—cariño?
Levantas la mirada y ves a Joseph, recostado contra el espejo de cuerpo entero, con una mano en la manga de su chaqueta, desabrochándola. Sus ojos son como dos pozos profundos de lujuria, diciéndote exactamente lo que está pensando. Lentamente, desabrocha la otra manga, deslizando la chaqueta por sus hombros.
—Pensé que íbamos a salir a cenar-, dices desde tu lugar en el borde de la cama, deteniéndote a ponerte los zapatos.
—Cambio de planes, me temo- sonríe, caminando hacia ti, luciendo como un animal depredador a punto de atacar. El calor se acumula entre las piernas anticipándose a lo que sabe que se avecina.
—¿Te has fijado en los espejos que cubren esa pared?
—Sí...- te las arreglas sin aliento.
Joseph envuelve sus gruesos dedos alrededor de tus muñecas y te levanta de la cama. En un movimiento fluido, él gira para que ustedes dos estén frente a los espejos, su espalda moldeada contra su frente. Puedes sentir su emoción ya presionando contra la parte baja de tu espalda.
La mano derecha de Joseph se desliza a lo largo de tu costado, tu cadera, a lo largo de tu muslo antes de pasar por debajo de tu vestido. Sus dedos se deslizan por debajo del costado de tus bragas, dos de ellos se hunden profundamente en ti. Gemiste, tu cabeza cayó contra su pecho, tus ojos se cerraron.
—No cariño-gruñó, su otra mano agarrando tu garganta—abre los ojos y mira como te toco.
Obedeciste, tus ojos moviéndose hacia el espejo, tu rostro completamente ebrio de lujuria, tus ojos entrecerrados por el placer. La lengua de Joseph sobresalía por un lado de su boca, sus ojos completamente enfocados en la imagen de ustedes dos en el espejo. Tus ojos se encontraron con los de él y fue casi suficiente para enviarte al límite, esos botones de chocolate ya no eran suaves y dulces, sino duros y asertivos.
Sus dedos gruesos continuaron empujando dentro de ti, curvándose para encontrar el lugar que te hizo gritar de placer. Su palma presionó contra tu clítoris, proporcionando una presión deliciosa, la combinación hizo que tus piernas temblaran.—Termina para mí, querida- siseó.
Tu cuerpo obedeció su orden, incapaz de negarle nada. Gritando un torrente de obscenidades, todo tu cuerpo se estremeció contra él.
—Qué buena chica- susurró Joseph, colocando los dedos que acababa de usar para darte placer en su boca. —Delicioso.
Manteniendo tu espalda contra él, comenzó a desvestirte lentamente, quitándote cada pieza de ropa como si estuviera desenvolviendo un paquete hasta que te paraste, desnuda, frente a los espejos.
Sus manos recorrieron cada centímetro de tu cuerpo, sus ojos sosteniendo los tuyos en el espejo.Retrocediendo, se desabotonó la camisa, arrojándola al suelo antes de que sus pantalones y bóxers hicieran lo mismo rápidamente. Retrocediendo, se sentó en el borde de un lado de la cama, palmeándose los muslos.
—Vamos, cariño. Quiero ver cómo me montas- dijo, torciendo el dedo, haciéndote señas.Te acercaste a la cama, poniendo tus rodillas a ambos lados de sus caderas, sentándote a horcajadas sobre él. Joseph agarró su miembro, manteniéndolo en su lugar mientras tú te bajabas, gimiendo al sentirlo llenándote. Sus manos se movieron a tus caderas, los dedos se clavaron en tu carne mientras empezabas a balancear tus caderas contra él.
—Mírate, cariño- instruyó. —Mira que puta diosa eres.
Girando la cabeza, te miraste en el espejo, continuando moviéndote contra él, tus manos agarrando sus hombros. La visión tuya y Joseph,de sus cuerpos entrelazados, las manos agarrándose, era tan jodidamente caliente. No podías apartar los ojos de la vista.
—Joder, mi dulce niña- gimió, apretando los dedos con tanta fuerza que estabas segura de que tendrías huellas mañana.
—Joseph... Dios...- gemiste, tus caderas se balanceaban con frenesí mientras tu cuerpo se elevaba hacia alturas de éxtasis que no creías posibles.
Sonriendo, Joseph se recostó en la cama, sus manos moviéndose hacia tu cintura. —Eso es todo —murmuró, su voz baja y ronca—, móntame. Toma lo que quieras de mí.
Comenzaste a mover tus caderas en un movimiento circular, tus manos descansando sobre su pecho como apoyo. Un gemido bajo escapó de tus labios cuando sus manos encontraron tus senos, sus pulgares rozaron tus pezones antes de pellizcarlos bruscamente.—Oh, amor, estoy tan cerca...- gimió, su mano moviéndose entre tus piernas, el pulgar rodeando tu clítoris. Te estremeciste, las uñas se clavaron en su pecho, causando que emitiera un estruendo de placer. —Córrete conmigo. Vamos. Sé una buena chica para mí.
—Joseph...-gritaste, moviendo tus caderas más frenéticamente, sintiéndote llegar a tu punto máximo de nuevo.
—Bebé... ¡oh mierda!—¡Mierda!- Gritó, sus caderas empujando hacia arriba bruscamente, las manos en tus caderas mientras te agarraba. Podías sentir su polla retorciéndose dentro de ti mientras te llenaba, tus paredes se apretaban a su alrededor, atrayéndolo más profundamente.
Tu cuerpo se estremeció violentamente y colapsaste contra él, tu cabeza descansando contra su pecho. Sus brazos te rodearon, tus cuerpos empapados de sudor deslizándose uno contra el otro.
—Vamos a necesitar instalar espejos como este en casa- murmuró contra tu cabello.
—Joder, claro que si- jadeaste.
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ᴼⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ. ᴱᵈᵈⁱᵉ ᴹᵘⁿˢᵒⁿ / ᴶᵒˢᵉᵖʰ Qᵘⁱⁿⁿ🔞🔥
FanfictionOne shots con la misma trama de VAQ (Vuelve a quererme) Algunos pueden tener finales felices, otros no tanto y otros DEFINITIVAMENTE NO Espero lo disfruten! Recuerden que tenemos capítulos 🔞🔥 Lxs ama -Sherryl.