12: ¡Akatsuki!

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Sasuke ya tenía dos días que no me dirigía la palabra. Solo me miraba feo y después volvía a seguir caminando. Estúpido emo bipolar.

Llevábamos dos días caminando con rumbo a Konoha; eso quiere decir que sólo nos queda un día de viaje y un día más aguantando la tensión que hay entre Sasuke y yo.

No recuerdo haber hecho algo que le molestara.

Me armé de valor y me posicione a su lado con la intención de hablarle.

—Sasuke ya dime que tienes.

Ignorada.

—Sasuke.

Ignorada, de nuevo.

—¡Bien, no me digas! No es como si me importara.

Silencio.

—¿Qué tienes con Sasuke?—preguntó Shikamaru, acercándose a mi.

—Más bien, que tiene él conmigo.

—Hablaré con el, no te muevas.

Me detuve y deje de moverme. Yo me tomo muy enserio las cosas aunque no lo crean. A los pocos segundos comencé a escuchar unos ruidos, unas pisadas para ser más exacta.

¿Y si me raptan?

Las pisadas se volvieron más fuertes.

Shikamaru me dijo que no me moviera así que mejor le hago caso.

Una fuerte explosión se escuchó cerca. Perdí el equilibrio y caí de senton acompañada con las hojas de un árbol.

—¡Sasuke, Shikamaru, ayudenme!—grité con la intención de que aparecieran en cualquier momento—. Los árboles se rebelaron contra mi—agregué en silencio.

Intenté levantarme pero un fuerte dolor en mi tobillo impidió mi acción; me lo había lastimado sólo por caer de senton, genial.

Detesto mi vida.

Me quedé sentada por alrededor de una hora y nadie aparecía, ni siquiera una hormiga.

Porque estoy solita, no hay nadie aquí a mi lado, ¡amigos debes tener, ah!

Los arbustos se comenzaron a mover, como si una persona intentará pasar entre ellos.

Aquí es donde aparece el príncipe azul y me salva.

Todo lo contrario, eran príncipes negros con nubes rojas, espera, ¿nubes rojas?

—¡Akatsuki!

Me levante olvidándome de que tenía el tobillo lastimado.

Tenía frente a mi a uno de los akatsuki más bueno, en el sentido que están pensando, de la historia. Ah y a cara de paleta.

—¡Senpai, una niñita!

¿Niñita? Como sea,que conmigo no se haga el tonto, al cabo ya se quien es.

Cara de paleta se acercó a mi y comenzó a examinarme ante la confusa mirada de Deidara. Yo solo me quede como estatua.

¿Cómo se respira?

—Hola—saludé nerviosa. Deidara comenzó a analizarme muy lentamente.

—Señal muy débil de chakra, pelinegra de ojos azules, estatura media, vestimenta rara. Sirve para mi arte, hum.

Espero y se de cuenta de que estoy aquí y escuche todo eso que murmuró.

—¡Tobi, llevemosla!—gritó Dei-dei de repente haciendo que me asustara. Cara de paleta se acercó a mi y me tomo por la cintura para después colgarme en su hombro.

¿Qué hago aquí? |Naruto Shippuden|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora