14: Oxigenado #2.

5.8K 645 149
                                    

—¿Cuál es el plan para que todos alaben a Jashin?

Hidan y yo decidimos organizar un plan para que todos los de esta aburrida guarida alaben a Jashin. Así que nos apartamos de ellos y entramos a una pequeña habitación —de rocas, por si tenían la duda— y comenzamos a anotar ideas para nuestro grandioso plan.

—Hay que torturarlos—opinó Hidan con una sonrisa.

—Hagámoslo.

—¿Aquí?—me lanzó una mirada extraña, creo que ya le entendí.

—¡Lo de torturarlos!—me apresure a decir saliendo de la habitación. 

Estar aquí encerrada esta afectando mi mente.

Nos acercamos en silencio y nos sentamos en unas rocas a observarlos.

¿Y ahora?

—¡A ver aburridos, alaben a su Dios!

Hidan se levantó de su lugar sacando unas sogas de no se donde y comenzó a amarrarlos a todos, incluyéndome a mi.

—Idiota—murmuré.

Deidara comenzó a gritar y a morder la soga mientras que cara de paleta se puso a decir que íbamos a jugar al secuestro.

—Itachi—habló el hombre pez mirando al mencionado.

—Ya moriste—se acercó Hidan a mi y comenzó a desamarrarme.

—Tu también estas implicado—le señale mirando de reojo a Itachi, el cual ya se había desatado y estaba acercándose a nosotros.

—Soy inmortal—me susurro.

Se me había olvidado eso.

—Un gusto conocerte, Hidan.

En cuestión de segundos Itachi ya estaba frente a nosotros con su sharingan activado.

—Atrás, demonio, atrás—gritó Hidan haciendo movimientos raros con sus manos. Bastó un golpe para que estuviera tirado en el suelo llorándole a Jashin.

Comencé a reír como loca ignorando la situación en la que me encontraba. Itachi seguía acercándose a mi.

—Hola Itachi, ¿cómo estas? Bien bueno, lo sé.

Creó que eso no ayudó.

Empecé a retroceder conforme se acercaba hasta que me topé con la pared —de rocas— y miré los hermosos y sensuales ojos de Itachi.

Creo que voy a comenzar a fantasear.

Nos separaban unos quince centímetros y ya estaba teniendo un profundo debate mental sobre si saltarle encima o no.

¿Por qué es tan irresistible?

Como sea, tengo que salir de esta situación antes de terminar como Hidan.

—Me perdí—le confesé poniendo mis manos en su pecho. El sólo me miro con cara de: "¿Qué dices loca?"—, en tu mirada.

Y salí corriendo tan rápido como cuando reprobé química y mi mamá me persiguió por toda la casa con la escoba en mano lista para pegarme.

Estúpidos traumas de la adolescencia.

—¡No me atraparas con vida!

Un fuerte dolor en el tobillo hizo que me balanceara y tropezara con una roca. Deidara estalló en risas.

—¡Cállate oxigenado número dos!

—¿Oxigenado?—preguntó levantándose de su lugar—. Para tu información soy rubio natural, hum.

¿Qué hago aquí? |Naruto Shippuden|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora