Hermanos

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—Jisung, Jisung, ¿no te has enterado?—Susurró una voz inquietante, demasiado para ser humana

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—Jisung, Jisung, ¿no te has enterado?—Susurró una voz inquietante, demasiado para ser humana.—¿de verdad que no?— Jisung, aún dormido en su cama, entreabrió los ojos un poco y la voz se hizo más presente.— Sobre los rumores de la quiebra de los hermanos Kwon.

Al terminar de escuchar esto y, procesar que, una voz mágica procedente de ninguna parte le estaba hablando, se levantó de un salto y asustado miró a su alrededor.

—¿Qué mierda?

—Ya te he dicho que cuides tu lenguaje.— Jisung sintió un golpe en su nuca y no tardó en reconocer quién era.

—¿Qué has dicho de los hermanos Kwon?— Cuestionó fastidiado después de haber perdido el sueño antes de tiempo.

—¿Y esos quiénes son?— Dudó el diablo, confundido.

—¿Qué?— Jisung volvió a darle un vistazo a su habitación antes de posar de nuevo sus ojos en Minho.— Bueno, supongo que tuve un sueño extraño.

—¿Soñaste?— El diablo se sorprendió ante esta confesión.— ¿Con qué?

—No lo sé.— Lo evadió.

—¡Oye~!— Minho le llamó, pero Jisung pasó de él, dirigiéndose a la cocina, mientras el diablo le perseguía.—¡Si vamos a trabajar juntos, tenemos que ser amigos!

Jisung paró en seco y una risa amarga se escapó de su boca.

—¿Es en serio?— Volteó.— Eres un puto bipolar, ¿verdad?

—¿A qué te refieres?

—¡¿Cómo que a qué me refiero?! Joder...— Jisung cerró la puerta de la cocina detrás de él y cuando Minho trató de abrirla, gritó.— ¡Déjame solo, mierda!

Entonces Minho paró abruptamente su intento de paso a la cocina, y como Jisung pidió, le dejó solo.

Aunque no completamente.

—Está bien.— Y se fue.

Jisung era amante de las flores

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Jisung era amante de las flores.

Le gustaban, eso era todo.

Tenía macetas repletas de estas en cada ventana.

El Juego del Silencio || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora