Emboscada

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Llevábamos horas caminando y el impulso de comer comenzaba a pasar de ser un "deberías" a un "tienes", la sensación de sequedad en la boca hacía que se me dificultase tragar saliva correctamente, mucha casualidad fue que en el momento nos encontrásemos con 4 botellas de agua de almendra, justamente 4, ni una más ni una menos.

- ¡Alto! -
El cabecilla del grupo levantó el brazo cerrando el puño ordenándonos detenernos, a lo que claramente, obedecimos.
Alcé la cabeza despegando la vista del mapa preguntándome qué sucedía, ya que había escuchado la clara orden de mi superior, pero no sabía explicar para qué hasta que vi esas botellas, era claro que no estaban puestas así sin mas, lo cual lo hacía muy sospechoso:
Al acercarnos a aquella trampa se podía leer un pedazo de nota algo rasgada, sí cuadrícula y tenía una textura como si fuera piel disecada a fuego, de hecho, no era papel. Era piel humana.

"We know how much tired, thirsty and hungry are you all, so there you have! A little gift from we, your happy neighbors! =)"

Simplemente con ver aquella carita feliz, la nota con piel humana en mal estado y la situación tan precisa de las botellas uno podía caer en que era una trampa, pero nos dimos cuenta demasiado tarde, cuando teníamos a aproximadamente catorce fiesteros a pocos metros de nosotros riéndose de una manera tan alta que no podíamos escuchar otra cosa, esto hizo que se me cayera el mapa y las cosas que traía, incluída la botella de agua de almendras que estaba bebiendo en el momento. Oh, mierda.

•. •. •.

Estaba tras una pared sujetando el fusil que traía mi jefe mientras veía los cuerpos de mis compañeros tirados en el suelo, siendo desgarrada su carne de manera despiadada por parte de aquellos "vecinos felices". Realmente mis ganas de gritar y disparar sin control a estos incrementaban cada vez más, pero no me apetecía llamar la atención de aquellos monstruos y acabar tirado en el suelo desmembrado, con una sonrisa feliz pintada en mi cara con mi propia sange. Estaba en un momento de pánico que a cualquiera le costaría superar.
Mi respiración agitada hacía que el vapor de mi respiración se empañase en mi máscara, haciendo que este se volviese cada vez más caliente y costase más, mis ojos los cuales molestaban y estaban ligeramente irritados por las lágrimas y las gotas de sudor recorriendo mis mejillas, cada vez más.
Mis manos temblaban, puse uno de los dedos en el gatillo y me decidí a atacar. Si no, no saldría con vida del lugar, quedaban unos cartuchos y el arma estaba cargada, por lo que cabía la probabilidad.


[01:24 A.M, Boredom Room. Nivel 52]

- Jack, ¿cuándo volverán? Se han ido hace más de 2 horas y no han vuelto. Esto es muy raro. -

Se escucharían los lamentos de una mujer de entre 20 y 30 años, esta se encontraba vendándose el brazo izquierdo por una herida grave que se hizo anteriormente. Se le escuchaba preocupada y algo alterada, sus entidades aliadas nunca habían abandonado el nivel 52, dejándolos solos, sabiendo que eso podía ser un problema terrible si no volvían pronto.

- Estoy seguro. En unos momentos volverán. No te preocupes, Amanda. -

La voz del hombre se escuchaba calmada mientras trataba de sintonizar una radio sin éxito alguno. Al parecer no le daba la importancia suficiente a que los enmascarados volviesen cuanto antes, sabiendo que todos los fiesteros que habitasen dentro del nivel Diversión podían ir a atacarlos sin ningún tipo de obstáculo.

[02:54]

- ¿Todavía sigues convencid- -

La frase de la chica se cortó al escuchar unos pasos fuertes y seguidos dirigiéndose por el pasillo. Este se veía decorado con globos, dibujos hechos con sangre en la pared y se escuchaban risas incontrolables desde la oscuridad, cada vez acercándose más y más.
Ambos despiertos cruzaron miradas totalmente horrorizados.

