Pista-6: El Beso del Océano

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Luka Hatzis ceba un mate amargo, mientras a la distancia ve venir a tres personas. Sentado en el banco de la fachada de su tienda de discos, El Beso del Océano, escucha la anécdota de su amigo. El oficial Renaud Flores, quien ha sido de gran ayuda para el barrio, le cuenta cómo hizo funcionar el helícarro varado de una señora con un trozo de alambre. Pero Luka parece ido, al tomar el mate su mente termina de separarse de la historia contada y se centra en las tres personas a la distancia; una mujer vestida de color lavandas con sombrero, otra vestida con un blazer y el tercero... Ese tipo. Lo podía sentir nítidamente, estos tres traían otros vientos, como se solía decir en Astrea cuando él era chico. Inclusive el tercero, el delincuente, el fascista, el que hacía cinco días lo había confrontado dentro de su tienda, tenía un aire distinto. Ese tipo. Vuelve a cebar un mate y se lo pasa Renaud mientras le dice -Parece Renaud que tenemos compañía -Señala con un pequeño gesto de la cabeza a los tres que se acercan.

Cuando llegan, Despojo los observa a los dos hombres sentados en el banco; uno de ellos tiene alrededor de cincuenta años, no posee pelo ni barba, pero sí posee un prolijo uniforme azul profundo de la policía de Argentum. Si bien los rasgos del nombre no parecen decir mucho, pero sus botas recién lustradas, su saco planchado, su corbata prolijamente anudada le comunican que este hombre se toma su trabajo honorablemente. El otro es un hombre que pareciese ser aún mayor que el oficial, como si estuviese en un umbral entre la adultez y la vejez. Su pelo grisáceo peinado hacia atrás, las arrugas de su frente y alrededor de sus ojos le indican al Despojo que este hombre ha vivido muchas primaveras. Pero algo ocurre en su mente; Algo, ajeno a lo biológico, le dice que este hombre es importante. El Despojo no puede definirlo bien, es una sensación similar a la que destila la edad del hombre, un umbral. ¿Pero un umbral entre qué? Despojo le cuesta definirlos bien, pero si se tuviese que arriesgar sería una sensación de un umbral entre lo político y lo parafisico.

Brigitte es la primera en hablar -Buen día ¿Oficial Flores, verdad?

Flores mira al grupo y se acomoda la postura en el banco -Si, Renaud Flores de la Comisaría segunda de La Ensenada Brillante ¿en que los puedo ayudar?

-Somos las agentes del OVAP, Brigitte Machado y Yekaterina Viera. -Apunta hacia atrás, hacia Despojo -Este es un testigo clave que está ayudando en nuestra investigación. Llenamos un formulario de asistencia y nos derivaron con usted.

-Ya veo, les agradezco mucho que hayan venido, ya venimos varios meses esperando que alguien se hiciera cargo de este problema.

Las agentes se sorprenden un poco por la respuesta, Yekaterina indaga un poco. -Sus palabras son las de alguien que está al tanto del Ensueño.

-Lo estamos. -En el tono de Flores se puede percibir una sensación de derrota. -Varios vecinos del barrio, la Comisaría segunda y yo estamos al tanto del problema de la droga, desde hace casi un año.

Brigitte ayuda a su compañera e indaga aún más -¿A qué se refiere? Recibimos la denuncia hace una semana nomas.

-La Comisaría segunda ha hecho oídos sordos a las denuncias de los vecinos, y no le han dado importancia a los reportes y solicitudes que he escrito sobre la venta de esta droga. -Mira por un instante a Luka -Si ustedes están aquí es gracias al accionar del señor Hatzis.

Luka, modestamente, le responde. -Yo hice poco Renaud. La que hizo la denuncia directo a la OVAP fue mi hija, yo solo se lo pedí.

