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Eira.

— ¡Sabia que se te olvidaría! — grita Nat apenas entra a mi cuarto.

— No se me olvido, solo tuve un percance.

— ¡Cual...! — se calló al verme la cara — ay dios mío, ¡que te paso!

— Fue Mia.

Su cara se enrojeció y empezó a caminar con el lugar con desesperación.

— Uy, esa hija de..., ahg, cuando la vea, la hare pedacitos.

— Tranquilízate.

— ¡Pero...!

— Ya casi estoy lista, solo me falta maquillarme y salimos.

— ¿Entonces no se te olvido?

— No, claro que no.

Vi en sus ojos que quería llorar, me abrazo y me dio un beso en la mejilla, para luego ayudarme con el maquillaje y taparme el rasguño.

El lugar donde íbamos a hacernos las pruebas de los vestidos quedaba lejos y por eso nos fuimos en auto, ya que Nat no tenía.

Ah, si tengo un auto, me lo compre para mi cumpleaños del año pasado, ¿Quería otro? Sipiditin.

— No jodas...¿Cómo conseguiste...? ¡Este carro es super costoso!

— Ni tanto.

Ñi tato, presumida.

Negue con la cabeza divertida. Cuando llegamos era todo rosa, Todo, completamente todo era rosa, me estaba mareando de tanto de ese color, las decoraciones, las paredes ¡Hasta las paredes rosa!

— Gracias, Gracias por fin otro color — dije apenas llegamos al lugar de los vestidos, que ahora eran blancas las paredes.

Pegué un chillido cuando sentí a un montón de personas lanzarse a abrasarme, Alexa, Sabrina y... ¿Keyla?

¿Kulo?

Grosera.

Ahhh, mire quien habla.

— Bueno, la van a asfixiar — Dice Nat.

— Si, pareciera que no me hubieran visto desde hace años; Nos vimos hace unos días.

— Yo no — Keyla me mira con gentileza

— Hola.

— Hola.

Hubo incomodidad, que ya no se podía ni respirar. Natalia tosió intentando quitar la tensión y me paso un brazo por los hombros.

— Keyla es mi amiga desde el año pasado — Ella asintió.

— Eh cambiado, no te preocupes.

— Ya no somos adolescentes — Le sonreí y le di un pequeño abrazo.

¿Que acaba de pasar? ¿y la dignidad donde quedo?

No se trata de dignidad, es de dejar en pasado atrás, además eran bobadas de adolescentes.

Esas bobadas de adolescentes como tú, las llamas ¡es lo mejor que hay!

Todas hablamos mientras veíamos vestidos. Cuando nos hicimos las pruebas, fueron demasiadas para mi parecer, no íbamos a salir de hay nunca.

Por fin todas nos pusimos de acuerdo y Nat también le gusto. Los vestidos eran rojos como quería Natalia, era largo hasta las rodillas, un corte en una pierna y la parte del pecho en v.

Estábamos esperando a Nat que escogiera unas cosas para sus centros de mesa, cuando de repente ella habla.

— Entonces... Eira, ¿Ya viste las redes sociales de Jayden?

— No ¿Por qué?

— ¡¿Es enserio, Eira?! — dice Alexa mientras saca su celular buscando algo.

— Desactualizada.

— ¡Oye no es mi culpa! Eh estado todo el día aquí — Alexa me muestra la pantalla de su celular — ¿Qué...?

Me callo cuando me doy cuenta que era. Un aviso en una de sus historias diciendo que había terminado con Mia. Agarré el celular y vi comentarios y un artículo de chismes, confirmándolo.

Varias fans tristes, otras felices.

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— ¿Por qué no me dijiste que le ibas a terminar hoy? Hablabas como si fuera un futuro lejano — dije apenas conteste la llamada.

— Era para darle dramatismo al asunto. Y tenia que hacerlo hoy, no quería estar más tiempo sin ti.

¿Estaba sonriendo como idiota? Estaba sonriendo como idiota.

— ¿Cómo se lo tomo Mia?

— Bien.

— ¿Qué? — Fruncí el ceño, aunque nadie me viera.

— Si, yo tampoco me lo creo, pero al parecer no le importo.

— Eso me hace desconfiar un poco.

— Si a mí también, por eso es mejor que nos mantengamos alejados por unos días, puede ser peligroso — tuve un sentimiento en mi pecho de tristeza, pero él tenía razón.

— Entiendo.

— Oye, eso sonó muy depresivo ¿Me vas a extrañar, copito?

Si.

— No, claro que no, por fin voy a tomar un descanso de ti, me tenías harta de verte todo el tiempo y que me invites a citas.

— Ah, pero aceptabas esas citas.

— Touche.

Reímos al mismo tiempo y sabía que él, tenía una sonrisa igual a la mía.

— ¿Has recibido un paquete?

— Ehh sí, no lo eh abierto, supongo que fuste tu el que me lo envió.

— Supones bien, ahora pon en videollamada, que quiero ver tu reacción cuando lo habrás.

— Ahhhhhhh, pero me da pereza levantarme.

— Párate perezosa.

Gruñí, pero le hice caso, puse la llamada en video y acomodé el celular en una silla. Me senté en el piso con el paquete al frente mío. Encontré unas tijeras y empecé a cortar la cita que tenia y... era una caja, no pude abrir con las tijeras y empecé a romperla.

— Con cuidado que lo que hay es muy delicado y luego si lo dañas vas a llorar.

— ¿Por qué tendría que llora...?

Se me fue la vos apenas viun pedazo de su contenido, lo abrí a toda velocidad, pero con más cuidado.

Libros, muchos, muchos libros.

Vele la forma.

¿Cuál forma...? Ohhhh, ya la vi, alto, es...es un corazón.

Se me nublaron los ojos por lágrimas de emoción, quería abrazarlo y besarlo.

Que sentimental estas.

— Se que tú puedes comprártelos sola, pero quería darte algo.

— Gracias.

— Ah y perdón por el corazón mal hecho, quería darte un ramo de libros, pero nadie sabía cómo hacerlo así que, intente hacer una figura y... salió eso.

Rei con suavidad y lo mire mal, pero con diversión.

— Ahg, voy a llorar por tu culpa.

Resplandor (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora