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NARRA JUNGKOOK

-Hola ¿A donde te diriges? - le preguntó al pelinegro ante mi.

- Hola señor...mi compañero lo atenderá ya término mi turno me voy al albergue de la central - contesta algo nervioso.

Tiene una sonrisa en su rostro, se ve totalmente hermoso. Se coloca su abrigo para salir de la tienda ya que solo esta con su uniforme de mesero.

Voy tras de el mientras que en su mano tiene una bolsa de papel.

-¿Que es eso? - pregunto.

El voltea dando un brinco por el susto, pese a esto hace un intento por sonreír.

- Es comida señor, ¿Necesita algo? - cuestiona.

Sus ojos son completamente hermosos, claramente el debe de ser mio. Desde hace dos años que estoy bajo su sombra, se que el escapo de la casa de sus padres por maltrato.

Jimin mi hermoso Jimin. Quiero llevarte conmigo y eso hice.

Conmigo nunca sufriras.

Abro mis ojos mientras busco a mi pequeño con la mirada. Sin embargo, no lo encuentro, me levanto de la cama y me voy directo a la sala donde ya se que esta.

Como desde hace un mes está en un rincón de la sala entre dos sofás. Abraza sus rodillas mientras que ligeros sollozos salen de su boca. Me quedo en silencio en mi mismo lugar viendo como lo he destrozado.

Desde esa vez que lo lleve al hospital, no hemos hecho el amor. El doctor nos dijo que tenia que abstenerse de cualquier actividad sexual mientras dura la hemorragia.

De la habitación traigo una frazada, la dejo en un sofá mientras que entre mis brazos cargo a Jimin Pero el al sentirme empieza a moverse. -Su-suéltame por favor, esta vez no hice na-nada malo, po-por favor.

Ver como se asusto solamente por que lo cargo me duele, Me tiene mucho miedo, desde hace dos semanas sale de la habitación y viene aquí a dormir ya que cuando regresamos del hospital sus pesadillas comenzaron.

Dejo que se escape ya que esas pesadillas son sobre mí. He extendido el plazo de las vacaciones a mis empleados ya que quiero que todo mejore con mi pequeño.

-Po-por favor, no mas daño-susurra.

Lo acuesto en el sofá, mientras que acaricio su cabello negro. El mantiene los ojos cerrados temblando. En la oscuridad puedo ver las cicatrices de los cigarrillos que yo mismo deje cuando me pase de alcohol.

Su brazo tiene un nuevo yeso. No puedo seguir viéndolo así.

Tomo la frazada para extenderla y cubrir todo su cuerpo. Beso su frente para luego irme a mi despacho.

Cuando llego me siento frente al gran ventanal, viendo como aparece un hermoso amanecer.

Recuerdo que cuando traje a Jimin a vivir conmigo, intente una mañana ver juntos el amanecer, sin embargo, el no quería y mordió mi mano haciendo que lo golpee fuertemente.

Hacer que mi pequeño olvidara todo su pasado fue una estupenda idea, ahora solo me tiene a mí, sumiso ante mí.

-Ya esta listo el desayuno, precioso - dejo el plato de huevos revueltos ante el, mientras que el solo mira un punto fijo en la mesa.

Me siento al costado de Jimin haciendo que el tiemble algo que me hace sentir mal. Solo niego con la cabeza para empezar a comer lo que he preparado.

Toma el tenedor entre sus manos y comienza a comer. Ninguno de las dos dice nada.

-¿Hoy que quisieras de postre amor? -pregunto.

El voltea a verme dejando ver el moretón que hice ayer, vuelve a agachar la cabeza y solo niega.

-L-lo que tú quieras -contesta.

Sigue comiendo evitando el contacto visual. El recuerdo cuando ambos hicimos el amor viene a mi mente.

Lo penetro profundamente mientras que veo como de su ano aparece sangre. Sus ojos recién abiertos me miran con terror. El lugar putrefacto en donde estamos no me gusta para su primera vez sin embargo no podía aguantar. Quería tenerlo ya entre mis brazos.

-Señor pare, me estas lastimando-intenta alejarme, pero doy una estocada más fuerte.

-Eres mío pequeño-el solo llora y sigue pidiendo que pare.

Pero no lo hago, soy el hombre que recordara toda su vida y el único hasta la muerte.

Salgo de mis pensamientos al escuchar como me habla.

-Y-ya acabé ¿Puedo levantarme? -pregunta.

Ojalá esas palabras hubieran sido diferentes, ojalá me hubiera agradecido lo que hice y no terror intentado estar lo más alejada de mí.

-Si pequeño -contesto.

El se levanta y camino hacia el sofá en donde lo acosté, voltea a verme, pero cuando nuestras miradas se cruzan agacha la cabeza. Se vuelve a acostar tapándose hasta la frente.

Suelto un bufido, me levanto y empiezo a lavar los trastes. Luego de unos minutos me siento en el sofá sin hacer ruido. Jimin se destapa pensando que me he ido, pero cuando me ve intenta cubrirse.

-Quiero que me ames Jimin, por favor-suplico.

Quiero que me abrace, que el empiece un beso, que cada vez que hagamos el amor quiera más de mí. No verlo llorar, ver como se hace un ovillo cada vez que la obligo a algo.

Me levanto del sofá para sentarme junto a el, acaricio su mejilla. Sin embargo, una lagrima resbalando por el hace que lo suelte.

-No- murmura.

-Tendrás que hacerlo, nunca jamas te iras de aquí. Estaremos unidos hasta la muerte.

-Eso será pronto -arrugo el entrecejo-, un día de estos tomaras mucho y me golpearas hasta que ya no tenga vida.

En todo este tiempo es la primera vez que dice una frase larga sin tartamudear. Pese a esto, tiene razón, un día tomare y posiblemente lo matare.

Me levanto y salgo de la casa sin importar nada, claro asegurando de que la puerta este bien asegurada.

Subo a mi auto y me dirijo a la tienda que podrá salvarme, la única tienda podrá hacerlo. Jimin ama mucho los animales y espero que uno la haga feliz al menos sabre que yo tuve algo que ver con esa felicidad.

:c jsjs

MI LIBERTAD ┆km ඞɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora