Salió corriendo de su respectivo marui compartido con bolso en mano y montura en el otro, era una mañana muy brillante para disfrutar en la costa junto a un refrescante jugo natural recién preparado, pero era hora de zarpar junto a la familia con una nueva aventura casi obligatoria para él gracias a su novio quién estuvo una semana completa presionándolo para planear toda esta salida junto a todos, desde su propia familia (claramente incluyendo a Rotxo) hasta su familia política omatikaya. El viento mañanero levemente helado chocaba contra su rostro mientras que su largo cabello se dejaba mover por esta corriente, había sido el último de todos en despertarse, tal parece que ni siquiera llegó a desayunar que ya tenía que encontrarse con todos en el muelle, su pareja se había adelantado a él de lo emocionado que parecía salir aunque sea un poco de la rutina de tsahik en entrenamiento, amaba a su suegra y cuñada, pero repetir un millón de veces los mismos rezos junto al fuerte aroma a flores quemadas que entraba por su nariz.
Él por su parte no tenía la gran necesidad de alejarse de su isla para encontrar relajación de la monotonía si ya su lugar seguro lo esperaba todas las tardes en su casa y lo despedía a la mañana siguiente con un tierno beso en sus labios, no tendría ningún problema en vivir así hasta el final de sus días, sus vacaciones perfectas sería que todos fueran solos de la isla mientras ellos se quedaban a hacerse cargo de los problemas del pueblo y pudiera tener a su hermoso chico del bosque solo para él y nadie más, pero su padre prefirió dejarles encargado todo a los sabios del pueblo mayormente conformado por los ancianos de lugar acompañados de sus hijos, sabía que en mejores manos no iba a poder estar, pero no quitaba que se sintiera algo triste al pensar que su padre no lo creía capaz de eso. Pero no era momento de ponerse a pensar en esas cosas, sino que tenía que estar para su pareja y cuñado, para como buen Olo'eyktan con fornido entrenamiento que debía buscar la satisfacción de todos aquellos que vivieran en ese hermoso clan del que estaba orgulloso de formar parte desde el día que nació, hasta sus últimos días de vida.
Estaba cerca de su punto de encuentro ya, el cual estaba repleto de metkayinas hablando con su jefe sobre algunas cuestiones que causaría su ausencia acompañada de buenos deseos para su viaje, al ver al príncipe todos se hicieron a un lado liberándole el camino hasta el joven de ojos dorados que lo estaba esperando con el ceño fruncido mientras que con una mano alzaba una pequeña bolsa marrón vacía y así entiendiendo la razón de esa cara de pocos amigos. Después de muchas despedidas junto a deseos de buena suerte y relajación, junto a varios reclamos hacia el pez goloso que había tomado como desayuno los bocadillos especiales de su compañero, por fin salieron de la costa en sus respectivos animales de transporte.
El señor y la señora Sully viajaban en sus respectivos ikran a diferencia de los demás que se transportaban en animales marinos, como por ejemplo la princesa que disfrutaba del espacioso lomo de Payakan quién se había ofrecido a llevar a la pareja de enamorados hasta su destino, los jefes de Awa'tlu iban lado a lado en frente de todos guiándolos con el pequeño Eyok jugando a ser un aventurero, y los otros cuatro que faltaban contar iban juntos. Kiri que estuvo toda la noche anterior sin poder dormir gracias a la emoción de conocer más lugares del vasto mar, luchaba ahora mismo contra el inevitable sueño sobre la espalda de su mejor amigo Rotxo, este último no podía evitar sonrosarse y sonreír como idiota ante tal cálido tacto en su espalda y estómago, incluso cuando por la necesidad de no caerse la chica lo rodeó con sus brazos Ao'nung le preguntó con señas si estaba bien por lo rojo que se encontraba.
Para la mayoría era obvia la atracción que sentía el chico de cabellos rizados por la hija adoptiva de los Sully mientras que ella por la necesidad de experimentar más cosas podía aceptarle uno que otro beso en los labios, pero tampoco sabía que era lo que sentía realmente después de los viejos sentimientos románticos que tuvo por su amigo Spider, no se sentía del todo lista para comenzar algo con alguien y él se sentía listo hasta para casarse al día siguiente de saber que su amor era correspondido, aun así ninguno podía dar un paso más que tímidos besos junto a abrazos cariñosos. El príncipe solo bufó levemente mientras ponía los ojos en blanco al ver como era ignorado por su casi hermano adoptivo, estaba a punto tirarles un poco de agua con el pie hasta que un cálido tacto se hizo presente en su mejilla izquierda y su mirada nuevamente se enfocó en su novio en medio de sus piernas que lo miraba con una sonrisa leve, esa mínima muestra de afecto acompañado de esa brillante mueca podía dejarlo tonto por horas perdido en tal belleza casi irreal para su cabeza mientras que su corazón podía explotar en cualquier momento por tal dosis de amor que recorría todo su ser, estaba seguro de algo y era capaz de gritarlo para todo pandora... Estaba enamorado.
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positions • Aonunete
RomanceAo'nung al cumplir 20 años ya se convertía en un hombre para su clan, tenía sus tatuajes e incluso montaba un Tsurak, pero su ceremonia más importante se acercaba al mismo tiempo en el que un viejo amor llegaba de visita. Eywa elegiría esa noche a l...