Se sentó en la hamaca estirando sus brazos y soplando los mechones de pelo que caían sobre su rostro, podía sentir que en parte de su rostro tenía largos rastros de baba por haber dormido tan cómodamente la noche anterior ¿Y como no? Dormir con aquel cuerpo al lado del suyo era como tener una larga almohada con un olor que podía relacionar al bosque o a tierra mojada exactamente, pero jamás iba a admitir esto. Dejó colgar sus piernas mientras restregaba sus ojos y al poder abrirlos bien logró divisar a su prometido colocando platos en la mesa del comedor del marui, a diferencia de anoche ahora si podía ver las trenzas de siempre.
Al notar que ya había despertado solo le sacó la lengua de forma burlona y fue a otra habitación del hogar, volviendo con un pañuelo húmedo que le pasó para que pudiera limpiarse la cara, cosa que hizo claramente sin agradecer. El karma por ser un malagradecido llegó cuando al bajarse de la cama un dolor insoportable se hizo presente en su cabeza, quejándose fuertemente y agarrándosela.
- ¿Qué? ¿Te duele la cabeza?
- No, me duele la cola -Bufó levemente y fue a sentarse.- Es por lo que bebí anoche, ni siquiera recuerdo que pasó
Mentía, recordaba claramente cada detalle de lo que había hecho y dicho pero estaba dispuesto a negarlo todo para no pasar vergüenza con el chico, más que nada para que no lo viera como un pequeño ilu sensible. Una taza se hizo presente en la mesa delante suyo, tenía un color rosa algo oscuro con unas hojas pequeñas flotando allí arriba.
- Sabía que ibas a despertar así, entonces te hice un té para pasar el dolor
- ¿Desde cuándo sabes de tés?
- La verdad que no sé, solo sabía que tenía que poner -Se encogió levemente de hombros.
Igualmente se sentó a desayunar, acercándole los platos llenos de bocadillos que encontró en una parte de la cocina, suponía que estos habían sido dejados por la Tsahik para que su hijo no se muriera de hambre. Miraba desayunar con desesperación al menor, riéndose internamente por lo tonto que se veía así.
¿Sabía que estaba mintiendo? Obviamente, conocía a la perfección la bebida de anoche y sabía que no era lo suficientemente fuerte para dejarlo sin recuerdos al otro día, solo que sacaría la parte más boba de su subconsciente durante el efecto, pero sabía que no debía tocar el tema para proteger el orgullo de su prometido y no arruinar el pequeño avance de relación que tuvieron. Recordaba con algo de amor el baile, era su primer baile juntos como pareja comprometida e incluso tenía un brazalete que confirmaba esa relación.
- Ahh, ahora que recuerdo algo irrelevante -Tragó toda la comida que tenía en la boca.- Hay que preparar nuestras cosas, en la noche vamos a otra isla
- ¿¡Qué!? ¿Como eso puede ser irrelevante Ao'nung?
- Ay solo vamos un rato, es un viaje medianamente corto en Tsurak para presentarnos como pareja ante el Olo'eyktan y Tsahik de ahí, nada más
- Prefiero ir en mí Ikran
- No, lamentablemente tenemos que movernos juntos y no creas que me voy a subir a ese bicho gigante con alas
Puso sus ojos en blanco por el comentario y decidió seguir con su desayuno ya en silencio.
El día transcurrió cómo siempre pero bastante rápido, tanto que ya era bastante tarde y comenzaba a anochecer, el menor estaba preparando todo con su Tsurak esperando a que llegara su prometido con el bolso en el que llevarían lo que estuvieron discutiendo media tarde de que era necesario llevar o no.
Hablando del omatikaya, estaba en el marui de sus suegros recibiendo un último arreglo por parte de su cuñada y algunos consejos de cómo comportarse ante los jefes de esa isla ajena, mientras le colocaba una tiara echa de algas que parecía cabello negro con una perlita blanca en medio, ya que se había quedado que la que hizo con su propio pelo le costó quitar.
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positions • Aonunete
RomanceAo'nung al cumplir 20 años ya se convertía en un hombre para su clan, tenía sus tatuajes e incluso montaba un Tsurak, pero su ceremonia más importante se acercaba al mismo tiempo en el que un viejo amor llegaba de visita. Eywa elegiría esa noche a l...