Honor

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-Previously on Bandolera... inserta voz de Meredith Grey. - Susurró Amelia en el oído de Luisita.

-Serás tonta. - Se echó a reír la rubia dándole un empujón lejos de ella. - Solo fui a por un vaso de agua. - Le extendió uno a la morena de rizos. - No ha sido tanto tiempo, chica. -

Amelia se bufó. - Pues a saber a qué manantial de tierras vírgenes fuiste mujer, porque hemos estado aquí como un mes si no es más. -

-Exagerá. - Rodó los ojos. - ¿Hemos? - La miró esta vez confundida.

-Hombre, pues los lectores y yo. -

-Uy los lectores dice, como si fueran muchos. - Se burló. - Esto a lo sumo lo estarán leyendo tres personas. -

-Pues como si lo lee solo la abuela de la esquina, un poco de respeto por favor. - La apuntó con el dedo. - Que ya te vale, si no tardaras tanto en ir por un vaso de agua quizás lo leerían más personas. -

-Todavía no entiendo para qué hacemos esto, la verdad. -

-Porque es divertido. -

-Pues lo será para ti. - Se quejó después de darle un trago a su vaso de agua. - Yo prefiero estar haciendo otras cosas. -

-A mí, por ejemplo. - Movió las cejas de arriba abajo.

-Ya quisieras. - Sonrió de lado apartando la mirada.

-Ya quisieras tú, guapa. - Se acercó a ella peligrosamente.

-Volvamos a esto mejor. - Con un dedo en la frente la alejó de ella. - Recuérdame que ha pasado. -

Amelia la repasó por última vez antes de volver a hablar. - Bueno pues tu volviste de tu retiro lesbianistico. - Luisita escupió su agua con sus palabras haciéndola reír. - Con novia abordo. - Añadió.

- Eres idiota. - Respondió limpiándose la barbilla. - Le diste con el balón en la cara a Sofía. - Siguió recordando ella. - Sigo pensando que fue adrede, pero bueno lo que tu digas. -

-Luego vino la hoguera en la que te cachondeaste recordando lo bien que follamos la primera vez. - Dijo sin más la morena. - Delante de la ensalada de doña perfecta. -

-No la llames así, es una chica estupenda. - Luisita defendió haciendo que Amelia rodara los ojos esta vez. - ¿Y cómo sabes que me puse cachonda? - Alzó la ceja sonriendo.

-Ja! De la misma forma que sé que si te acaricio los gemelos se te eriza todo y mojas braga. -

-Mmmm ¿ah sí? Entonces debe ser algo parecido a si te paso la yema de los dedos por los antebrazos te sonrojas y te palpita el coño, tanto así que tienes que apretar las piernas. - Luisita hablaba y hacía al mismo tiempo y efecto en cuanto el toque suave y delicado llegó a la piel de su antebrazo la cara le ardía coloreando sus mejillas de un rosado tierno mientras sus muslos se cerraban y apretaban con fuerza.

Los ojos de Amelia se oscurecieron cambiando la mirada a los labios de la rubia hasta desviarla de ella segundo después. - ¿Qué fue lo que pasó después? - Trató de retomar la conversación anterior.

-Me pidieron matrimonio. - Luisita también desvió la mirada.

-Y dijiste que sí. -







Efectivamente eso había pasado y entonces Amelia se encontraba petrificada viendo como su amiga sonreía de aquella forma tan genuina y puramente ella mientras otra chica le daba vueltas sin parar en celebración del nuevo compromiso.

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