- ¡...Hay que ir a la habitación 170 a despertar a los demás e irnos...! -

Amanda estaba muy alterada. Mucho. Solo se limitaría a mover al resto de vagabundos que había en la habitación para que saliesen corriendo de allí lo más rápido posible, pero ya era demasiado tarde. Igualmente fueron.

•. •. •.

La puerta cerrada con el cerrojo se derrumbó y unos 5 de esos monstruos entraron en la habitación empezando a tirar sillas y mesas, dándole a los pobres humanos.

Estos despertaron y empezaron a gritar descontroladamente, la clase entera era un caos incontrolable.

- ¡¡¡CORRED!!! ¡¡¡CORRED!!! -

Jack gritababa lo más fuerte que podía, hasta que sintió unos dientes perforar su piel en el brazo izquierdo y derecho. Él se zafaría antes de que fuera demasiado tarde y se escondió en otro lugar del pasillo, corriendo hasta quedarse sin aire.

Uh, oh.

Notó cómo sus brazos comenzaban a adormecerse y no los sentía, este los empezó a agitar muy nerviosamente pero estos se empezaban a caer, cachos de carne, hueso, piel...
Podía sentir cómo su carne se desgarraba y se desprendía dejando vía abierta a los vasos sanguíneos, arterias, tendones rotos...
Estaba desangrándose, gritaba desgarradoramente de terror y de dolor al experimentar aquello. Se restregó la cara por el hombro para limpiarse las lágrimas pero notó cómo se quedaba un líquido pastoso con color a carne, junto a una molestia de escozor y de irritación, por lo que decidió restregarse más, y a medida se iba manchando cada vez más, hasta sentir que este se estaba marchitando y su piel, músculos, tendones y huesos se derretían y su piel era sustituída por una gruesa de una tonalidad amarillenta, además de sus manos. Sus articulaciones volvían a funcionar pero ese Jack ya no era el mismo.

Levantó la cabeza después de estar sollozando adolorido tras unos minutos, pero este se estaba riendo.

Se levantó y fue a buscar a los demás, pero una chica chocó con él. Era Amanda.

Ella al ver lo que le sucedió lo miró aterrorizada, e intentó salir corriendo. Mala elección.
Cuando se tropezó empezaron a acercarse el resto de fiesteros, Jack no era la excepción.

Comenzaron a torturarla, descuartizarla y comerse sus órganos como animales salvajes en el fondo del pasillo, se escuchaba como si se tratase de una jauría de perros de caza comiéndose su presa... A parte de los gritos de la mujer, a la cual se estaban comiendo viva. Devorándola.
Ella veía cómo arrancaban cada trozo de su ser, sus órganos, sus músculos, su mandíbula.

[7:50 AM]

Al fin nos reunimos los grupos en la puerta del director, el cual nos dio la horrible noticia de lo sucedido por la noche. Su voz se notaba quebrada, con mucho miedo y sobretodo, desesperada. No nos pensamos ni dos veces ir a ver lo que sucedía.

Al pasar a la habitación lo primero que pisé fue un charco de un líquido muy espeso, coagulado, de un color rojo muy fuerte.
A parte, olía fatal.
Nos encontramos el cuerpo sin vida del Partypooper que se había ofrecido a quedarse con los humanos en aquella sala atravesado sin duda con las manos de aquellos monstruos, la ropa totalmente rota y la máscara destrozada, su cara demacrada, cual tenía una grotesca sonrisa roja pintada en esta.
Huellas de manos por las paredes que daban la sensación de que sus almas aún aterrorizadas querían salir de aquel lugar, luchando. Pobres seres inocentes.

Las ganas de vomitar, mareo y angustia aparecieron de manera fuerte, como un golpe con una cadena en la cara. Solté un sollozo seguido de quejidos como si se tratase de un animal sintiéndome culpable de haber dejado a ese pobre chico solo con todos, mi corazón palpitaba tan fuerte que me dolía el pecho y sentía un nudo en la garganta que me privaba de hablar. Una sensación indescriptible. Pero lo que teníamos claro es que no íbamos a tolerar más a nuestros vecinos, ahora enemigos.

𝐋Ø𝐒𝐓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora