Prólogo.

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[ "Tot el camp
es un clam
som la gent Blau Grana
... ]

Cerré mis ojos al escuchar el inicio del himno, eso solo significaba una cosa, la hora de salir al césped ya había llegado. Moví el cuello con cuidado hacia los lados para estirarme un poco, solté un suspiro abriendo ya por fin mis ojos y ver al capitán del equipo delante mía. Era un partido de La Liga, seguíamos en la primera posición pero esta victoria era importante, ya que no nos podíamos relajar porque esto es el fútbol y cualquier punto es importante en esta competencia.
Busquets nos había dado el aviso de que ya podíamos subir y así fue, cuando salimos escuchamos como todo el Camp Nou nos silbaban y aplaudían mientras seguían cantando aquel himno del equipo.

[ "Barça!, Barça!, Baaaarça!!!! ]

Como siempre nos colocamos para la foto de equipo y me puse en medio de Raphinha y Jordi Alba, los capitanes de cada equipo se estrecharon la mano y saludaron a los tres árbitros que se iban a encargar del partido de hoy. Finalizado ese momento ya estábamos los veintidós jugadores esparcidos por el campo esperando a que el árbitro diera la señal del comienzo.

El árbitro se llevó el silbato a la boca y dió tres pitidos.

F.C.Barcelona contra Sevilla F.C había comenzado.

Primer toque del balón a nuestro favor, todo comenzaba más que bien. Nos intentábamos acercar a la zona de la portería contraria pero tenían una buena defensa aunque igual eso no era motivo para rendirse de primeras, Busquets indicó que debíamos comenzar a presionar para que así fuera más fácil entrar a la portería de Bono, el portero del Sevilla. Y eso hicimos, Araujo le pasó el esférico a De Jong y este me lo pasó a mí, no había casi nadie cerca mío así que me atreví a avanzar, aunque no sirvió de mucho ya que di justo dos pasos y en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba en el suelo, el árbitro no pitó falta cuando claramente si lo había sido ya que uno del equipo contrario comenzó a correr hacia mi y puso su pierna para que yo cayera. Frustrado miré desde el suelo como el dorsal veintitrés del Sevilla tenía el balón y estaba en terreno nuestro, me levanté con rapidez y comencé a correr para volver a mi posición, vi como Lewandowski me miró con cierta preocupación pero yo le alcé el dedo pulgar e hice una mueca sonriente para confirmarle que me encontraba bien ante lo sucedido, llevé mi vista de nuevo al juego y un vuelco de alegría recorrió todo mi cuerpo al ver que Ter Stegen había parado aquel balón.

Minuto 39, quedaban seis minutos para que la primera parte finalizara y aún el marcador seguía a cero, teníamos que marcar de alguna manera un gol. Miraba por todo el campo para intentar buscar alguna táctica, pero no se me ocurría absolutamente nada, una gota de sudor se fue deslizando de manera lenta por mi rostro, ya se notaba el cansancio y el calor en mi cuerpo. Me acerqué hasta los banquillos para pedir un poco de agua y así también descansar un poco.

– Pedri, tienes que ir sí o sí hasta la zona contraria. No solo hagas pases claves, atrévete a tirar a la portería que sé que eres capaz de marcar un gol. – comentó el míster quien se tapaba la boca con su mano para así evitar que le pudieran grabar y leer los labios. – necesitamos esos tres puntos como sea.  – una vez me dijo eso yo simplemente asentí y obtuve como respuesta una palmada en la espalda.

Las palabras de Xavi resonaban en mi cabeza, teníamos que marcar gol sí o sí antes de que se acabara el tiempo de la primera parte. Miré a Lewandowski asintiendo dándole a entender que estaba preparado para aprovechar aquellos minutos restantes, Ter Steguen le pasó la pelota a Koundé y comenzó a subir hasta que llegó a Busquets, se le acercaron dos del Sevilla por lo que yo también me acerqué para que le resultara más fácil de pasar el balón, una vez que me vió me pasó el balón como pudo y comencé a correr controlando el esférico con mis dos piernas, no quise mirar hacia atrás porque sabía que estaban corriendo detrás mía, hice una pequeña mueca ya que estaba cansado de correr pero no había nadie de mi equipo cerca así que tuve que seguir corriendo sin parar, ahora en mi visión solo estaba el portero el cual me miraba con cara seria y a su vez también miraba el balón para saber donde iba a caer. Relamí mis labios y por fin iba a tirar a portería, pero alguien por detrás me clavó el codo en el costado y caí al suelo, otro balón perdido. Quise visualizar quien había sido el causante de ese golpe y fue nuevamente el dorsal veintitrés.
Golpeé el suelo con mi puño de la frustración que sentía en esos instantes, no pude hacer mucho más ya que el árbitro pitó el final de la primera parte.
Me levanté del suelo y recuperé el aire mientras ya comenzaba a caminar de manera lenta hacia los vestuarios, sabía que en estos quince minutos el míster nos iba a comentar nuestros errores y proponer alguna otra jugada.

Don't blame me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora