𝐌𝐔𝐑𝐃𝐄𝐑𝐄𝐑

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Asesino

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Asesino.

Esa era la palabra que no había dejado de escuchar los días siguientes a la muerte de mi hermano y Sarah.

A decir verdad, al segundo día aprendí a ignorar las miradas de asco o los murmullos que se generaban cada vez que salía de casa, ya que, oficialmente, vivía en Figure Eight junto a Audrey.

Jamás podría agradecerle todo lo que había hecho por mí, aunque vosotros no sabéis ni la mitad, pero ya os lo contaré más adelante.

Como siempre, Audrey me hacía acompañarla a entregar pedidos, ya que, según ella, tenía que salir de casa y aprender a vivir con los murmullos de la gente a mis espaldas.

Ese día fuimos al bar del club de golf, donde, estaba casi segura, de que JJ trabajaba, cosa de la que no estaba segura, ya que apenas había hablado con los Pogues desde aquella noche.

—El cliente me espera dentro, así que esperame aquí. Pide lo que quieras, yo lo pago después —me avisó y asentí con la cabeza.

Vi a Audrey acercarse a JJ y hablar con él durante unos segundos antes de entrar con la caja de ropa.

Supuse que habló con él sobre el pequeño problema que Audrey no podía solucionar. Y era que no había dicho una palabra desde aquella noche.

Y me refería a ninguna, ni una sola, para nada. Pero tampoco le veía sentido, ya que, si nadie iba a creer una palabra de lo que dijera, ¿por qué hablar?

—Hola, bichito —me saludó JJ antes de abrazarme con fuerza y darme un beso en la cabeza—. ¿Cómo lo llevas? —me preguntó preocupado, pero, como ya suponeis, no dije nada.

Empecé a notar las miradas de asco de los Kooks justo antes de que llegase Audrey, quién sonrió a JJ.

—¿Cómo estás? —le preguntó.

—Ahí voy —le respondió él encogiendo los hombros antes de girarase hacia mí—. Luego me paso a verte —me avisó él antes de darme un beso en la mejilla y volver al trabajo.

—¿Quieres que nos vayamos? —me preguntó Audrey y asentí con la cabeza.

Ella rodeó mis hombros y empezamos a caminar hacia la salida con la atenta mirada de todos encima.

²𝗕𝗲𝘀𝘁 𝗼𝗳 𝘂𝘀 ⭒ 𝗢𝘂𝘁𝗲𝗿 𝗕𝗮𝗻𝗸𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora