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HARPER:

—Hola Gary —saludo al compañero de cuarto de mi hermano.

Él es un tipo alto, rubio y serio pero bastante amigable, es solo que su rostro te hace creer lo contrario. —Hola Harper y... —mira a Raziel entornando sus ojos intentando recordar un nombre, pero nunca la ha conocido.

—Es Raziel —señalo.

—Ah, sí —se mueve a un lado para que pasemos—. Tu hermano está con Andrea en su habitación, ahora los llamo.

Yo asiento y le hago una seña a Raziel para que entre conmigo. Ella camina tímidamente y mantiene las manos juntas, voltea a ver a las pinturas que hay por el lugar.

Uno de los pasatiempos de Andrea es pintar y es bastante buena, supongo que todo lo relacionado con el arte se le da bien. Raziel se detiene a observar una pintura donde está la torre Eiffel, pasto verde y varias personas caminando por el lugar.

— ¿Has viajado alguna vez? —me pregunta.

Yo veo a la habitación donde duerme James. —No, yo nunca he viajado.

—Yo tampoco —contesta—. Pero me gustaría.

Finalmente se abre la puerta y salen tres personas de ahí. Andrea, James y Gary. Hablan sobre algo que los hace reír y nos miran. Mi hermano camina hacia mí y sonríe. —Hola Harper, ¿esta es tu amiga?

Raziel asiente y acomoda su cabello. —Eh, soy Harper, digo, soy amiga de Harper. Creo.

Andrea se mueve hacia ella y la toma de los hombros. —Hola Raziel, es un gusto conocerte —sonríe—. Mírate, que linda eres.

Gary se mueve a la cocina sin decir nada, yo cambio el peso de mi cuerpo a mi otro pie. Raziel baja la mirada y se sonroja. —Gracias.

James coloca su mano sobre mi hombro. —Entonces, ¿De qué se trata todo esto? No te entendí mucho.

—Bueno —doy una mirada a Raziel—. Solo pensé que Andrea podría ayudar, ella quiere cambiar su estilo y todo eso. No sé cómo ayudarla pero tú tal vez sí.

Andrea se toca la boca y asiente. — ¡Claro que sí! —afirma—. Cuando era joven amaba jugar a vestir muñecas y todo eso, te dejaré mucho mejor que una muñeca de esas, eres más bonita.

James resopla. —Eso no suena esperanzador, seguramente les pintabas la cara con marcador.

Ella lo voltea a ver moleta. —Silencio, estoy enfocándome —toma un mechón de cabello de Raziel—. ¿Cómo qué tipo de cambio quieres? Digo, podrías cortarte un poco el cabello para que tenga volumen y forma pero...

—No creo que haya que cortarle el cabello —señalo sin pensarlo, solo lo digo.

Los tres me voltean a ver. — ¿No? —Andrea inclina su rostro—. Bueno, sí, tienes razón pero es una opción.

La toma de la mano y la lleva al sofá marrón oscuro para que ambas se sienten. James me da una palmada en el brazo y nos movemos hacia el sofá vacío. Hay unos cojines redondos color magenta y la alfombra es de ese mismo tono.

Aunque este lugar lo comparten mi hermano, Gary y Andrea, parece más personalizado por ella. Hay decoraciones relacionadas con el mar. Caracoles, conchas, delfines y una pecera larga, todo esto es algo que a ella le gusta mucho. La conozco desde hace unos dos años y recuerdo que lo primero que me dijo es que cuando era niño quería ser princesa marina.

Le pregunté si quería ser una sirena y me respondió que no, quería ser la princesa de todo el mundo acuático.

A diferencia de mi hermano, Andrea es una persona bastante abierta sobre su transición y sobre ser transgénero. Algunas veces me ha mostrado fotografías de ella cuando era niño y no le molesta en absoluto. En el caso de James, se aseguró de no dejar ninguna fotografía en redes sociales o en físico sobre su niñez.

PERDERSE CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora