Capítulo 2

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Lexa POV

No podía entender cómo había sido capaz de ocultarme. Jamás me importó lo que la gente dijera, pero ya no había nada que hacer, ella se había ido y yo tenía que enfocarme en la pelea.

Fui al baño a lavarme el rostro y minutos después salí, encontrándome con mi mejor amiga quien me tendía un vaso con agua.

—Gracias.

—No tienes que agradecerme, sabes que estaré siempre para ti. Pero dime...

—Anya...

—Sólo dime por qué te has ocultado. Desde que te conozco que has demostrado sin miedo que te gustan las mujeres ¿Por qué hacerlo con Luna?

—Yo... No lo sé, supongo que necesitaba algo de privacidad por parte de los reporteros. Quiero vivir una vida tranquila.

—Lo sé, Woods.

Anya me abrazó dejando que llorara en su hombro, y me acarició la espalda logrando que pudiera calmarme, cuando mí móvil comenzó a sonar.

—Rae.

Hey Woods... ¿Te encuentras bien?

—No realmente.

¿Qué ha pasado?

—Luna... Me ha terminado.

Oh mierda. Lo siento, Woods.

—No te preocupes ¿Qué necesitas?

Me preguntaba si quisieras salir, pero si no te encuentras bien...

—Creo que salir me hará bien ¿Dónde tienes pensado ir?

¿Conoces Polis?

—De sobra—dije al recordar que Anya me había llevado varias veces para vender sus porros—. En un rato estaré en tu casa.

Nos vemos Woods.

Corté y vi que Anya me observaba, entonces me senté a su lado y ella pasó su brazo por mis hombros.

—¿Saldrás?

—Raven quiere que vaya a Polis ¿Quieres ir?

—No lo creo, pensaba ir a casa a descansar y estar con mamá si sus amigas se han ido. Pero mañana vendré para almorzar, si no te molesta.

—Sabes que no me molesta—dije abrazándola y ella me acarició la espalda—. Puedes venir siempre que quieras.

—Cuídate mucho

—Lo haré. Tú cuídate también, si es que vas a follar por ahí.

—Como siempre.

Fui a la ducha y diez minutos después me dirigí hacia mi habitación metiéndome en el armario buscando qué ponerme, decidiéndome por una camisa blanca y unos pantalones junto con unos tacones negros. Terminé de maquillarme y de peinarme, y tomando las llaves de mi auto salí rumbo a lo de Raven.

—Hey.

—Hey.

—¿Anya no vino contigo?

—Estaba algo cansada, prefirió quedarse.

—¿Cómo te sientes?—preguntó abrazándome y yo suspiré abrazándola fuerte—. Oye tranquila, podrás relajarte esta noche y dejar de pensar en ella.

—Gracias.

—Ven, pasa.

Me dejó pasar y yo dejé mi bolso en el sofá, me senté largando el aire de mis pulmones y Raven se sentó a mi lado.

Entre las cuerdas - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora