Carnicero.

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Pablo Gavi.

6:28 de la mañana, aún quedaban dos minutos para que mi despertador sonara. Me sentía como el primer día de clase, los típicos nervios que se te acumulan en el estómago y no sabes muy bien porqué es.
Miré al techo y entrelacé mis dedos esperando pacientemente a que la alarma de mi teléfono sonara, el típico tono de Iphone sonaba sin parar, finalmente eran las y media.

No me quedó otra que levantarme de la cama para así ir directo al baño, una vez ahí me miré en el espejo y suspiré al ver la cara de sueño que tenía, abrí el grifo y me mojé la cara para despejarme y ponerme a preparar las cosas que llevaría al entreno del día de hoy, aunque la verdad no tenía que llevar mucho ya que Xavi me había comentado que hoy simplemente me sentaría para ver cómo trabajaban para así acostumbrarme. En cierto modo agradecía eso, aún no me llevaba con nadie del todo ya que sólo había intercambiado algunas palabras con Araujo y Ansu, muy amables aunque siento que lo hicieron por educación y amabilidad ya que era el nuevo.

Estaba desayunando un vaso de leche y una tostada de jamón, el silencio de mi nuevo piso me estaba consumiendo así que encendí el teléfono para entretenerme con algo pero luego recordé, ¿para qué me iba a poner con el móvil?
Los minutos acabaron pasando bastante lentos pero me alegró ver una notificación de Lewandowski avisando de que ya estaba por fuera de mi hogar. Con rapidez busqué la pequeña maleta que preparé con una botella de agua y ropa de cambio, ya que tenía puesta la equipación de entreno, y bajé hasta el portal.

No voy a mentir, estoy bastante nervioso por entrar al coche del gran Lewandowski, es un gran jugador y tiene una carrera alucinante y él mismo se había ofrecido a venirme a buscar, wow.
Dejé de pensar por unos momentos mientras negaba con la cabeza y finalmente comencé a caminar hasta el auto del nueve del Barça y le mostré una sonrisa en cuanto me miró. Abrí la puerta del copiloto pero en cuanto lo hice su voz me interrumpió.

— No, niños detrás. — dijo con un español algo diferente ya que tenía un acento inglés. Sabía que era de Polonia así que entendía que aún no llevara tan bien el español.

Me quedé confundido mientras seguía con una mano en la puerta del coche, no me quedó otra que obedecer sus órdenes ya que era su auto y yo no era el que decidía aquí. En cuanto vio que iba a cerrar la puerta de copiloto se comenzó a reír de una manera exagerada y alta.

— Es broma, es broma. Ven Gavi siéntate aquí. — decía entre risas y yo aún algo confundido me senté finalmente a su lado. — Lo dije porque eres el pequeño del equipo. — me dedicó una sonrisa amplia y finalmente puso su coche en marcha. — Buenos días, ¿emocionado por comenzar?

— Buenos días Lewandowski, la verdad estoy nervioso pero igualmente en el día de hoy no voy a entrenar solo voy a observar, Xavi me dijo que podía comenzar ya el lunes. — le comenté mientras me ponía el cinturón de seguridad.

— Puedes llamarme Lewan o Lewy, como quieras. — dijo mientras tenía su mirada fija en la carretera. — ¿De momento qué te parece Barcelona? Mi mujer y yo nos enamoramos de la ciudad en cuanto llegamos.

— Llevo un día aquí pero de momento se siente bien, aún algo raro porque estoy solo y no sé. — me sinceré ante el polaco mientras me encogía de hombro y tenía mi vista al paisaje que se veía desde la ventanilla.

— Ya verás que te acostumbras rápido, el Barça es una gran familia. — nos quedamos por unos segundos en silencio, pero no era de esos silencios incómodos. — ¿Ya hablaste con Pedri? — noté como me miraba de reojo con rapidez pero de vuelta con su vista en la carretera.

¿Pedri? Me sonaba bastante el nombre pero no llegaba a identificar de quién se trataba.

— Uhm, no. Solo hablé con dos, Ansu y Araujo. — asentí levemente y me puse a jugar con mis propios dedos mientras mi vista seguía en la ventanilla. —

Don't blame me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora