𝐋Ø𝐒𝐓.

M.E.G

Mayor Explorers Group. 07/09/2020

Solté un gemido adormecido y adolorido por el cansancio de los anteriores eventos, mi vista era cegada por las luces florescentes de lo que parecía la sala de un quirófano, el zumbido de estas, aparte de ese olor tan raro pero a la vez limpio de los hospitales.

Estaba desorientado, no podía apenas mover la cabeza.
En el momento en el que traté de incorporarme me di cuenta que estaba atado a la camilla con unas correas para sujetar a un paciente, similares a las que se usan en los hospitales psiquiátricos.
Un quejido escapó de mi boca al intentar tomar una bocanada de aire, esta hizo eco con las paredes reforzadas de la habitación, al parecer no había nadie ahí.

¿Qué se supone que me harían?
¿Estudiarme?
¿Torturarme?
¿Forzarme a hacer interrogatorios?

¿Me forzarían a mostrar mi cara?

Todo eran preguntas, algunas peores que otras.
Tragué saliva ruidosamente a la vez que escuchaba unos pasos y cómo una puerta de acero, muy gruesa y resistente se abría al introducir una llave o algo similar, dándome una ola de sudor frío y un estremecimiento, provocado por un escalofrío por el susto, y el miedo de no saber lo que me iba a pasar en ese preciso momento.
De momento, me mantuve tranquilo sin intentar zafarme para no dar mals imágen y la gente no desconfiase de mí, bueno.

Se acercaron una chica y dos chicos, con las manos enguantadas con un tejido de látex, para que no se colase o se filtrara alguna toxina o algo que llegase a el tejido epidérmico.
Tenían unas mascarillas FFP2 de color blanco, en bastante buen uso como para estar dentro de los cuartos de atrás, ¿les suministraban recursos?
La chica abrió un maletín lleno de botes de alcohol etílico, agua oxigenada, yodo, entre otros.
También había gasas, algodón, esparadrapo, vendas y un trapo húmedo.

Sacó una goma azul celeste para atarla a mi brazo, el cual estaba con la piel desnuda, cortar el flujo sanguíneo. Así podría encontrar más fácilmente una vena y sacar sangre para hacer pruebas.
Al notar el pinchazo de la aguja tras notar la falta de sangre en mi brazo me asusté por pensar que estaba por pasarme algo horrible, pero bueno, solo me estaba sacando sangre y me estaba inyectando medicamentos para vacunarme de enfermedades por hongos, supongo que está bien. Solo miraba hiperventilando un poco a la enfermera.

Uno de los chicos tomaba apuntes con una pluma de tinta negra muy antigua, mientras que el otro solo me ajustaba las cuerdas para que no me apretase tanto y no me hiciera daño.

Al parecer la mujer notó que estaba nervioso, pues empecé a sentir de nuevo unas caricias sobre mi "cara", a la vez que tomaba mi mano después de meterme todas las inyecciones y coger muestras de sangre, estuve un rato así hasta noté mi pulso disminuir y estar más calmado.
Uno de los compañeros carraspeó aclarándose la garganta mientras me miraba fijamente, chasqueó la lengua para comenzar a hablar.

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Capítulo corto porque lo estaba escribiendo mientras estaba en clase, a parte, un poco de intriga no viene mal. ¿No?