NARRADOR.
-¿A qué has venido Historia? Sé sincera por favor, me duele demasiado la cabeza como para que me vengas con indirectas.- Armin habló con franqueza, apenas podía mantener los ojos abiertos sin que la tenue luz de su cama lo vislumbrara, le daba vueltas la habitación y sentía un cosquilleo en el brazo que perdió.
-Quería saber como estabas. Annie lleva más de dos meses sin apenas salir de esta habitación y no creí conveniente que me pasara a verte mientras estuvieras dormido.- pudo ver como le sonreía con ternura, al menos no era con pena- ¿Puedo sentarme?
-¿La Reina pidiendo permiso? Es posible que mi humilde trono no sea de su agrado.- dijo entre risas dolorosas.
-No seas sarcástico. Si te ríes se te saltarán los puntos.- la joven monarca se sentó en la cama de su antiguo amigo, a la altura suficiente como para poder taparle un poco con la manta; Armin dejó que lo arropara- ¿Te acuerdas de las noches de tormenta en el Cuartel de Adiestramiento?
-¿Cómo olvidarlo? Nos escondíamos en tu habitación mientras veíamos películas cutres de comedia para no pensar en los truenos y la lluvia.- ambos rubios solían temer al mal temporal y aquella era su pequeña tradición de amistad para pasarlo juntos.
-Ymir se chivaba a Shadis cada vez que nos juntábamos a escondidas después del toque de campana porque se creía que teníamos algo. Aún recuerdo la cara de tonta que puso cuando te vio besarte con Annie.
Las anécdotas provocaron sus risas haciendo que Armin se quejara un poco por el dolor. Historia se sintió culpable por el estado del chico, pero reflejarlo con miradas convalecientes sería un insulto para el soldado que había arriesgado su vida, y había ganado la partida a la mismísima muerte. Pudo observar su brazo derecho, y la diferencia era notable a la altura del codo. Las vendas escondían el feo muñón de carne con el que, los cirujanos tuvieron que cerrar la herida. Le agarró la mano izquierda y la acarició con el pulgar.
-Lo siento mucho... Armin, sé que no te servirá de nada, pero créeme cuando te pido que me perdones. Daría lo que fuera volver atrás, sabes que jamás he querido que salieras herido.
-¿Sabes algo?- preguntó con tono triste, esperó la respuesta de la chica, que asintió expectante a la pregunta- Hacía casi 8 años que no te veía reírte. Desde que te colocaron esa puta corona en la cabeza dejaste de ser nuestra amiga. Y me da igual si eras Christa o Historia, dejaste de ser la chica con la que me confundían con mi gemela. Es triste pensar que ha hecho falta quedarme moribundo y perder el brazo para volver a verte reír.
-Das donde duele... Pero no te puedo decir que no tengas razón.
-¿Puedo preguntarte por qué?
-¿Por qué, que?- Historia estaba desubicada, pero en el fondo sabía perfectamente a qué se refería.
-Ya te he dicho que fueras al grano. Si vas a ir con segundas, hazme un favor y dale a ese botón de ahí, necesito más morfina.- su humor negro y sarcástico hizo que la monarca tragase saliva con nerviosismo y lástima.
-Armin no creo que sea bueno que te administres tú la dosis.
-Histo, estoy medio muerto, apenas puedo mantener los ojos abiertos porque me molesta la luz y el cosquilleo del miembro fantasma se está convirtiendo en quemazón.- su voz sonaba molesta e impaciente, aunque a su vez denotaba autoridad.
-Está bien...- pulsó dos veces el botón amarillo que Armin le indicó, permitiendo que la bomba automática suministrara cerca del doble de la dosis que ya tenía en el organismo.- ¿Te apago la luz?- él asintió con ánimo de súplica.
-Ven recuéstate y hablamos.
Historia entendió a lo que su moribundo amigo se refería; tiempo atrás, solían observar las constelaciones vívidas del monte, en el prado, hablando de chismes triviales o de temas de la mayor importancia. Armin se echó a un lado de la amplia cama de hospital y dejó que Historia se tumbara a su lado encima de las sábanas. Miraban el techo, oscuro, salvo por el reflejo azulado de la luz del pasillo que se colaba por los ventanales superiores de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Una incógnita sin resolver (aruannie, Armin X Annie)
FanfictionArmin Arlet, antiguo Comandante de la Legión de Reconocimiento, pasa a ser profesor de la universidad más prestigiosa de Paradise por petición de su mentora. Annie Leonhart, ex-espía de Marley vuelve a la isla, no como infiltrada, si no como estudia...