDE!- dijo perrito desde abajo, ocasionando que los dos amantes se separen de ese tierno momento.

Ambos rieron ante tal situación.

-AHI VAMOS!- respondió Gato.

Luego volvió a ver a su esposa acercando su rostro nuevamente para besarla, pero volvió a ser interrumpido por el can.

-Oigan que hacen?- dijo perrito desde la puerta de la habitación de los felinos, viéndolos en una situación, incomoda, por así decirlo.

-Jugando a las luchas- Respondió Gato improvisando.

-Ahhhh, ok.... Bueno ya se hace tarde, tenemos que ir al mercado, no tenemos mucha comida.- dijo perrito inocentemente.

-Ahh, ahí vamos- respondió Kitty levantándose finalmente de la cama.

Luego de ello, salieron directamente al mercado de Ginebra. Tenía bastantes puestos y mucha comida, perfecto para robar algunas cosas, hasta ahora nadie sabía su "trabajo" por ello deberían mantener un perfil bajo, eso era lo mejor por ahora.

Mientras caminaban ellos conversaban de cosas triviales, nada en especial, aunque había algo que inquietaba al atigrado.

-Kitty, tienes algo?- dijo Gato mirando a su esposa.

-A que te refieres?- respondió Kitty mirando extrañada al pelirrojo.

-Esque... No lo sé... Últimamente estás, rara...- dijo Gato volteando la cabeza.

-En que sentido?- respondió Kitty desganada.

-A eso! Últimamente duermes demasiado, bueno no es que este malo dormir, eso no te hace ser alguien flojo, y en el caso que lo fueras tampoco habría nada de malo, pero quiero decir, osea, el punto es- decía Gato tartamudeando.

-Al grano por favor- dijo Kitty suspirando.

-Me preocupas, no quiero que te pase nada malo...

-Oye Gato, Kitty es muy fuerte, no creo que sea nada grave, tal vez este por coger un resfriado y ya. - Hablo perrito luego de escuchar la conversación de sus amigos.

-Perrito tiene razón, no te preocupes por cosas innecesarias, voy a estar bien, tonto- dijo Kitty sonriendo.

-Claro... - Dijo Gato "acomodandose" el sbrero.

-Eh? Don-?- dijo Gato dándose cuenta que su típico sombrero no estaba.

El rápidamente entendió de quién se trataba, miro a la bicolor con su sombrero puesto, puede que se lo haya visto con eso puesto mil veces, pero le quedaba maldita mente hermoso.

-Sigo siendo la misma de antes- dijo Kitty guiñando el ojo.

-Ya me di cuenta - respondió Gato riendo, sin embargo nunca le quitó su pertenencia, lo dejo con ella.

Luego de un rato, ya habían llegado al mercado, compraron cosas básicas, lo necesario como para estar bien por un mes. Ya tenían todo, así que podrían regresar a su cálido hogar, o quien sabe, porque cuando trataban de hacerlo, algo hizo que su pacífica vida hasta el día de hoy, pueda cambiar.

-OYE! TEN MAS CUIDADO!- dijo la biclor luego de casi caerse por culpa de un desconocido que paso corriendo, si no fuera por el de ojos esmeralda, ahora mismo estaría en el piso.

-Kitty!, Estás bien?- pregunto perrito acercándose.

-Si..- dijo Kitty para luego asustarse.

-Pasa algo?- pregunto Gato viendo como su esposa revisaba sus botas y cinturón.

-DESGRACIADO!- Grito la bicolor.

-SE ROBO EL DINERO!- dijo Kitty corriendo detrás de aquel ladrón.

-PERRITO! LLEVA LAS COSAS A CASA, LUEGO TE ALCANZAMOS - dijo Gato yendo detrás de su esposa.

-ENTENDIDO!- dijo perrito haciendo caso a el pedido del pelirrojo.

Kitty y Gato corrieron como pudieron para atrapar a tal ladrón, era muy raro que a alguno de ellos les robasen algo, digo, ellos eran ladrones también..

-GATO, ANDA POR AQUEL LADO, HAY QUE RODEARLO!- dijo Kitty separandose de su esposo.

-A sus órdenes mi señora!- dijo Gato haciendo caso a la indicación de la felina.

Luego de correr por un rato más, llegó hacia el ladrón quedando en un callejón oscuro sin salida, solo estaban Gato y aquel ser misterioso.

-Mira amigo mio, yo suelo ser alguien comprensivo, sin embargo TU acabas de robar a- trato Gato de terminar su oración, pero el ladrón lo interrumpió.

-Ladrón que roba a ladrón tiene cien años del perdón - dijo el ser con una voz triunfante.

-Eh?- fue lo único que dijo Gato, se quedó paralizado, hasta ahora nadie en Ginebra sabía sobre su trabajo con el de Kitty, además su voz se le hacía muy familiar.

-Gato!- dijo Kitty llegando finalmente a la reunión en la oscuridad.

-Vaya vaya, la Srta. patitas suaves y el Sr, Botas, que lindo reencuentro de amigos eh (???)

-En primera, no sé quién carajos serás tu, y para ti y para todos soy la Señora de Botas- dijo Kitty amenazantemente.

-Espera?, Tu y el mujeriego? JAJAJ- empezó a reír burlonamente aquel ladrón.

Kitty y Gato se miraron confundidos, quién era el? Su voz era demasiado familiar, quién era el macho que ocultaba su rostro con una máscara?

-Ustedes no tienen remedio (???)

-No tengo más opción que quitarme está máscara - dijo el ladron enconjiendo sus hombros.

Kitty y Gato sacaron sus espadas por cualquier acto de parte del desconocido que les hiciera algún daño.

El ladrón salió a la luz quitándose su máscara sorprendiendo a ambos felinos.

-T-TU ERES?!- gritaron los amantes quedando perplejos.

Comencemos de nuevo, mi amor(segunda temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora