"Por qué todos tememos enfrentar nuestros miedos, muchos por lo que nos produce ese temor, y otros por su miedo al miedo"«Lamentamos informarle que tiene cáncer Sr. »
Siempre podré decir que fueron de las palabras más duras que escuche en mi vida, hace poco más de 10 años, aunque no me sorprende, es cierto que el cigarro es dañino, pero jamás me imaginé que me afectaría desde los 29, después de la cirugía la enfermera fue muy amable por ayudarme, fue una pequeña maña mía, pero quería cortarme el cabello y calvear mi cabeza lo más pronto posible, no quería que mi hijo viera como poco a poco perdía el cabello, prefiero que me vea así.
Alice termino llegando a mi cuarto en silencio y logro sorprendeme como siempre, ayudo a la enfermera a terminarme de calvear, me lavo la cabeza, le aplicó espuma, y con sumo cuidado paso el rastrillo por mi sien hasta que no quedo un solo cabello, luego me ayudó a terminarme de arreglar y me recosto de nuevo en mi cama, acostándose al lado mío.
Cuando el doctor nos dijo que la cirugía no podría remover todo de golpe y que tendríamos que pasar por el proceso de quimio realmente no lo tomamos tan mal, hace bastante que queríamos hallar un tiempo para nosotros, reforzar los cimientos de la relación por así decirlo, y dicen que de la tragedia surge el amor...o algo así.
Seré sincero, la primera vez que fui a esa zona del hospital estaba aterrado, casi temblando, lo único que impedía que lo hiciera era el temor a abrir los puntos en mi pecho, a pesar que hace mucho que pase el riesgo de que eso sucediera, uno escucha historias sobre el cáncer y a lo que más le temen es a la quimio, todos han escuchado alguna cosa o han visto a un familiar o un amigo pasar por ese proceso.
Cada uno lo vive de manera diferente
Los que como yo, son nuevos y están asustados por las historias, pero tienen muchas esperanzas, a los que el dolor y el malestar constante les han carcomida la dicha y su rostro es el de un anciano moribundo, un anciano moribundo que solo espera la muerta...u otra metástasis, lo que llegue primero, los que tienen una resistencia inhumana y que son un ejemplo para todos nosotros, ya que se ven más vivos que antes, a los que ya no les importa nada y dejan de tratarse o los que no les importa y se tratan, pero solo hacen cosas que empeorarían su enfermedad.Ellos en mi opinión son los peores pacientes que un doctor podría tener, pero los mejores amigos que uno podría desear, ya que saben apreciar la vida como nadie, mi primer año lo conformo un grupo bastante variado:
Miguel, un inmigrante con un Don en sus manos para la carpintería a quien el alcohol le pudrió el hígado.
Brenda, la mejor jugadora de blackjack que yo conocí en mi vida, cáncer en el colón, una joven y comprometida maestra de primaria que fue a regañadientes y obligada por su hermana mayor al médico, la pobre jamás se perdono haber sido la causante del descubrimiento del cáncer de su hermana, a pesar que eso le salvó la vida se sentía culpable, como si ella le hubiera dado ese cáncer.
“Canoso” un viejo militar que duró más tiempo en el extranjero matando gente que muchos de nosotros vivos, lo gracioso de él es que siempre cambiaba su nombre y jamás pudimos saber su nombre real, ni los médicos estaba totalmente seguros, tampoco es que le dijeramos “canoso” por qué si, es calvo, así que nos burlabamos de el, un fumador igual o más comprometido que yo, que tiene los pulmones más destruidos que yo solo por su edad, no por qué fume menos o más, solo lo hizo más tiempo.
A mi querido grupo de idiotas adictos a muchas cosas entre ellas soñar con vivir nos colocaban nuestro característico y especial suero amarillo muy a las 8 AM. Mi esposa Alice «Liz para los amigos» siempre venía conmigo, trabajamos de la industria del arte, yo sé de fotografía pero me fui por el dibujo caricaturesco, con algún que otro trabajo con buenas empresas, ella también sabía de fotografía aunque le gustaba más hacer retratos, su manera de captar la vida de alguien y plasmar la eternamente en un lienzo era una de las tantas cosas que me atraía de ella.
Cuando Liz llegaba al lugar como a medio día nos entretenía haciendo retratos de cada uno de nosotros en nuestras bolsas amarillas, también era una forma de ver cuánto faltaba del medicamento, si el dibujo ya no estaba amarillo era hora de irse.
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Lluvia
Short StoryRecopilación de historias independientes, y cortas (One Shot) con temática libre, no tienen ningún género definido, y no tienen correlación entre ellas