31.

194 20 0
                                    

Las noches siguientes luego del accidente de Thea habían sido muy movidos, en cuanto Thea había salido del hospital, la habían arrestado por haber estado bajo la influencia de un narcótico que llevaba meses circulando en Glades, Oliver había estado interrogando a cada uno de los Dealers de la ciudad para encontrar a quien producía el vértigo, la noche previa a la audiencia Danielle había querido ayudar al rubio con algunos dealers más, le dijo que le serviría como entrenamiento básico, Oliver nada conforme acepto pues se le acababa el tiempo para detener al culpable.

así que estaba persiguiendo al último de los nombres que Oliver le había dado. un joven de no más de 25 años, pálido, delgado, rubio. sí Danielle lo hubiera visto en la calle hubiera hecho mención de la similitud con el personaje de Jesse Pinkman.

ambos corrían y Danielle le había lanzado una de sus dagas rozando su pierna

- maldita- soltó con quejido sin dejar de correr, al girar por un callejón al lado izquierdo tropezó por el dolor que sentía en la pierna, segundos después la chica de falsos cabellos rojos lo alcanzo y el intentó levantarse para volver a correr pero fue detenido por un rodillazo de la chica justo en la nariz, que comenzó a sangrar, él se intentó parar el sangrado con una mano, la chica del antifaz apoyo la pierna en el pecho del rubio impidiendo que se levantara -en que puedo ayudarte- le pregunto entre quejidos no teniendo otra forma de escapar, la vigilante lo tenía, no sabía hasta donde era capaz de llegar con tal de obtener lo que quiere, sabía que el encapuchado llegaba a romper cuellos y ese simple hacho lo hizo temer

- quien está vendiendo vértigo- preguntó tranquila viendo como el rubio temblaba y se quejaba de la nariz al igual que de la pierna herida -hoy no estoy de muy buen humor- murmuró viendo que él no hablaba y era cierto, el trabajo ese día había sido agotador, pero no dejaría que Oliver persiguiera solo a los Dealers

- que harás, matarme- comentó irónico con claro nerviosismo la chica del antifaz saco uno de sus cuchillos y lo acerco hacia el hombre, Danielle no mataría a propósito, solo lo asustaría para que dijera lo que quería saber -no, no, yo no sé nada- sollozo cerrando los ojos temiendo por su vida

- habla- pidió de nuevo levantando la voz

- lo juro, yo vendo por alguien que lo consigue- comenzó a condesar rápidamente -yo no sé nada- volvió a asegurar

- quien es tu vendedor- le preguntó sabiendo algo nuevo al menos, no como los otros que en verdad no sabían nada

- no se su nombre, solo se me acerco y me ofreció dinero fácil, por favor, no me mates- suplico el chico cerrando los ojos nuevamente luego de haber visto como cada vez acercaba el afilado objeto a su garganta, luego de unos segundos el joven volvió a abrir los ojos sin sentir la presión en su pecho y ya no había nadie más, el callejón estaba desierto, el joven soltó un suspiro, era algo que no esperaba que le sucediera.

Danielle había llegado hace unos minutos a la fábrica, pero quería esperar a Oliver, sabía que había sido difícil para él estos últimos días, como esperarían que reaccionara cuando se enteró que su hermana casi muere por conducir bajo sustancias adictivas. cuando el rubio llega camina hacia la entrada de la guarida y deja pasar primero a Danielle y luego el, para ninguno de los dos era una sorpresa que Diggle estuviera ahí, esperándolos

- hallaron lo que buscaban- les pregunto a ambos

- no, los malditos no sabían nada- responde Danielle sentándose en los últimos niveles de la escalera, recostando la cabeza en el barandal con notable cansancio, comenzaba a amanecer y no podría dormir, pues tenía que ir trabajar

- detuve a tres dealers de vértigo hoy y el ultimo me dio un nombre- les cuenta Oliver dejando su arco en una de las mesas metálicas del lugar -el conde-

𝕳𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘 𝕰𝖘𝖈𝖆𝖗𝖑𝖆𝖙𝖆 || ᴀʀʀᴏᴡᴠᴇʀsᴇ || ᴀʟᴄɪɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora