Mandy, ¿que sientes por mi?

¿me... amas?

Mientras tanto en aquella habitación:

La habitación de Mandy estaba decorada con paredes rosas y detalles encaramelados, y los muebles eran elegantes y de madera. Sentada en su cama con su maleta preparada junto a ella, Mandy escuchaba atentamente a sus padres a través del teléfono.

[Solo hay viajes disponibles por la tarde, así que llegaré muy tarde], dijo Mandy con pesadez.

[¿Estás segura de que quieres venir? Se suponía que pasarías mañana con tu novio, no con nosotros...], respondió su madre, antes de ser interrumpida por su padre.

[¡Que ni venga el idiota de tu novio!],  exclamó el padre de Mandy.

El padre de Mandy sentía un gran rencor hacia Chester y ¿por qué? Simplemente porque estaba con su preciada hija, ya que él ya había encontrado un candidato adecuado para ella, pero sus planes se desmoronaron cuando se enteró de que Mandy ya tenía un novio llamado Chester.

[Jaja, tu padre es bastante divertido, en realidad quería preguntar: ¿cómo es él?], pregunto nerviosamente su madre, tratando de evitar que su marido vuelva a tomar el teléfono.

[No, sabes que no soy fan de esos días, él está bien], respondió con molestia.

[Hija, no eres fan de ningún día], dijo su madre en broma. [Mandy, cuando tienes pareja, tienes que ser flexible y tolerante...], comentó.

[Chester no tiene un problema con ella, mamá], se excusó.

[Realmente te pareces a tu padre], se escucho un suspiro de su madre.

[Pero-].

[¿Incluso le has preguntado si quiere celebrar o no?], comentó, interrumpiendo a su hija con ternura, sabiendo que Mandy tenía algunas dificultades expresándose emocionalmente.

Mandy simplemente permaneció silencioso en respuesta a la pregunta de su madre.

«¿A chester le gustan esos días?», ella comenzó a preguntarse. «Él–»

Antes de que incluso pudiera terminar sus pensamientos, su madre habló de Nuevo: [Si no puedes venir, está bien, nos veremos otra vez. Espero que nos presenten algún día a Chester], dijo alegremente, mientras se podía lograr a escuchar las maldiciones por parte de su padre.

[Mandy, prioriza a ese chico que te ha aguantado durante tanto tiempo].

[Hablaré contigo mañana, mamá].

«¿Le gustará eso?», pensó para sí misma. La llamada terminó y ella instintivamente se levantó para salir de su habitación. Inmediatamente notó que todo estaba oscuro y silencioso, excepto la luz que provenía de la habitación de Chester. Rápidamente se dio paso allí, pero a medida que estaba a punto de golpear en la puerta, se dio cuenta de que estaba ligeramente entreabierta, lo que le permitió vislumbrar a Chester llorando en silencio... mientras habla por teléfono.

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Unas horas antes:

Chester había vuelto a limpiar la cocina minuciosamente y se aseguró de apagar todos los electrodomésticos antes de apagar las luces y dirigirse a su habitación. En aquel cuarto, las reglas de Mandy eran ley.

"Mandy no soy tu bufón."

"Lo eres Chester."

¿Por qué Chester se sometía a todas estas reglas? Bueno, Mandy había impuesto varias normas debido a que él solía gastar bromas demasiadas pesadas y tenía miedo de que arruinara su departamento, una vez lo hizo.... Aunque Chester se resistía a veces, Mandy había encontrado la forma de hacer que cumpliera las reglas: amenazándolo de diversas maneras. Pero una amenaza destacaba sobre las demás, la más importante: "Si no lo haces, no dormirás aquí".