Capítulo 11

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Clarke POV

En el baño sonreí recordando cómo Lexa me había apoyado. Haberla sentido, me había puesto muy caliente.

Mojé mí rostro logrando calmarme y dejé el baño, regresando a la habitación para tomar mis cosas, cuando la escuché.

—Oh dios... Ummm...

—¿Qué?—me asomé por la puerta, y pude verla—. Oh por dios.

Lexa tenía su mano derecha dentro de sus pantalones.

La imagen me puso mucho más caliente, entonces no pude evitarlo. Entre en la habitación y me acerqué a ella, sentándome detrás.

—Clarke...

—No te detengas.

—Oh... Oh mierda...

—No pares, Lexa.

—Oh diablos... No.

Nerviosa se puso de pie, colocándose sus pantalones y se tomó la cabeza.

—Lexa.

—Esto está mal.

—Cálmate Lexa. Todo está bien.

Sonriendo la tomé por su camiseta acercándola a mí, para besarla.

Me tomó por el rostro jugando con su engua en mí boca, y logré que retrocediera hasta la cama.

—Clarke.

—No te detengas.- le pedí cuando ella me miró—. Deja de preocuparte, y bésame.

—Me has visto masturbarme. No quise...

—Verte me ha puesto tan caliente.

—¿Qué? N... No... Ontari va a matarme.

—Oye no te preocupes por Ontari, no me importa.

—No quiero lastimarte—dijo cuando hice a un lado sus cabellos—. Estaré ocupada con los entrenamientos y las peleas y... Tal vez no lo soportes... También estarán los periodistas...

—Hablas demasiado cuando te pones nerviosa—dije y ella rodeó los ojos— ¿Ya te olvidas que soy pedriodista?

—Lo sé pero...

—Lexa, siento algo por ti. Eres diferente al resto de las personas que he conocido.

—No podemos.

—Hablaré con ella.

—Clarke.

—¿Qué? Podemos intentarlo, sin escondernos.

Sonrió pero aún estaba preocupada, la miré acariciando su rostro bajando hacia sus labios y ella cerró los ojos suspirando.

—Mierda...

—¿Qué sucede? ¿Te pongo nerviosa? ¿O simplemente te pongo?—pregunté sonriendo y volví a besarla, cuando su móvil nos interrumpió—. Ugh.

—Pásamelo—me pidió pero yo la frené con mis piernas, inmovilizando su cuerpo—. Vamos... Suéltame.

—Bésame, y lo haré—sonrió acercándose pero al tener mucha más fuerza que yo, logró hacerme a un lado—. Oye.

—Dime Roan—dijo sonriendo con el móvil en su oído— ¿Nairobi está allí? Bien, escucha... Debo hacer algo primero, me llevará unos minutos ¿Me esperarás? Gracias, coach.

Cortó la llamada y comenzó a verstirse. Me entretuve con mí móvil para no incomodarla, pero al ver su cuerpo tonificado, no pude no sentir cosas.

—¿Todo está bien?

Entre las cuerdas - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora