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Hwarim empujó el carrito para seguir su camino por el pasillo, mientras colocaba los libros en su lugar. Era miércoles por la noche, dos días después del homicidio de Yu Jimin. Era el último período. Siendo su hora libre, los compañeros de su clase se iban a casa porque en realidad significaba que su horario había terminado, pero Hwarim prefería hacer voluntariado, ya que con eso obtenía puntos extras para su calificación final. Pensando en eso recordó lo que Mark había dicho el día anterior, su molestia regresó.
―¿Nerd? No soy una nerd, nerd tu madre ―se quejó en voz baja― No es cierto señora Lee, su kimchi de cebollín es muy bueno, no quería insultarla.
Mientras Hwarim hablaba sola, una presencia se aproximaba por detrás. Estaba completamente sola en la biblioteca colocando los libros prestados, que recién habían sido regresados y debían ser puestos en la sección a la cual pertenecían, divididos por género, extensión y abecedario.
Un par de manos la sostuvieron por la cintura ejerciendo fuerza sobre sus costillas flotantes. Hwarim soltó un grito horrorizado bastante fuerte, pero no lo suficiente para ser escuchado fuera de la biblioteca.
―¡Yuta, no deberías hacer eso! ―se colocó una mano en el pecho sintiendo su corazón acelerado― Menos en tiempos como éstos ―dijo en voz baja.
―Debiste ver tu cara ―Yuta rió con satisfacción al ver que su broma salió bien.
―¿Qué haces aquí?
―Quería saber si quieres que te lleve a casa.
―No, hasta que te disculpes con los Yu por lo que dijiste en televisión, casanova.
Hwarim siguió su camino por su pasillo y Yuta continuó detrás de ella.
―Ya lo hice, ayer, al regresar de la escuela. Pensé en lo que me dijiste y creí que era lo menos que podía hacer después de haber sido un idiota. Así que, ¿qué dices? ¿te llevo a casa?
―De acuerdo, casanova. Gracias.
―¿Qué hay con ese nuevo apodo? ―Yuta adelantó el paso a Hwarim y se puso delante del carrito con el que transportaba los libros, solo para poder mirarla a los ojos.
―Fue lo que Mark dijo ayer, que eras el deportista casanova.
―Que sea popular entre la población femenina, no significa que sea un casanova, no salgo con chicas por diversión. En realidad, la vacante de novia está disponible y estoy buscando candidatas serias. Bueno, solo estoy buscando a una.
―¿Ah, sí? ¿Y quién es?
Yuta se quedó callado por unos segundos, miró a Hwarim a los ojos y dudó qué responder.
―Apresúrate, te espero afuera.
El pelinegro salió por la puerta trotando, estaba muerto de frío y quería llegar a su auto para encender la calefacción, mientras Hwarim terminaba su tarea. Diez minutos pasaron y Yuta comenzaba a aburrirse de jugar mario kart en su teléfono, Hwarim estaba tardándose.
