Inesperado | Pietro Maximoff

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—Concéntrate en mi voz —instruyo Wanda con calma—. Concéntrate en mi voz y trata de alcanzar la energía.

Lexie cerró sus ojos, enfocándose en la voz de Wanda—no ayudaba que ella se estuviera frustrando cada vez más.

—¡No puedo hacerlo! —Resoplo, abriendo los ojos y mirando a la Maximoff femenina.

—Si puedes —dijo una voz más grave. Pietro—. Puedes hacerlo. ¿En que estabas pensando cuando levantaste el escudo la última vez? —Le pregunto con voz firme y se movió para pararse a su lado.

Lexie pensó en la última vez que uso sus poderes. Había sido unos cuantos días atrás cuando se había despertado de una pesadilla y había salido de su mente sin su permiso.

—Miedo —susurro—. Estaba asustada.

—Bien —Pietro poso una mano confortante en su espalda baja—. Las emociones hacen funcionar tú... ¿magia? No, habilidades.

Lexie asintió, Wanda observaba en silencio a los dos interactuando.

—Entonces usa tus emociones. Piensa sobre cuando estabas enojada o asustada y, uh, ¿empuja? No, alcanza la energía —instruyo él con suavidad, su mano nunca dejo su espalda.

—Bien —Lexie accedió, tomando un gran respiro y pausando—. Pero pierdo el control cuando estoy enojada o asustada —se dio cuenta.

—Entonces piensa en algo feliz —Pietro la alentó, sin querer perderse ni un segundo.

Lexie tomo otro respiro, cerrando los ojos mientras se movía a través de sus memorias, buscando algo que la hiciera feliz.

Sus pensamientos sin embargo, siguieron extraviados en la tibia mano que Pietro aún tenía en su espalda baja y eventualmente viajo a Pietro y sus tiernos ojos azules que siempre parecían estar sonriendo cuando la miraba. Sin saberlo, sintió una ráfaga de energía salir a través de ella.

—¡Lo hice! —Sonrió.

—Lo hiciste —Wanda sonrió con una expresión de saber en sus ojos brillantes cuando observo a Lexie con una ceja alzada.

La boca de Lexie cayó abierta al recordar que Wanda podía manipular mentes. Lexie estaba cien por ciento segura de que ella había visto sus pensamientos acerca de su hermano.

—No te preocupes, tu secreto está a salvo —Wanda le susurro, asegurándose de que Pietro no escuchara mientras atraía a Lexie en un abrazo congratulatorio. 

—¿De nuevo? —Pietro sonrió, con un brillo de orgullo en sus ojos.

—De nuevo —Lexie accedió y esta vez fue más fácil alcanzar el poder en su interior mientras pensaba en Pietro y su cabello plateado, su súper velocidad y su presencia confortante que siempre parecía estar ahí cuando ella lo necesitaba.

Ella simplemente pensó en Pietro Maximoff y empezó a lanzar un campo de fuerza tras otro, todos tenían sonrisas gigantes en sus rostros.

—Ja, ja, ja —repitió Lexie con un pequeño movimiento que hizo, mientras Pietro se reía de ella—. No es gracioso —ella lo contemplo, a pesar de la pequeña sonrisa en su cara.

—Es un poco gracioso —Pietro sonrió.

—¿Estas mejorando? —Pregunto Wanda, ignorando a su hermano mientras miraba a Lexie escudriñándola.