SIEMPRE REGRESAR CON VIDA

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... teniendo sus primeros encuentros con la mafia.

El castaño, curioso y sorprendido, de vez en cuando hacía preguntas, que Asami le respondía con algo de vergüenza y temor, pero sin darse cuenta se había relajado al seguir hablando de su vida, con Misaki acurrucado en su pecho, siguió hablando, recordando lo vivido, como si le estuviese leyendo un libro y continuó... su vuelta a Japón a los 17 años, para comenzar la universidad, no cambió sus hábitos, al contrario, tuvo acceso a cosas más emocionantes, ya que su padre, sintiéndose culpable por el abandono y como única manera de compensación, le otorgó poder sobre la fortuna familiar, heredándole en vida todo lo que poseía, pero al ser menor, aún dependía de su progenitor y eso les dio la oportunidad de acercarse, aunque sólo hablasen de negocios, por algo había que empezar, pero lastimosamente su padre falleció a los pocos años y decidió honrarlo, haciéndose cargo de todo, pero sus actividades ilegales no las dejó de lado, no podía explicarlo, pero cada día ansiaba más, más dinero, más poder y no se detuvo hasta conseguirlo, no omitió los riesgos a los que se enfrentó, los rivales que quitó de su camino y los amigos que hizo, como Kirishima, su mano derecha a quien le confía su vida, sus leales hombres, que son más que guardaespaldas, tampoco excluyó su historia con Takaba y todos los peligros que enfrentó hasta llegar a lo más alto, donde consiguió grandes aliados, como lo son el jefe de la Bratva rusa, Mikhail Arbatov y Liu Feilong, jefe de la Triada de China, con quien tuvo también una historia, todo lo anterior le hizo poseedor de una inmensa fortuna, sin contar con su herencia familiar, que a lo largo de los años también hizo crecer, manteniéndola lejos de sus negocios ilegales, su legado generacional es rentable, legal y en auge, actualmente era el hombre más poderoso y rico de Japón, aunque a ojos del público sólo es un empresario influyente y millonario, para concluir, hizo mención de algunos negocios familiares y terminó con lo de esta noche, confesó lo vulnerable que se sintió al reconocerle, su intento de huida y el miedo que le recorrió el cuerpo, de saberlo lejos, la limpia ruptura con Takaba y el resto ya lo sabía.

— ¿Qué opinas de todo? -el ojimiel le preguntó a un silencioso castaño-.

Misaki mantenía una expresión que no se podía identificar como sorpresa o confusión, repasaba la historia del ojimiel y sus ojos bailaban en sus cuencas, era consciente de todo lo que implicaba estar en una relación con Asami, estúpido no es, pero no tiene miedo, ni tampoco siente que sea algo incorrecto, se enamoró y punto, él quiere compartir su vida con el hombre, no con jefe de la yakuza, ni el millonario empresario... a propósito de eso.

— ¿Me estás diciendo que este hotel es tuyo, -Misaki levantó la cabeza y miró directamente a los ojos de Asami-  junto con el exclusivo restaurante?

— Sí, ¿por qué te sorprendes ahora?

— No me sorprendo, me indigno, -hizo una morisqueta-  la única vez que comí aquí, salí con hambre, como se le puede decir cena a unos platillos con tan poco contenido, pueden ser cocinados por un chef de renombre, deliciosos, no lo negaré, pero las raciones son diminutas,  -le hacía gestos con la manos, indicando lo pequeño de la ración-  Shinnosuke y yo, salimos directo a un puesto de fideos.

— ¡Jajaja! -Asami estaba divertido- ¿Qué quieres, la devolución del dinero?

— No, pero que consideren aumentar las raciones, sí.

— A partir de ahora, puedes pedir lo que desees y doble o triple, tú sólo pídelo.

— Gracias, -Misaki volvió a acomodarse sobre el pecho de Asami-  lo consideraré, ahora quiero descansar, esta noche ha sido larga y debo asistir a una reunión esta tarde, pero antes debo reunirme con Aikawa, por lo que me quedan... -rebuscó su móvil y vio la hora-  menos de 10 para dormir.

TARDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora