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Me despierta de mi letargado sueño mi canción favorita, es la alarma del reloj, hoy es jueves, 7:25 de la mañana, lo que parecía otra mañana  más en mi rutina, estaba a punto de descubrir que no lo era.

Escucho la vibración de mi teléfono móvil, era la notificación de mi correo electrónico. Era un  mensaje de mi Amo y Señor. Me apresuro a leerlo.

Mi querida Esme, mañana a partir de las siete de la tarde, tu Amo te tiene preparada una sorpresa. En este correo que te escribo te deposito las instrucciones que debes seguir y del mismo modo, recordarte como debes comportarte y prepararte para dicha ocasión. Pasaré a recogerte a las seis y veinte de la tarde (naturalmente mañana no almorzaremos juntos) y desde hoy no podrás volver a ponerte en contacto conmigo así que espero que queden claras mis instrucciones. Quiero que lleves para nuestro encuentro el bolso rojo que te regalo mi hermana la navidad pasada y metas en él, mi tanga favorito, unas medias negras y el corsé de las grandes ocasiones, nada más. Como de costumbre, espero que te comportes de la mejor manera a tu alcance, siendo una buena sumisa a mi servicio. No me retes (aunque te cueste), ya que de lo contrario te lo haré pasar mal. La vestimenta exterior que lucirás para mí en esta nueva ocasión, quiero que sea ese sexy vestido corto, color granate de encaje que favorece tus curvas y saca lo peor de mí. Añádele, el conjunto de lencería negro de satén y encaje de los ligueros que te compraste para nuestro aniversario. Como calzado, tus tacones de aguja de charol y una gabardina que ya refresca.

Atentamente, Stefan.

Después de leer y releer el correo una y otra vez no saque nada en claro de lo que me podía acontecer mañana. ¿Cómo y que podría ser la sorpresa que me tenía preparada mi Amo?. Confiaba en Él pero no del todo en sus misteriosas y perversas sorpresas.

Cesión o Sesión, esa es la cuestión...  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora