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—Rata inmunda, animal rastrero...

Seokjin caminaba tranquilo por el pasillo mientras tarareaba un temazo que le había escuchado a su hermana y tal vez no se sabía del todo bien la canción, pero la traducción era buenísima hasta que todo lo que sintió fue un tironeo y luego vio oscuridad.

—Dios, ¿qué hice mal en esta vida?

—Silencio, Seokjinnie.

—¿Qué mierda? ¡¿Quién eres y qué quieres?! Se golpear muy bien, primera advertencia.

—¡Ay, no! Cero golpes por favor.

—Identifícate, secuestrador.

—¿No me reconoces?

—Idiota. ¿Crees que veo en la oscuridad?

—Ah, sí, cierto.

En eso la linterna del celular se enciende y todo lo que Jin ve es la cara de Kim Taehyung sonriendo.

—¿Qué quieres y por qué me trajiste aquí?

—Necesito información.

—No.

—Pero-

—No.

—Por favor.

—Nunca, jamás, ese trabajo es de Judas y yo no soy Judas.

Seokjin retrocedió ante la cercanía de Kim e inesperadamente la linterna se apagó. Jin chilló asustado por dos razones. Uno, porque es miedoso y dos, una mano que no es suya estaba tocando su trasero.

—¡Hijo de tu santa madre! ¡No me toques!

—¡Auch!

Un golpe sordo se escuchó y Taehyung rápidamente encendió la linterna provocando que Seokjin escapara del salón sin mirar atrás.

—Jimin, ¿estás bien?

—No lo creo. Creo que Seokjin me dejó sin hijos.

—Pero, ¿qué pasó? Todo iba bien hasta que sentí el golpe.

—Probablemente toque una zona prohibida.

—¿Cómo así?

—Mi mano sin querer tocó su trasero.

—¿Le tocaste el culo a Kim Seokjin? ¡Pero Jimin eso no era parte del plan!

—¡No es mi culpa que tu estúpida linterna se apagara! Y él retrocedió hasta quedar frente a mí y mi mano.

—Tiene buena puntería.

—Definitivamente la tiene. Dios, incluso a oscuras sabe dar buenos golpes.

—¿Será ese el amor de tu vida?

—Líbrame de todo mal, señor Jesús.

Kim se rió y luego bufó.

—No me dijo nada.

—Necesitas otro plan y que ese plan incluya luz. No quiero otro de estos golpes bajos. Mierda, Taehyung ¿por qué me arrastras a tus estupideces?

—No es una estupidez, Park. Tú enfócate en ayudar a tu mejor amigo a conquistar al amor de su vida.

—Idiota, mejor ayúdame a levantarme.

—Idiota, mejor ayúdame a levantarme

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—¡Kim Seokjin!

—¡Yoonie, me secuestraron!

—¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¡Seok te dije que te alejaras del camino del mal!

—Kim y su secuaz tocador de traseros.

—¿Qué? ¿¡TE TOCARON EL CULO!?

—¡Sí! —lloriqueó Jin abrazando a su mejor amigo—. No sé quién fue, pero le di un golpe que no olvidará en toda su vida. 

—Amigo mío creo que ya se quién te toco el culo.

—¿Quién?

—Voltea.

—No puede ser. ¡El amor de mi vida me tocó el culo y yo lo golpeé!

Yoongi se rio a carcajadas ante lo indignado que se veía su mejor amigo, pero su risa llamó la atención de los dos individuos a la distancia y se silenció.

—Ay, no.

—Corre, no puedo pasar por esta humillación.

—¡Sí, sí!

—¡Hey!  —Jimin vio incrédulo como ambos chicos salieron corriendo.

—¡Los espantaste!

—No fui yo, estúpido. Seguro fuiste tú. Min debe tener un trauma de solo ver tu rostro.

—¡Oye!

—¡Oye!

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Yoongi, la soledad y Taehyung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora