III

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La verdad ya no era una sorpresa, ya habían pasado por éste tipo de situaciones a lo largo de su vida en Berk como para reaccionar ante ello; pero eso no quitaba la cara de fastidio al escuchar el parloteo y las bromas que escuchaba a sus espaldas.

-Oye, ¿qué no te quedó claro que no debían excluirnos si iban a salir por aventuras?- preguntó Patán con obvia burla molestando aún más a Hicca.

-Y yo digo, ¿qué parte de que solo iríamos nosotros cuatro junto a nuestros dragones no quedó clara?- cuestionó Hicca con un leve gruñido viendo a Patapez de forma amenazante.

-¿Por qué piensas que fui yo?- recibió silencio como respuesta.- Bueno, admito que soy muy propenso a soltar secretos cuando estoy nervioso, pero ésta vez tenemos que echarle la culpa de bocón a Bocón.- se defendió.

-Tenías que explicarle lo que íbamos a hacer.- dijo Chimuelo de forma sarcástica.

-Era eso o que iniciaran una fiesta de búsqueda para arrastrarnos de nuevo a Berk.- comentó con un pequeño escalofrío.

-Doy gracias a mi suegra que llegó justo a tiempo en nuestra defensa.- recordó como Hicca le estaba explicando a Bocón el plan de investigar y cómo éste les reclamaba que no debían escapar de sus obligaciones como siempre. Para suerte de ambos, Valka había llegado justo a tiempo para apoyarlos y distraer a Bocón para que ellos pudieran escapar lo más rápido posible.

Cómo amaba a su suegrita.

Regresando a nuestros protagonistas, al parecer Bocón había hablado de más; o más bien estaba quejándose en voz alta, porque los demás jinetes habían escuchado sobre la investigación secreta y creyeron que la mejor idea sería seguirlos y unirse a la aventura.

Lo cual claramente molestó a los otros cuatro jinetes y dragones presentes.

-¿Y a qué vamos?- preguntó Brutacio denotando claramente que no sabían a lo que iban.

-¿Recuerdan cuando Patapez y Albóndiga dijeron haber encontrado un Furia Nocturna? Básicamente vamos a ir a buscarlo.- explicó Astrid.

-Pero si lo estoy viendo justo enfrente de nosotros.- dijo Brutilda señalando a Chimuelo.

-Bueno, sí, pero estamos buscando a otro.- respondió Hicca.

-¿Hay otro Furia Nocturna?- volvió a preguntar Brutacio ganándose malas miradas y otros se golpearon la frente.

-¿Cómo es que los soportan?- cuestionó Eret fastidiado.

-Créeme, nunca lo hacemos.- Astrid mencionó haciendo reír a Eret e Hicca los vió con una sonrisa pícara y divertida para después recibir una mirada de mala muerte por parte de su mejor amiga.

-Hey, Tormenta. Cinco salmones y tres bacalaos a que éstos terminan juntos.- Chimuelo apostó con una sonrisa burlona.

-Yo apuesto el doble.- le siguió Colmillo.

-¡Ja! Yo ya aposté una Lamprea y cinco Salpas.- Tormenta mencionó de forma orgullosa.

-Yo apuesto la cabeza de Eructo.

-Y yo la cola de Vómito.

-Compartimos la misma cola, idiota.

-No si te la terminan cortando.

-Dejen de pelear, por favor.- los detuvo Albóndiga.

-Los dragones son el vivo reflejo de sus jinetes.- se quejó Rompecráneos ganándose la risa de los dragones.

Hicca se había unido a las risas ganándose miradas curiosas de los jinetes al no saber lo que le causaba tanta gracia. Ella solo los ignoró y vió a su dragón tenso y callado de la nada al darse cuenta que estaban a punto de llegar a la isla donde presuntamente se había visto a otro Furia Nocturna. Colocó suavemente su mano en la frente de Chimuelo, quien se asustó por unos momentos antes de reconocer el suave tacto de su prometida.

Le dió la señal para que volaran un poco más alto y subieron más a las nubes no sin antes darle un aviso a los demás de que les dieran un poco de espacio antes de llegar.

-¿Estás bien, amigo?- preguntó con una voz suave, pero denotaba su preocupación.

-Sí. Sí, estoy bien, renacuajo. Solo... Nervioso, supongo.

-¿De encontrar a otro Furia Nocturna?

-No te voy a mentir. Estoy bastante asustado.- se sinceró soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo.- Solo pienso, ¿qué tal si todo esto es una trampa? ¿O un sueño? No tengo ni la menor idea de que es lo que quiero que sea, solo pienso que es demasiado bueno para ser verdad. Ver a mi manada ser aniquilada frente a mi, tantos años de exclusión y creencias de que era el último. Suena tan irreal, ¿sabes?

Hicca solo se quedó callada entendiendo perfectamente cómo se sentía su mejor amigo, su hermano, su pareja. Siendo excluidos, los raros, no sabiendo de sus orígenes y perdiendo a su familia. Ambos habían vivido lo mismo y compartían sus emociones tratando de apoyar al otro.

Y ese era ahora su turno.

-Sé que te he dicho esto tantas veces en el pasado, pero, sabes que yo estoy de tu lado, Kreston. Sé cómo te sientes y lo asustado que debes de estar. Sin embargo, creo que éste nuevo Furia Nocturna es una señal de que te has esforzado tanto y los dioses te lo quieren recompensar dándote una segunda oportunidad. Una familia.

-Pero tú ya eres mi familia.

Su corazón se aceleró de golpe y sintió que sus orejas ardían a la vez que una lágrima se asomaba en uno de sus ojos al escuchar aquellas palabras.

Chimuelo siempre demostraba que pase lo que pase, para él, ella era su prioridad. Y como lo amaba por eso.

Lástimosamente su bonito momento tuvo que ser interrumpido cuando habían logrado llegar a la isla.

-¡Hicca, ya estamos aquí!- le avisó Astrid y la pareja asintió con la cabeza volviendo a llegar con ellos.

-Muy bien, pandilla. Recuerden, ésta es una investigación. No es ninguna misión de rescate o atacar.- vió al trío con una mirada asesina.- ¿Entendido?

-Sí, jefa.- dijeron los tres al mismo tiempo haciendo un tipo de saludo militar.

-Bien. Vamos.

Hora de ver si en realidad había otro Furia Nocturna, o si Chimuelo era en realidad el último de ellos.

The Moon's MiracleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora