Una piel, dos cuerpos

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Las horas pasaban y el chico no volvía, sentía la mirada de una de las empleadas penetrarme como una estaca de hielo fijada en la nuca, pero bueno, la gente suele impresionarse al ver entidades ir con trabajadores.

— ¡CHICOS! —

¿Qué había sido eso?
Era la voz de Carter, este se acercaba corriendo jadeando con fuerza, al alcanzarnos este solo empezó a caminar junto con los del grupo. Parecía muy agitado antes, pero... Ahora estaba tranquilo. Bueno, no sería lo más extraño que se podría ver aquí.
La mirada de la exploradora no se iba, pero trataba de ocupar la mente en otras cosas, como observar cómo la piel de "Carter" se iba volviendo cada vez más pálida y esta empezaba a tener rasguños que no tenía antes, de estos brotaba una sangre traslúcida, definitivamente no era aquel chico. El verdadero había muerto de una horrible manera... Pobre chico.

Al percatarme de esto corrí hasta el capitán y le tiré muy fuerte del brazo, aunque trataba de tirar del otro, bueno, tenía el cabestrillo, por lo que prácticamente era imposible.

— ¿¡Qué demonios pasa ahora!? —

La voz del superior sonaba ya muy enfadada, pero solo señalé lo que le pasaba a este compañero, muchos estaban corriendo a atenderle y preguntarle que qué le pasaba, mientras este solo decía frases sin sentido.

“Chicos, ¿dónde estáis?”
“Ayuda, por favor.”
“¡Aléjate de mí!”
“¡No! ¡Basta!”

Mientras soltaba alaridos diciendo esto, el mismo capitán recargó un fusil soltando un gruñido y apuntó a la cabeza de aquel ser, el cual en algún momento fue un ser humano.



Ahora el cuerpo sin vida alguna estaba siendo sujetado por unas 4 personas, la cabeza estaba tirada en el suelo, de el cuello salía infinidad de litros de sangre de ese color transparente, al igual que la parte del cuello que estaba pegado al cuerpo.

Se escuchó al capitán carraspear serio y ponerle el seguro a el arma, cogió una bocanada de aire para hablar.

— Ni un solo comentario. —

Un silencio absoluto se produjo entre todo el resto del equipo, el cuerpo de el ladrón de piel, junto a la piel de nuestro anterior compañero se quedó en el suelo, junto a una mochila, la cual era la que este cargaba antes de desaparecer, como homenaje a aquel pobre chico.

Las horas pasaron, la gente estaba cansada y quería volver a la base, pero faltaba mucho por explorar y documentar, aunque sí se podía parar a descansar. Había una base cerca, a dos o tres kilómetros de distancia desde nuestra situación.
La misma exploradora de antes sacó un walkie-talkie y parecía ajustar la frecuencia para hablar con los de aquella base, resultando victoriosa en esto.

— Aquí el grupo de expedición Número 08, necesitamos llegar y descansar en la base 02. Tenemos 7 hombres y una entidad pacífica. Cambio.

— Aquí la base 02. Hay hueco libre, pero tendrán que irse en aproximadamente... Diecisiete horas. ¿Entidad? Mientras que no se coma a nadie puede entrar. Cambio.

— Muchísimas gracias. Quizás estemos en media hora. Tenemos provisiones y armamento. También sacos de dormir. Cambio.

— De acuerdo. ¿Qué sucederá con la entidad? Cambio.

— Es inofensivo. Es un humanoide y tiene el antebrazo fracturado. Cambio.

— ¿Número de entidad? Cambio.

— 68.

— De acuerdo. Cambio.

— Nos encontramos a dos kilómetros de la base, pronto llegaremos. Corto y cierro.

Al parecer la mujer tenía una relación con aquella base, lo cual podía beneficiar significativamente a poder llegar, se acercó más como si me protegiese de los demás, mirándome de cintura para abajo, era muy confuso y ciertamente incómodo.

— Disculpe. Está incomodando a nuestro amigo. Vaya intercambiando datos con la base, a ver si hace algo productivo. —

Noté la voz de Rodrick bastante seria, situándose a mi lado y poniendo una mano en mi hombro. Me alivió bastante, ciertamente. Aunque tampoco quería que ella se fuera, solo que me dejara de mirar... Ahí.

— Como quiera. Y me parece buena idea. —

Dicho esto la chica se alejó de nuevo, empezando a hablar de nuevo con los asistentes del puerto de comunicación de la base. De momento no se nos acercaban entidades demasiado hostiles, por lo que relativamente estábamos a salvo.

20:48 p.m

Efectivamente, llegamos a la base en aproximadamente media hora, las puertas de dos metros de la base se abrieron tras escucharse un pitido parecido al de una alarma, dejándonos pasar.

— Al parecer es cierto lo de la entidad, ¿hm? Pasad, pasad. Hay habitaciones libres allí a la izquierda. —

𝐋Ø𝐒𝐓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora