13: ¿Frustración sexual?

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¿Y mi sala?, ¿y mi sofá?, ¿y mi super-hiper-mega pantalla de plasma? Me han mentido.

Si creían que la "guarida" estaba super equipada con cocina incluida, pues no.

Nada es como en los fanfic.

Era una cueva de lo más normal. Piedras por aquí, piedras por allá y más piedras por todos lados.

En el centro solo estaba una roca que creo que la utilizaban como "centro de reuniones" con un par de rocas más pequeñas a los lados, de seguro eran sus sillas improvisadas.

Me mintieron las escritoras de wattpad, yo me imaginaba una super mansión.

Un severo tic apareció en mi ojo izquierdo.

—¡Bienvenida Lu!

Tobi interrumpió el momento de silencio que se había formado. Hice un intento de sonrisa pero parecía que se me iban a salir los ojos.

Hay que ver el lado bueno, ¿Itachi donde estas?

Mientras Deidara y cara de paleta discutían sobre no-se-que, me puse a revisar un poco el lugar. Caminé por los alrededores y sólo había una pequeña puerta improvisada con una roca.

¿Acaso no hay algo más que rocas en este lugar?

—¡Oye Lucy! Ya vienen los demás así que compórtate.

La voz de Deidara interrumpió mi búsqueda. Caminé hacia él y me coloqué a su lado con ansias de que llegarán los demás.

Tobi comenzó a cantar.

Tobi es un buen chico y Lu también, porque Lu es un chico y Tobi también.

¿Me acaba de llamar chico?

Estaba a punto de reclamarle pero la roca gigante que tapaba la entrada se comenzó a desplazar hacia el lado izquierdo ocasionando unos leves movimientos en la tierra. Una sombras aparecieron en la entrada, algunas más grandes que otras; sus cabellos y capas se movían con el viento.

Una entrada épica de akatsuki.

—¡Ya llegamos!

Esa voz, ¡Hidan!

—Haces mucho ruido, cállate.

El inconfundible Kakuzu.

—Sabía que pronto comenzarían.

¡Hombre pez!

Me aferre a la capa de Dei-dei porque sentía que en cualquier momento me iba a desmayar de la emoción. Esperé por varios segundos una voz en particular pero nunca llegó.

Pues por que es Itachi, Itachi no habla.

—Ahora llega el momento en el que me ven y me maltratan pero en realidad me aman y cada uno me lleva a su habitación y qué emoción.

Silencio incómodo.

¿Acaso dije eso en voz alta?

Levanté la mirada y me encontré con unos rostros confundidos, no por mi presencia, sino por las estupideces que acaba de decir.

Cuando las cosas van bien siempre las arruinó, yo y mi mala suerte.

—Hola, ¿qué tal?—pregunté nerviosa.

—¿Quién es esta niñita?

Hidan se acercó a mi invadiendo mi espacio personal. Yo sólo pude sonreír imaginando cosas, en mi mente.

—Es para mi arte, hum—explicó Deidara cruzando los brazos. Todos lo miraron extraño.

—¿No es la peste, Itachi?

¿Qué hago aquí? |Naruto Shippuden|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora