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Un miércoles por la tarde para Sooah significaba un buen baño de burbujas en la tina, se sumergía de cuerpo completo, dejaba que la piel en los dedos de sus pies se pusiera como la textura de unas pasitas y podía escuchar música en sus airpods. Sus padres no estaban en casa, habían salido al supermercado de imprevisto porque con lo que tenían en el refrigerador no era suficiente para cocinar algo decente como su cena.
Sooah se sintió molesta al escuchar como la música era interrumpida y reemplazada por el tono de llamada. Era un número que ella no conocía, así que no contestó, pero otra llamada voy a entrar y de nuevo la rechazó. Una tercera vez fue suficiente y contestó de mala gana.
―¿Qué? ―exclamó, cortante.
―Uy, alguien está de mala gana. ¿Interrumpo algo?
―Número equivocado ―fue lo único que se digno a responder para luego terminar la llamada pero lo siguiente que escuchó la detuvo.
―No creo estar equivocado, preciosa. Estoy llamando a Shin Sooah, ¿cierto?
―Voy a colgar ―amenazó. No estaba para bromas en ese momento.
―No puedes colgar, no sin antes decirme, ¿cuál es tu película favorita de miedo?
Sooah miró al pomo de la puerta, se giraba lentamente, casi imperceptible pero no para Sooah. No fingiría que no estaba poniéndose nerviosa, era una persona poco atlética y si había un asesino dentro de su hogar, era poco probable que saliera viva. Se levantó lentamente de la tina y tomó una toalla para envolverla en su cuerpo, mientras contestaba la pregunta.
―Sleepaway Camp, ¿la conoces?
―A decir verdad, no. ¿Te gusta el cine, preciosa?
―Prefiero las series, ¿cuál es tu serie favorita? ―decidió que era mejor idea hacer tiempo para buscar algo con que defenderse en el baño, lo único que encontró fue la plancha para pelo que había dejado conectada por error, estaba bastante caliente.
―The Staircase, ¿te suena? Está basada en un caso real, de una mujer asesinada por su esposo al final de las escaleras. ¿Crees que a tu amiga Hwarim le guste el cine?
Sooah se detuvo al instante, temió por una de sus mejores amigas, no quería que nada le pasara o, aún peor, que algo le haya pasado.
―¿Hwarim? ¿Por qué lo preguntas?
―Porque después de que te rebane a tí, sigue ella.
Abrió la puerta del baño con fuerza quitándole el equilibrio al Ghostface que la sostenía y aprovechó para soltarle golpes con la plancha caliente, que a pesar de que no se quejaba, Sooah sabía que algún golpe dejaría marca. Con los golpes lo orilló a quedarse dentro del baño y cerró la puerta. Bajó rápidamente la escalera aunque pudo ver que Ghostface salía al instante de ahí, no se detuvo, con el celular en mano comenzó a marcar al 119. Pero Ghostface tomó uno de los jarrones de decoración puestos en el pasillo del segundo piso y lo lanzó directo a la cabeza de Sooah, dejándola en el suelo y provocando que soltara su teléfono. Se sintió aturdida pero sintiendo también a Ghostface casi detrás de ella, se levantó para correr.
