Capítulo IV

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Beomgyu no quiere estar con Misuk, aunque Misuk quiere estar con Beomgyu. ¿No es eso gracioso?

La deseo lo suficiente para arriesgar mi corazón.

Escucho esto a través de mensajes de voz, correos electrónicos, mensajes de texto y Chaehyun.

Aparentemente, durante mi crisis de cuarto de vida, Chae y Beomgyu se volvieron cercanos.

Me sentía traicionada, pero Beomgyu ya se encargó de ello.

Misuk va a conservar al bebé, por supuesto, porque su papá es un ministro y ella está a favor de la vida.

No a favor de la abstinencia. Beomgyu dice que estará en la vida del bebé tanto como Misuk se lo permita.

Él quiere hacer funcionar las cosas conmigo.

No quiero hacer funcionar las cosas de ninguna manera. Ni el cuerpo, ni el corazón.

Sólo pensar en hacer funcionar las cosas me cansa. Estoy adormecida para hacer funcionar las cosas.

Le digo a Beomgyu que se vaya al infierno, y luego lloro por dos días.

¿Fui yo? ¿Soy demasiado fría? ¿Demasiado inexperta? ¿No soy lo suficientemente atractiva? ¿Lo suficientemente buena en la cama?

Y cuando desleales idiotas sembradores de hierba, duermen con otras personas, ¿por qué buscamos dentro de nosotros para encontrar la culpa en nosotros mismos?

No fue mi culpa. De hecho, tal vez lo fue.

A la mierda. De todas formas, ¿qué importa?

Voy por bebidas a Tavern Sky. No he escuchado ni pío de Jimin en semanas.

Su novia, por otro lado, ha estado acampando junto a mi cama, esta vez para apoyarme.

Todavía me pide que le haga bocadillos, aun cuando soy yo la que tiene el corazón roto.

Incluso me dice que eso mantendrá mi mente fuera de las cosas.

La estoy evitando esta noche, aunque aparentemente no a su novia.

Todo en lo que puedo pensar es en Jimin y el sueño. Que casi me estaba advirtiendo. Tal vez en mi inconsciente, lo sabía.

Beomgyu no había sido Beomgyu por un largo rato. En retrospectiva, no habíamos conectado... en un año.

Entré dando traspiés a Tavern Sky, con un cabello severamente enredado y oscuros círculos bajo mis ojos.

Jimin está hablando con algunos de sus clientes al otro lado de la barra cuando me ve.

Mira dos veces y me pregunto qué tan hostil luzco.

"Te ves hostil en una forma vulnerable y bonita", me digo.

Aunque probablemente debería empezar a peinar de nuevo mi cabello.

— Hola — Jimin desliza una bebida frente a mí antes que incluso haya tenido oportunidad de sentarme.

— ¿Cómo está tu corazón?

— Me siento sobria y quiero sentirme borracha — le digo.

— Lamento que te sucediera eso — Jimin limpia la barra con un trapo, luego se inclina sobre sus codos y me estudia.

Sus ojos son realmente encantadores y tristes.

— La tristeza viene en olas, ¿cierto?

Es como si sintieras algo diferente cada diez minutos.

— Sí — digo, preguntándome quién rompió su corazón.

Qué idiota. Bebo mi bebida púrpura y miro fijamente mi teléfono. Pero cada vez que miro mi teléfono, veo pechos en mi mente.

¡a la mierda con el amor! [winrina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora