Un nuevo Naruto(Narusasu)

9

Naruto llevó a Inari al punto más alto de la isla, una colina parte de la isla y el gran puente, dando una vista maravillosa.

—Ah—el niño exclamó sorprendido y agitado cuando Naruto lo llevó allí a una velocidad feroz—¿Que hiciste?

Naruto lo miró y sonrió cálidamente, sentándose en el suelo, palmeando el lugar a su lado para que el menor se acerqué.

—Quería hablar en privado— No estaba siguiendo la situación original y no le importaba, el Naruto original le había gritado cobarde y lo hubiera dejado llorando, pero él no podía hacerlo. Era como un trastorno que le generó Zack con su instinto protector y su debilidad por cuidar a los menores.

Lo hacía por el pequeño hermano que no pudo conocer.

—Lamento lo que dije recién ¿Si? Pero tú no has sido muy amable desde que llegamos.

—Ustedes no lo entienden. Nunca lo entenderás—gruño el niño con el ceño fruncido.

Naruto arrugó el entrecejo y luego lo suavizo.

—Ven aquí—dijo de forma fraternal, invitándolo a sentarse con él nuevamente. Inari se acercó algo dudoso, obedeció sintiéndose cálido de algún modo—Tal vez tengas razón, tal vez nunca entienda tu dolor. Y esque a mis padres los perdí mucho antes de que tuviera conciencia de eso, murieron el dia que naci, asi que ni siquiera los recuerdo—comentó como si nada. Inari jadeo sorprendido, sintiendo un pequeño dolor en el pecho. Naruto lo miró—La muerte no es nada nuevo en una aldea ninja. Yo la he vivido siendo un bebé, pero a diferencia de ti, a mi no se me permitió llorar ni quejarse, jamás tuve a alguien que me consolará, tuve que lamer mis heridas y avanzar completamente solo, porque allí la crueldad no le tiene piedad a un niño. Es por que hago este esfuerzo que te parece tan patético, es por eso que ese gato miserable no me hace temblar, ni me hace retroceder.

Inari tembló, la garganta se le hizo un nudo. Entendió lo cruel que había sido, la muerte de su padre había sido un golpe tan duro del que jamás se recuperó, eso lo hacía a él alguien débil, porque alguien como Naruto se había recuperado de golpes aún más fuertes.

—Inari, tu padre te amaba tanto y también amaba esta isla ¿Crees que él querría ver como ambos se desmoronan? Debes pararte firme y usar ese dolor para fortalecerte Inari, las batallas internas también cuentan. No te quedes mirando como destruyen tu hogar, enfrenta ese miedo y haz algo al respecto, como lo hizo tu padre, como lo está haciendo tu abuelo.

Inari trago el nudo en su garganta cuando las palabras de Naruto le dieron fuerza. Ahora lo veía como alguien fuerte, como su padre lo era. No quería decepcionar la imagen de un héroe.

—¿Que puedo hacer, Naruto-niisan?—Inari secó sus lágrimas y miro a Naruto con una sonrisa.

Naruto rió nuevamente, sacudiendo el cabello de Inari.

—¿Confías en mí?—le preguntó repentinamente, Inari se sintió confundido pero aun así asintió—Entonces puedes hacer por tu isla lo que yo hice por ti, dales fuerza para que protejan su hogar de futuras amenazas... Y de Gato yo me encargo.

«Kurama, es hora»

(***)

Naruto aterrizó en aquella cabaña en la que se resguardaban Zabuza y Haku, luego de dejar a Inari en su cama. El espadachín no se encontraba del todo curado, aun le costaba moverse sin dolor, pero Haku reaccionó rápidamente ante el peligro. Zabuza recordó al débil niño, el alumno de Kakashi, pero no le vio sentido a lo que tenía enfrente ¿Como había llegado tan rápido sin ser percibido, como se hubiera teletransportado hacia allí? No tenía sentido, ni tampoco ese chakra rojo y peligroso que lo rodeaba.