Brigitte recapitula. -Bien, entonces, hace un largo tiempo que se sabe sobre de la actividad ilícita. Las denuncias hacia la policía son ignoradas, voy a intuir que les dieron la respuesta clásica de "no estamos equipados para eso". Así que al no ver progreso hacen la denuncia directamente a nosotros a través de un tercero.

Tanto el oficial Flores como Luka asienten con la cabeza. Yekaterina se pone firme. -Bien, organicémonos; Oficial Flores, necesitamos que nos acompañe a la costanera para asegurar pruebas. Señor Hatzis, necesitamos que nos de toda la información posible que tenga respecto al caso.

Luka observa a Despojo- Ayudare en lo que pueda, pero de seguro su testigo ya le ha dicho todo lo que yo le puedo llegar a decir. Salvo por supuesto que haya mentido o esté ocultando algo.

Despojo le responde -En realidad yo no sé nada, nací hoy, no recuerdo nada anterior al sueño del mar y el cometa.

Yekaterina interviene -Nuestro testigo padece de una amnesia, y de una aparente disforia de identidad. Se llama a sí mismo Despojo, y agradeceríamos que se refieran a él por ese nombre.

Brigitte aclara. -Aunque sí conocen su nombre entero nos lo pueden decir, sería de mucha ayuda para el caso.

Luka se arriesga, pierde todo su pensamiento lógico y abraza su intuición sobrenatural -Davyd Sears, es el nombre del ex-militante fascista que vendía droga. El que hace cinco días estuvo aquí en mi tienda. -Toma una pequeña pausa para observar de nuevo al Despojo -Pero este hombre... Este hombre no es Davyd Sears.

Un pequeño silencio se forma entre los cinco individuos, como si las palabras de Luka hubiesen manifestado una verdad ignorada. El Despojo reconoce el nombre completo del anterior sujeto, pero esta vez su cuerpo no pierde el control. Será que las palabras de Luka, las cuales lo desligan del anterior sujeto. Conmovido por el simple acto, Despojo le dice -Gracias... Muchas gracias.

Brigitte se cruza de brazos y dice -Bueno, eso podría darle un poco más de sentido al porqué insiste en llamarse Despojo ¿Pero cómo está tan seguro que es otro hombre?

-El cuerpo es el mismo -Responde Luka -Pero la postura, el tono y los aires son los de otra persona... Perdón agentes, tal vez no debería hablar en términos tan poco específicos.

Brigitte le responde-No pasa nada, estamos acostumbradas. Muchas veces es difícil describir cosas relacionadas a lo parafisico. Aunque algo me da curiosidad ¿Dijo que este Davyd Sears visitó su tienda?

Antes que Luka pudiese responder, Yekaterina llama la atención de Brigitte y se alejan un poco del grupo. Las dos mujeres hablan, pero no desean ser escuchadas por ninguno de los tres hombres. Después de unos diez minutos, las dos se reintegran -Bien, haremos esto. -Dice Yekaterina -El oficial Flores y yo aseguraremos el almacén, mientras el señor Hatzis le informa todo lo que sabe a Brigitte.

-¿Y yo? -Pregunta el Despojo.

-Vos vas a ayudar a Brigitte, y si recordas algo durante la charla con el señor Hatzis, tienes que avisarlo -Yekaterina le extiende el brazo, dándole el lector de discos portátil -Te dejo a cargo de esto, estoy segura de que le vas dar un buen uso y lo vas a cuidar ¿Verdad?

El Despojo toma el pequeño rectángulo de acrílico, el cual posee en uno de sus lados una placa de metal con circuitos y del otro lado se puede ver una pequeña lectora láser y un eje para girar los discos. Motivado por su nuevo propósito, el Despojo responde entusiasmadamente. -¡Si, yo me encargo!

Después de un saludo, Yekaterina y el oficial Flores caminan calle abajo con determinación, para los dos se está haciendo un progreso en el caso. Pero ella sabe que esta es la parte fácil, lo difícil ya vendrá. Por otro lado, Luka invita a Brigitte y a Despojo a entrar en su tienda, para hablar por privado lo ocurrido.

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