Un nuevo Naruto(Narusasu)

10

Naruto durmió todo lo que pudo, Kakashi lo dejó creyendo que estaba agotado su chakra cuando no era nada eso. Sasuke sospechó, él no recordaba que Naruto haya terminado tan cansado luego de escalar la cima del árbol, sin embargo no le dijo nada a su sensei. Era mejor para él si tomaba un poco de distancia de Naruto.

Naruto despertó, no por recordar que su equipo estaba en el puente sin él, sino por los alarmantes sonidos y gritos que se oyeron desde la sala. El llanto de Inari, le hizo levantarse y correr de inmediato.

Encontró todo hecho un lío. Unos criminales se estaban llevando a Tsunami e Inari corría tras ellos descuidadamente. No pensó un plan para esta situación, asique hizo lo mismo que el original, alejando a ambos de los criminales con un Jutsu de sustitución, sorprendiendo a los hombres.

—Pobres imbéciles. Enfrentar ambos a una mujer indefensa y a un niño debe hacerlos sentir muy rudos ¿No es así?

Los tipos se enfurecieron al ser insultados por el recién llegado.

—Naruto...—murmuró Inari abriendo los ojos, sorprendido y contento de verlo allí.

Naruto le sonrió cálidamente.

—Bien hecho Inari, protegiste bien a tu madre. Ahora déjenmelos a mí.

—Es uno de los ninjas que Tazuna aloja—dijo uno de los hombres.

—Tras él.

Como en la versión original no eran listos ni ágiles, por lo que le fue igual de fácil derrotarlos a Naruto. Clones de sombra, sustitución y los ninjas ya estaba inconsciente en el suelo. Inari miraba todo impresionado y con admiración.

—¡Eso fue super genial!—Exclamó Inari.

—Gracias—Naruto estiró sus nudillos—Bueno, ayúdame a amordazarlos. Estos no despertarán en varias horas, pero aun así es mejor tener precaución, y hay que llevar a tu madre—advirtió.

—Por supuesto.

Inari le ayudó lo que pudo y en unos 20 minutos ya se habían encargado de todo.

—¿Ella estará bien?—pregunto el niño preocupado por su madre.

—Despertara pronto—dijo Naruto retirando el hielo del golpe que le habían hecho a Tsunami. Miro al menor—Inari, cuida de todo por aquí ¿Si? Yo debo ir al puente. Presiento que me necesitan por allá.

—Esta bien ¡Si! Yo me encargo de todo.

Naruto sonrió con ternura y despeinó los cabellos de Inari.

—Encontraste tu valor, Inari. Brillas más ahora, tu padre estaría orgulloso de ti.

Inari lo miró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y su garganta soltó un sollozo sin poder evitarlo.

—¡Rayos! Me prometí no volver a llorar. Vas a burlarte de mí, pero no puedo detenerme—lloraba el menor.

—Llorar no te hace débil, a veces es necesario.

—Naruto...

—Todo estará bien ahora.

Muchacho parece que Gato ya se dirige al puente.

Naruto asintió y le sonrió por última vez a Inari.

—Te dejo a cargo—comenzó a caminar fuera de la casa mientras que a su mano extendida el Mjolnir llegó a él y comenzó a girarlo en su mano—Nos vemos más tarde, pequeño.

Impulsando el Mjolnir, Naruto saltó al cielo desapareciendo tan rápido que Inari dudo de sus ojos. Eso fue lo más impresionante que alguna vez vio en su vida.