Desterrado, Segunda Parte

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En la Isla de los Marginados, Dagur se encontraba tarareando una canción completamente feliz a la vez que él y Salvaje caminaban hacia Estoico, quien se encontraba atado incapaz de moverse.

-Hmm, ¿confío en que encuentres tus acomodaciones adecuadas? Vaya, esas cuerdas se ven demasiado apretadas.- No te pongas demasiado cómodo, Estoico. Míralo de ésta forma. Para mañana al atardecer, estarás de regreso en Berk o en el fondo del océano. Realmente depende mucho de Hicca.- dijo ganándose una mirada asesina del jefe de Berk.- Oof, wow, no puedes sentirte realmente bien sobre eso. Salvaje, manda éste ultimátum a Berk.- le dió un pedazo de papel y una flecha al ahora Berserker.

...

Berk por su parte era un caos total, porque no tenían un jefe que los controle o que resuelva sus problemas.

-¡Queremos respuestas!- la voz de Brutilda se escuchó entre la multitud.- ¡Díganos la verdad!

-¡Sí!- gritó igualmente Brutacio.

-¡Vamos, suficiente de esto!

-¿Qué está pasando?- Hicca preguntó tomando el hombro de Brutacio.

-No tengo idea, pero todos están gritando. ¡Y eso me encanta!- le respondió.

-¡Estamos enojados!

-¡Todos sacudan esos puños! ¡Ahora miren al cielo!- Brutacio gritó causando que la multitud haga lo que diga.

-En serio no estás ayudando.- Hicca dijo viendo como Bocón empujó a algunas personas para poder llegar hasta ella.

-Todos cálmense. Hicca va a contestar sus preguntas.- Bocón anunció llevando a su ahijada hasta el frente.

-¿Por qué ella?- preguntó Patán.

-Ella es la jefa suplente. Es por eso. Son todos tuyos.- Bocón le comentó y se hizo a un lado dejándola frente a la multitud enojada.

-Cierto.- dijo Hicca con una sonrisa claramente nerviosa.

-¿Qué es lo que vamos a hacer?- preguntó un vikingo.

-¿Dónde está Estoico?- le siguió otro.

-¿Cuándo podemos gritar otra vez?- cuestionó Brutacio.

-Buenas preguntas. La mayoría. Um, como todos ustedes saben, Berk no es extraño ante las situaciones difíciles. Pero la mejor cosa es-

-¡Tomar las armas!- gritó un vikingo.

-¡Preparen las catapultas!- exclamó otro.

-¿Por qué no te quedas a un lado y ves a un verdadero jefe en acción?- Patán empujó a Hicca fuera de su camino.- ¿Colmillo?- chasqueó los dedos haciendo que la Pesadilla Monstruosa aterrice detrás de él y se prendió en llamas callando a la multitud.- Eso es mejor. Ahora, esto es lo que va a pasar.- dijo sin ser consciente de que su trasero estaba en llamas.

-Estás que ardes, Patán.- le avisó Brutacio.

-Gracias, ciudadano.- Patán respondió pensando que era un cumplido, pero no fue hasta que olfateó el aire que se dió cuenta de que era él que estaba en llamas.- ¡Ah!- gritó y corrió antes de ser tomado en por Bocón y lo metió en una cubeta de agua apagando el incendio.- Ah.- gimió aliviado.

Aunque los murmullos y quejas de los vikingos volvieron a resonar dentro del Salón.

-De acuerdo, bien. ¿En qué estaba?- se preguntó Hicca.

-Estabas a punto de decirles que no hay nada de qué preocuparse, y que tienes todo bajo control.- la apoyó Astrid.

-De acuerdo, gente, no tienen nada de qué preocuparse, y todo está bajo control.- Hicca dijo, ya que no estaba realmente acostumbrada a hablar con la gente. Y eso fue respaldado cuando volvieron a escuchar las quejas y gritos.

Defenders of BerkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora