Revelación

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Enid: Me ponen en contexto, plis?

Wednesday: Silencio. - Sentenció, para luego girarse hacia su hermano - Necesito un momento contigo.

Ambos se alejaron un momento de Enid para ir a su lado de la habitación.

Isaak: Sé lo que vas a decirme.

Dijo con una cara cansada, al igual que una media sonrisa que transmitía calma y cansancio.

Wednesday: Entonces sabes que es una locura.

Dijo algo enojada. Ese tema era algo privado a nivel familiar.

Isaak: Weds, ella es como yo. ¡Me llevo muy bien con ella! - Dijo algo emocionado - Y tú sabes porqué.
Ella y yo somos lo mismo, por fin puedo estar con mis semajantes.

Wednesday: Y yo? ¿En donde quedo?
-Se dio cuenta de lo que dijo y lo que sentía. Lo que sentía. Esto está mal, ¡le está dando lugar a sus sentimientos! -
Sabes qué? ¡Bien! Dile, pero no me busques después.

Wednesday salió de la habitación, cerrando la puerta de golpe, haciendo que una confundida y un poco nerviosa loba, se asustara.

Isaak: Dramática... -Dijo en voz baja-
Como sea, Sinclair. -Llamó a la rubia-

Enid: S-Si?

Seguía nerviosa.

Isaak: *suspiro+risilla* (Ella y sus cosas)
Ven, vamos al balcón, hay algo que quiero decirte.

Dijo el teñido, con un tono de voz tranquilo para que a la loba se calmará un poco, ya no quería hacerle daño... O quizás si ¿quién sabe?

Isaak abrió una pequeña parte de la ventana dividida en colores, Lo suficientemente grande para que los dos chicos pasaran por ella.

Sin saber que algo quería ir tras ellos...
Pero Isaak cerró la puerta de la ventana, haciendo que ese algo, no saliera de la habitación.

El chico se inclinó y puso sus brazos sobre el barandal de cemento, admirando aquel paisaje que vería por lo que le queda de estancia en esa academia.

Enid se acercó a paso lento e imitó su postura.

Enid: Q-Qué era lo que querías decirme?

Isaak: Ya calmate, no te voy a hacer daño.

Dijo golpeándole levemente el hombro.

Enid: Bueno, contigo no se sabe.

Si él bromeaba ella igual, un pequeño juego que apenas acababan de crear.

Isaak: Bueno, basta de juegos...
Yo... Bueno ¿te has preguntado por qué nos llevamos tan bien? ¿En tan poco tiempo?

Enid: La verdad no me he detenido a pensar en eso... Pero si, se me hace un poco extraño.

La loba es sociable, en cerio, lo es, pero generalmente las personas se tardan uno o dos días en ser sus amigos.

Isaak: Y no sientes como que es algo más? ¿No sientes a tu lobo interior raro desde que yo aparecí?

Enid no comprendía. ¿Cómo es que él sabía eso? Si bien todo era verdad, no le había dicho a nadie más que a su amiga Yoko de eso, y sabía que ella no se lo diría a Isaak... Entonces... ¿Cómo supo?

Enid: ¿Cómo sabes eso, Isaak?

Isaak: Porque yo siento lo mismo, Enid.

Enid: Pero eres humano... ¿Verdad...?

Isaak: No, Enid, no lo soy. Soy como tú. Soy un hombre lobo.

Enid: ¿¡QUÉ ERES QUÉ!?

Isaak: ¡SHH! ¡Baja la voz!

Enid: P-Pero... ¿¡C-Cómo no lo sentí!?

Isaak: Porque soy de una clase diferente.
¿Has escuchado hablar de los Licántropos Infectados?

Enid: Sí, mi padre me los mencionó un par de veces.

Isaak: Pues soy de esa clase.

Enid: Pero tienes 16 años! ¡Esa clase ha estado extinta desde hace más de 52 años!

Isaak: Claro que no!
Verás, cuando yo tenía 5 años, salí al bosque como de costumbre. Siempre salía con mi hermana pero ella estaba ocupada torturando a Pericles y decidí ir solo esa vez. Me encantaba salir al bosque de noche y más cuando había luna llena, pues no necesitaba de una linterna. Y esa noche había luna llena.
Mi padre me había dicho que mi tío Cinturón había visto a un hombre lobo hace unas semanas a cercanías de nuestra casa, pero no le tomé mucha importancia y me fui.
Pasaron las horas y estaba muy alejado de casa, así que decidí volver, no sin antes contemplar la hermosa luna... Fue cuando escuché algo acercarse a gran velocidad hacia mi. Trate de esquivarlo pero tropecé con una raíz de un árbol. Caí al suelo y entonces vi a mi atacante, era como una persona, pero sus ojos brillaban y eran de color rojo, tenía garras, colmillos, un poco de pelo adicional en su cara y sus orejas eran un poco puntiagudas, me miró por un momento y me dijo unas palabras que jamás olvidaría...

El chico hizo una pausa, ese tema era en extremo delicado para él y se lo estaba contando a alguien que no era familia, pero vio los ojos azul claro de Enid y no vio miedo, vio curiosidad. Y claro, estaba muy entretenida escuchando esa historia.

Enid: Y qué te dijo?

Dijo curiosa, le estaba gustando esa nueva sensación de curiosidad, era raro, pero, vamos, estaba en una academia de raros.

Isaak: Me dijo: "Serás el último" con una voz algo distorsionada y muy grave. Luego de decirme eso, me mordió el abdomen, en ese momento sentí todo el dolor del mundo por todo mi cuerpo y grité. Me sentí tan cobarde por eso. Tanto, que ese grito de dolor solo duró 10 segundos, pero fue suficiente para que mi familia me encontrara. Me levantaron de ahí y llevaron a casa... Un mes después estaba comiendo un venado crudo a la mitad de la noche en el mismo bosque.

Enid se quedó quieta por un momento, estaba frente al último ejemplar de una clase de su especie, Isaak era... Superior a ella, por así decirlo, pues hace muchas cosas que, los lobos como ella, ya no pueden hacer debido a los cambios de la evolución por los que han pasado.

Pero eso, aunque fuera importante, no le importó de cierto modo, era su amigo; Hombre lobo o no, seguía siendo su amigo.

La rubia se acercó despacio al teñido y lo abrazó. Sí, a Isaak no le agradan los abrazos, de hecho titubió un poco ante tal acto, pero al ver que Enid no se alejaba decidió corresponder al gran abrazo de oso de la loba.

Mientras ellos se abrazaban, cierta persona gótica entró a la habitación para sacar una pequeña y refinada caja. ¿Su contedido? Bisturies. Los necesitaba para ir a hacerles unas autopistas a los animales que encuentre muertos en el bosque. Necesitaba procesar todo lo sucedido esta mañana.

Vio esa asquerosa escena y puso su cara de asco.

Wednesday: Que repugnante...
Con más razón debo salir de aquí.

Dijo, tomando rápidamente sus cosas. Antes de irse, escuchó un ruido. Ruido que venía de debajo de las sábanas de su cama.
Lentamente, se acercó a su cama sin hacer ningún ruido, nisiquiera sus pasos se escuchaban.

Rápidamente, hizo a un lado las sábanas y se encontró con cierto pariente. Más específicamente, una mano.

Wednesday: Hm! Hola, Dedos...

Dijo de una manera un tanto... Amenazante.







Byeeeeeee


Elige, Enid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora