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Los índices de homicidios en Corea del Sur son del 0,6 por cada 1000 habitantes. En el ranking de paz global, el país ocupa el puesto 43, así que, ¿qué se podía esperar de Sejong?
Definitivamente no un homicidio.
Era una ciudad especial, la más pequeña de todo el país con tan solo 353,933 habitantes. Había sido construida especialmente para desplazar y distribuir mejor a los surcoreanos que comenzaban a conglomerarse en Seúl, para que no se convirtiera en un problema a futuro y Sejong se convirtiera en la nueva capital, pero al considerar esto una falla inconstitucional fue redefinida como una capital administrativa. Aún así, a éstas alturas del tiempo Sejong seguía en construcción y no tenía todo lo que una ciudad surcoreana común tenía.
Con esto en mente, podríamos decir que era fácil ubicar a la mayoría de personas en tu pacífico vecindario. Y, con esto en mente, podríamos decir que un asesinato era una imposibilidad a ocurrir. Con esto en mente, podemos decir que el pánico cundió entre absolutamente todos los habitantes.
Al siguiente día, martes, la noticia sobre el asesinato de Yu Jimin se esparció como polvo pica pica. A la Preparatoria de Sejong se presentaron reporteros de noticieros locales, noticieros nacionales, periódicos y revistas, en búsqueda de testimonios sobre la situación y datos sobre la víctima. Querían la exclusiva.
June Suh se vio atrapada en esa situación. No supo cómo, pero supuso que era parte de su trabajo, el reportero que la entrevistaba se enteró de que Jimin y ella eran compañeras de mesa en la clase de inglés. Con ese dato como excusa se acercó a ella para realizarle unas cuantas preguntas respecto a su relación con ella. No pudo contestar demasiado, no fueron amigas y tampoco hablaron demasiado.
Otro objetivo en la mira fue Nakamoto Yuta, el único hijo varón de la familia vecina de los Yu. El reportero Moon pudo obtener gracias a él, detalle de como fue encontrado el cuerpo de Jimin en la piscina en la noche del lunes y, Yuta amó cada segundo que estuvo bajo cámara, tenía que admitirlo.
―¿Qué tal te fue? ―le preguntó Johnny a su hermana menor cuando ella y Yuta regresaron a la fuente de agua donde su grupo de amigos estaba descansando. ―¿Estás lista para el estrellato? ―cuestionó bromeando para molestarla. June es bastante tímida y odiaba cualquier exposición pública.
―No, para tu mala suerte no pude decirle mucho ―respondió, dándole un golpe a puño cerrado en el hombro.
―Eran compañeras en la clase de inglés, ¿cierto? ―esta vez le preguntó su cuñada Yina, quien estaba abrazada de Johnny. June asintió. ―¿Cómo era?
―No era buena, a veces le costaba mucho la pronunciación de ciertas palabras pero se esforzaba.
―Cualquier persona que no sea tú misma no es especialmente bueno para cualquier cosa referente a la escuela, cerebrito. Pero no me refería a eso, me refería a su personalidad.
