꧁ Arreglemos viejas deudas ꧂

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El equipo amistad se quedó a dormir en un cuarto libre del orfanato, Imelda se había tomado muy bien la noticia, así que eso los tranquilizó. Perrito se quedó profundamente dormido en una de las camas de la habitación, mientras que Kitty y Gato durmieron en otra.

Cuando ya amaneció, los felinos tuvieron que levantarse por obligación, pues empezaron a escucharse sonidos de niños gritando y corriendo por todo el local.

-Ay, que recuerdos- dijo Gato acomodándose en el cuello de la biclor.

-Asi era tu vida?, Probresito- respondió Kitty abrazando al atigrado.

-Supongo que no tenemos de otra, hay que levantarse- dijo Gato separandose del tierno agarre que se tenían los dos felinos.

-Cinco minutos más, ahora duermo por dos...- dijo Kitty dándose la vuelta.

-Excusas, ya levántate, aclaremos de una vez las deudas con el comandante.- dijo Gato insistiendo una y otra vez.

Luego de minutos de obligación a Kitty para que se levante, fueron a tomar desayuno en una mesa apartada de los niños del orfanato, eran demasiado escandalosos por ser varios. Luego de desayunar, Kitty y Gato fueron a lo que vinieron, estaban más que decididos de hablar con el comandante, mientras que perrito decidió quedarse con Imelda para jugar con los niños.

Luego de unos minutos llegaron a la cárcel de San Ricardo, lugar donde encontrarían al comandante.

-Ahora que lo pienso, aquí inicio todo- dijo Gato apunto de entrar.

-Vaya manera- dijo Kitty riendo.

-Bueno, trata de no enfrentarte mucho, tienen que cuidarse- dijo Gato volviendo a un tono más serio.

-Se muy bien la capacidad que tengo en estos momentos, pero si hace falta no dudes en que la usaré- dijo Kitty tomando la misma seriedad de Gato.

Finalmente entraron, los guardias estaban ahí y los miraban con una cara de asombro, cómo si el verlos sea algo que nadie puede hacerlo, seguían caminando, algunos ponían caras seria y molestas otros sonreían y se emocionaban al tener dos leyendas frente a ellos.

Hasta que en un punto chocaron miradas frente a frente con el comandante, a distancia se podía ver claramente la tensión que se tenía en ese momento.

-Vaya, vaya, el Gato con Botas y Kitty Patitas Suaves se dignan a aparecer frente a la ley.- dijo el comandante con una leve sonrisa en los labios.

-No te tengo miedo, se muy bien cuáles fueron mis motivos- dijo Gato con las cejas arqueadas.

Ambos miraron a la ojiazul esperando que diga algo, algo que claramente era lo que esperaban.

-Yo no tengo excusas, si robé, pero ya está todo compensado- dijo Kitty cruzando los brazos.

-Efectivamente... Después de que trajeran a la ganza dorada, la deuda con el banco y puestos del mercado fueron completamente pagadas - dijo el comandante molesto por no poder cumplir con el cometido de encarcelar a los dos gatos.

-Entonces, no hay motivo alguno para que nos encarceles- dijo Gato riendo.

-Lastimosamente no, pero cuídate Gato con Botas, un solo robo, por más que sea un frijol, soy capaz de dar todo por verte tras las rejas- dijo el comandante alejándose de los demás.

-No entiendo las rivalidades, pero ya estamos a mano- dijo Kitty tomando la pata de Gato para irse.

-Efectivamente, mi amor- dijo Gato retirándose del lugar con Kitty para volver con Imelda y Perrito.

Finalmente llegaron al orfanato, los niños corrían y corrían por todos lados, y sin ninguna sorpresa, Perrito jugaba con ellos cómo si los conociera de toda la vida.

-Tu crees que juegue así con nuestro hijo?- dijo Gato sonriendo ante la hermosa escena.

-Es lo más probable- dijo Kitty riendo.

-Voy a avisar a mi madre que ya llegamos, luego quiero ir a un lugar contigo- dijo Gato mientras se alejaba de la ojiazul.

-Como tu digas- dijo Kitty caminando a la dirección contraria a la que iba Gato.

-(Dónde se habrá metido Perrito?)- pensaba la ojiazul mientras buscaba a su amigo.

-Kitty! mira lo que encontré!- dijo Perrito corriendo hacia la bicolor.

-Qué es eso Perrito?- pregunto la minina mientras agarraba el sobre que le trajo Perrito.

-No lo se, simplemente lo encontré tirado y atrás dice tu nombre y el de Gato- dijo Perrito sonriendo.

-¿Dónde lo encontraste?- preguntó Kitty volteando el sobre para ver que efectivamente ahí decía claramente el nombre de ella y su esposo.

-Por el jardín donde estaba jugando con los niños, por cierto, hablando de ello, ¿puedo ir a jugar?- dijo Perrito tiernamente.

-Claro, anda, yo me encargo de esto- dijo Kitty acariciando la cabeza de Perrito para luego ver como se iba corriendo emocionadamente.

Kitty sentía una enorme curiosidad sobre ese sobre, ¿Qué habría dentro?, no se quedaría con la duda, asi que lo abrió cuidadosamente, la carta estaba doblada a la mitad, solo se miraba un rectángulo completamente blanco, y antes de que lo abriera...

-Kitty!- dijo Gato corriendo hacia su esposa. Kitty apenas lo escuchó dio un pequeño salto del susto pero aún así guardo la carta en sus botas, lo leería luego..

-¿Ya hablaste con Imelda?- dijo Kitty dejando un pequeño beso en los labios de Gato para saludar.

-Sip! ya le dije que regresaremos tarde- dijo Gato caminando con Kitty.

-¿Qué planeas?- preguntó Kitty curiosamente.

-Solo diré, que en unos minutos lo vas a reconocer al momento.

Luego de unos minutos, efectivamente Kitty reconoció aquel callejón donde tuvo una de sus primeras interacciones con Gato, estuvieron hablando de viejos recuerdos (los buenos) luego, se fueron al lugar donde tuvieron su primer enfrentamiento de baile y de espadas. Esa noche fue una llena de recuerdos que fortalecían más la relación de los felinos, nadie podría romper ese enorme amor que siempre estuvo presente en ellos y cada día más aumentaba, sobre todo, el amor que crecía dentro de la ojiazul, ¿verdad?...

-Aquí... aquí siempre veía las nubes con Humpty- dijo Gato echado con un brazo bajo su cabeza y el otro sobando levemente la cabeza de su esposa en la pequeña montaña cerca de orfanato.

-Debe traerte nostalgia entonces- dijo Kitty abrazando a Gato.

-Pues si.. pero ahora estoy creando mas con ustedes- dijo el pelinaranja tocando el vientre de la bicolor mientras le daba un pequeño beso.

Kitty simplemente sonrió ante las palabras del felino, hasta que algo se le vino a la mente.

-Olvidaba decirte, encontré esta carta, decía nuestro nombre, pero no pudo leerla, será mejor que la leamos de una vez- dijo Kitty dándole el papel a Gato.

-Veamos...


Comencemos de nuevo, mi amor(segunda temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora