HANNAH
Me desperté super pronto. Jake estaba durmiendo dándome la espalda. Me levanté, cogí la ropa y me fui al baño. Me duché, me desenredé y sequé el pelo; me vestí, me puse un jersey grande de lana gris, un cinturón negro a la altura de la cintura, unas medias negras y unas botas del mismo color que las medias. Me hice un recogido con una pinza, me eché rímel, colonia y desodorante.
Cuando salí del baño, Jake seguía dormido, cogí uno de los libros que me había traído y que no había tocado desde que había llegado aquí. Era el que Jake me había dejado en la habitación después del día en el que nos conocimos.
Me fui hacia la cocina. Al pasar al lado del salón, me di cuenta de que debajo del árbol había muchísimos regalos.
Me fui a la cocina completamente sorprendida, no había visto tantos regalos juntos en mucho tiempo. Me hice un café con leche calentito y me senté a seguir leyendo el libro, pero no me concentraba, estaba dándole vueltas a todo lo que había pasado ayer. Me sentía fatal, después de hacer eso por primera vez con Jake, no me había mirado apenas. Me sentía utilizada, a lo mejor era lo que él estaba buscando desde el principio: hacer conmigo cosas como la de anoche y ya está. Pero para mí habia sido la primera vez que había tenido ese momento con un chico, y no me esperaba esa reacción por su parte. ¿Había hecho algo mal? ¿No le gustó? ¿No le gusto yo? ¿Sólo quiere ese tipo de cosas? No entendía nada, estaba muy confundida.
Entiendo que, para él, no es algo nuevo, y que habrá hecho este tipo de cosas con muchas chicas... Sólo con pensarlo e imaginarle besando o tocando a otras chicas, me entran ganas de vomitar. Seguramente haya mejores chicas que yo, y a las que no les tenga que explicar cómo hay que hacer las cosas o con las que no tenga que ir con cuidado...
En definitiva, que él se merece a alguien mejor.
Me terminé el café, recogí la taza y cerré el libro sin haber podido leer más de dos líneas. Cuando me di la vuelta, en el marco de la puerta, estaba Bryce.
-Buenos días, preciosa. - me dijo, antes de guardarse el móvil en el bolsillo del pantalón.
-Buenos días. - le dije, brindándole una sonrisa. La verdad es que ayer había estado hablando con él y es un chico muy simpático y muy gracioso.
- ¿Qué tal has dormido? - me dijo mientras se acercaba a la encimera y se servía una taza de café.
-Bien, aunque tengo la sensación de que no he dormido nada.
-Joe, pues vaya. Yo he dormido genial porque he soñado contigo.
No me esperaba eso, y me sonrojé de la vergüenza que me dio. Me reí y de repente le sonó el móvil. Me sonrió y lo cogió dirigiéndose al salón. Detrás de él apareció Jason, que me saludó y cogió una taza de café. Éste se fijó en el libro que había dejado en la mesa, se acercó y lo cogió.
- ¿Es tuyo? Yo me le leí hace un par de años.
-Sí, bueno, es prestado. ¿Te gusta leer? - le dije sorprendida.
-Si, pero no todo, hay libros que me aburren. - me dijo, mientras se sentaba en una de las sillas que estaban alrededor de la mesa.
- Ya, normal, es que hay algunos que son un tostón. - le dije, sentándome a su lado en la mesa. Éste se rio.
- ¿Hasta dónde te has leído? - me preguntó, interesado.
-Voy por la página 270, me faltan 100 para acabarlo.
-¡Buah! pues te queda lo mejor... y no te digo nada más, cuando te lo acabes me lo dices, que quiero saber tu opinión. - me dijo con una sonrisa, la verdad es que me había caído muy bien desde el principio, pero con esa conversación me pareció más interesante de lo que dejaba ver.
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Por ti siempre
Teen FictionHannah se muda a Nueva York tras la muerte de sus padres. Esta obligada a irse con su tutor legal el empresario John Thomas, quien tiene un hijo con el que Hannah tendrá que lidiar y que aunque lo niegue le pone muy nerviosa. Ella arrastra mucho do...