Mi noche

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Sentía como el agua tapaba la mayor parte de su cuerpo mientras el pasaba su mano libre por las zonas en las que aún quedaba parte de la pintura dorada, maldiciendo por ser esta tan resistente y que todo sería más fácil si tuviera ambas manos disponibles, pero no, tenía que haber sido castigado por su padre a tener que atar su muñeca atada a la de su ex. Además de ser incómoda la situación por la poca movilidad sentía algo de vergüenza, durante todo el año de noviazgo secreto que pudieron tener jamás había llegado tan lejos como para uno estar desnudo cerca del otro, pensar en eso lo hacía estremecerse levemente.

- Ao'nung

Su voz en un tono tanto suave como casi seductor lo hizo salir de sus pensamientos pecaminosos, por lo que se detuvo y se puso derecho listo para contestarle de la manera más atrevida que tenía con la intención de molestarlo.

- ¿Que pasa? ¿Si quieres bañarte conmigo?

- Si, la verdad es que sí

Quedó quieto mirando a la nada analizando mentalmente si había escuchado bien o era su cabeza jugándole una mala pasada, tragó saliva sintiendo como algo iba acercándose lentamente hacia él suponiendo que era el chico a sus espaldas. Unas suaves manos se hicieron presentes sobre sus hombros moviéndolo hasta dar una media vuelta, allí encontrándose con los ojos entrecerrados del mayor y con las pupilas altamente dilatadas.

Las manos se apartaron de su cuerpo pero no pasó mucho para que una de estas volviera a acercarse y acariciar su pecho con movimientos suaves, ante tal tacto sintió como una corriente de satisfacción pasó por todo su cuerpo.

No aguantó más y colocó su mano libre sobre la cintura del chico, empujándolo con algo de fuerza hacia él sin cortar totalmente la distancia que tenían. Igualmente sus ojos se entrecerraron al mismo tiempo que sus orejas bajaron, sintiendo como la respiración caliente del contrario chocaba contra sus labios y sonrió ladino, era momento de adueñarse se esos labios que hace un tiempo fueron solo suyos.

- Ao'nung...

- No es necesario decir nada, sé lo que quieres -Murmuró coqueto, mientras se acercaba lentamente hacia él con la intención de devorar su boca en un fogoso beso.

El impacto de su cuerpo contra el suelo hizo que cortara su sueño de la manera más brusca posible, quejándose adormilado boca abajo y sin alguna fuerza para ponerse bien. Un pie lo empujó colocándolo derecho y así pudiendo ver quién era el causante de su despertar, sentándose automáticamente al ver a su madre mirándolo con los brazos cruzados y el ceño levemente fruncido con su hermana al lado.

- ¿Qué pasó? ¿Y el beso?

- ¿El que le acabas de dar al suelo? -Dijo entre risas.

- Ao'nung, ya es media noche y aún no estás preparado para la ceremonia

- Ahh eso, me dormí lo siento -La princesa lo tomó de las manos y lo ayudó a levantarse.

- Ve a cambiarte mientras nosotras preparamos la pintura

Su hermana sacó la ropa de una cesta entregándole igualmente algunos accesorios con esta, sus ojos se desviaron y logró ver otra ropa más femenina pero igual de colorida como lo era la suya, suponía que era la ropa que tendría que usar la Tsahik luego de la ceremonia. Fue empujado hasta el baño con las cosas en sus manos y se quedó solo en esa habitación, aún estaba algo adormilado por lo que se quedó como por 5 minutos mirando a la nada antes de comenzar a vestirse. La ropa ceremonial de ese día consistían en un taparrabos marrón con un cinturón con tiras de cuero de colores rojos y blancos, unas tobilleras de los mismos colores con conchas y unos brazaletes que combinaban con estas, los collares junto a otros accesorios aparte se lo tendrían que poner luego de que la pintura en su cuerpo se seque.

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